Según el último informe de Caixa Catalunya sobre «Consumo y Economía Familiar», una familia española de renta media destina un 28,6% de su presupuesto al gasto en vivienda, frente al 18,1% que dedica a alimentación.
Así, si en el año 1990 el gasto en vivienda suponía el 21,2% de la renta de las familias, entre 1990 y 2000 la vivienda ha ido incrementando su participación en el gasto de un hogar medio en 7,4 puntos porcentuales, un avance «muy superior» al registrado por el transporte que, con un aumento de 1,1 puntos, es la segunda categoría de bienes que más elevó su peso en el presupuesto familiar.
Caixa Catalunya explica que «el aumento del gasto en vivienda es más intenso cuando los ingresos familiares son menores, lo que indica que la evolución del mercado inmobiliario tiene un impacto regresivo sobre la estructura de gasto de las familias españolas».
En este sentido, el informe de la entidad catalana destaca que el aumento de la partida destinada por las unidades familiares a vivienda «ha sido mucho más intenso en el caso de las familias con ingresos más bajos», con un avance de 12,6 puntos porcentuales, desde el 32,7% de 1990 al 45,3% de 2000.
En el informe de Caixa Catalunya se precisa que «las restricciones al presupuesto de los hogares de rentas más bajas impuestas por la evolución del mercado inmobiliario se reflejan en un consumo mucho más concentrado en los bienes esenciales que el de los hogares medios».
De esta forma, la entidad concreta que el gasto «en bienes superiores», como el transporte, la hostelería y el ocio fueron los «principales castigados» por esta situación.
Asimismo, la proporción del gasto que los hogares de menos ingresos destinaron a transporte pasó del 5,1% al 4,3% desde 1991 al año 2000, una situación que se ha producido pese a que el transporte es la segunda categoría de gasto con un mayor crecimiento en el presupuesto de una familia de renta media.
