Las gasolineras han decidido convocar nueve días de huelga durante los próximos tres meses para protestar por los escasos avances que se han producido en sus negociaciones con los empresarios desde las movilizaciones del pasado noviembre.
Según fuentes de las centrales de trabajadores, se producirán dos nuevas jornadas de paros en enero (el martes 30 y el miércoles 31), tres en febrero (entre el lunes 19 y el miércoles 21) y otras cuatro en marzo (del lunes 12 al jueves 15). Las protestas han sido dispuestas de forma escalonada y creciente para intensificar la presión sobre las empresas y, en su caso, sobre el Gobierno para que medie en el conflicto.
Los representantes de las compañías y de sus empleados trataron este martes de buscar una solución durante un acto de conciliación celebrado en el servicio interconfederal de mediación y arbitraje. El encuentro, según confirmaron fuentes de ambas partes, se saldó con escasos avances. Los mediadores presentaron una propuesta que «no disgusta» a los sindicatos, señaló el responsable del sector energético de CC.OO., Alfredo Orella. Las patronales, CEEES y Aevecar, y los sindicatos volverán a encontrarse el viernes, pero son «poco optimistas» respecto a la posibilidad de alcanzar un entendimiento.
Las dos jornadas de movilizaciones de hace dos meses tuvieron un seguimiento algo superior al 50%, pero no se produjeron problemas para repostar ni se registraron demasiadas colas en las estaciones que permanecieron abiertas. Al contrario que entonces, está vez no tendrán lugar antes de ningún puente de vacaciones, pero sus efectos podrían ser más graves debido a su mayor duración.
Se verán afectadas las gasolineras de todas las provincias salvo las de Vizcaya, Guipúzcoa y algunas de la Comunidad Valenciana, que ya suscribieron sus convenios colectivos. En el anterior conflicto, el Ministerio de Industria estableció unos servicios mínimos del 20% sobre un total de 8.700 establecimientos y 41.500 trabajadores.
Para evitar llegar a esta situación, los mediadores han propuesto una subida salarial de la inflación más un 0,6% para el próximo trienio, una reducción de ocho horas en la jornada laboral para el cuarto ejercicio, y un pago por día festivo trabajado de 35, 40 y 45 euros durante los próximos tres años. Los sindicatos piden un convenio de tres años de vigencia que incluya una subida salarial en línea con los precios más un 0,75% y 60 euros por festivo trabajado.