Los consumos domésticos cotidianos (alimentos y energía) se encarecieron un 7,9% el año pasado. Esto supone casi el doble que el Índice de Precios de Consumo (IPC) general, cuya subida interanual en diciembre fue del 4,2%, según un informe del Servicio de Estudios de Caixa Catalunya.
El alza en la cesta de consumo frecuente se disparó 4,7 puntos de agosto a diciembre, frente a los dos puntos en el índice general, señala la entidad monetaria, que, además de seguir la pista a los alimentos básicos y la energía, se ha propuesto vigilar el comportamiento de los precios en artículos tan cotidianos como las consumiciones en los bares y cafeterías y otros gastos de ocio.
El Servicio de Estudios de Caixa Catalunya afirma que «desde 2003 se observa como la inflación de productos de compra recurrente se ha situado de forma sistemática por encima de la calculada sobre el IPC general». El informe explica que en el último trimestre de 2007 la diferencia ha sido en torno a un 65% de la variación del IPC. El incremento interanual de este índice alcanzó el 6,6% en octubre, el 7,7% en noviembre y el 7,9% en diciembre, llevando el diferencial a sus valores máximos en el período analizado (3,6 puntos porcentuales los dos últimos meses).
Los principales productos responsables de esta discrepancia, según el estudio, han sido la leche (inflación interanual del 31% en diciembre), los carburantes y lubricantes (16,2%), el pan (14,4%) y los huevos (9,6%), mientras las frutas frescas (7,8%), el tabaco (7%) y las hortalizas, legumbres y patatas (5,8%) consolidan la tendencia de fuerte encarecimiento de meses anteriores.
Índice de la compra habitual
El informe certifica que encarecimiento de los alimentos básicos y de la energía ha sido superior a la inflación general en el período 2002-2007.
Alimentos básicos, transporte, ocio y energía salían el 7,9% más caros el pasado diciembre que un año antes
Caixa Catalunya prevé publicar de forma regular un índice de precios sobre la cesta de consumo habitual de los hogares españoles. En su relación ha incluido alimentos básicos (pan, carne, pescado, leche, huevos, frutas frescas, legumbres, hortalizas y patatas), tabaco, transporte (carburantes y transporte público urbano) y ocio (servicios culturales y recreativos, prensa y revistas, restaurantes, bares y cafeterías).
El índice toma en cuenta el peso que cada uno de los bienes y servicios tiene en el IPC, relacionado a su vez con la importancia que desempeñan en el presupuesto de los hogares. La cesta considerada supone el 35% de los productos incluidos en el índice general. A los alimentos corresponde una ponderación del 39,6%, al tabaco del 5,7%, al transporte del 17,5% y al ocio del 37,2%.
Según Caixa Catalunya, a pesar de que las señales «no son todavía concluyentes» y que las expectativas para 2008 se mantienen «relativamente ancladas», existen «síntomas» de que el mayor incremento del coste de los productos de compra habitual se está trasladando en mayor medida que el IPC general en la percepción de los consumidores sobre la inflación.
Así, los autores del trabajo advierten de que existe riesgo de que el fuerte encarecimiento de la cesta de consumo recurrente se traslade a otros bienes y servicios y a los salarios, repercutiendo al alza sobre la evolución de la inflación en el medio plazo. Este efecto pondría en dificultades la trayectoria del IPC general.