A pesar de la congelación de las pensiones en 2011, los pensionistas españoles cobrarán el año que viene 2.000 millones de euros más con motivo de la desviación de la inflación en 2010, según aseguró ayer la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, en el Congreso de los Diputados.
Las estimaciones del Ministerio de Trabajo señalan que cada desviación de una décima en la inflación de noviembre, la que se utiliza para calcular la revalorización, respecto a la estimación a principios de año supone entre 90 y 100 millones de euros adicionales en la nómina de las pensiones. Por ello, la cifra revelada por Salgado apunta a un Índice de Precios al Consumo (IPC) del 2% para el próximo año.
Salgado indicó durante su intervención inicial en el debate de totalidad de los Presupuestos que la congelación de las pensiones en 2011 lo es a «efectos presupuestarios». Destacó a este respecto que el gasto de pensiones en el próximo año alcanzará los 112.616 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,6%. Esta subida se debe al aumento de colectivo de pensionistas, al incremento del coste asociado al efecto sustitución y a la actualización de las pensiones por la desviación prevista del IPC en 2010.
La vicepresidenta económica aseguró que el Gobierno da un «trato preferente» a los 3,5 millones de pensionistas que reciben pensiones mínimas, que se incrementan en un 1%, además de no verse afectadas por la suspensión de la revalorización. Recordó además que la pensión mínima ha acumulado una revalorización del 34% desde 2004, que ha llegado al 182,5% en el caso de las pensiones de orfandad para minusválidos.
También abordó la «ineludible» reforma del sistema de pensiones, que el Ejecutivo quiere pactar en el Pacto de Toledo «con el mayor consenso posible». No es una actuación «para hoy ni para mañana», ya que el sistema de la Seguridad Social goza de buena salud, con la previsión de cerrar 2010 con un superávit del 0,2% y una dotación del Fondo de Reserva de casi un 6%, subrayó.