La crisis financiera desatada por la quiebra de Lehman Brothers ha puesto en alerta a los principales bancos centrales del mundo, que han decidido unirse para evitar una debacle financiera de consecuencias imprevisibles.
Los seis principales bancos centrales, es decir, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo, acaban de anuncia «medidas coordinadas» para aportar liquidez a los mercados.
Algunos de ellos ya han realizado esta semana varias inyecciones de dinero. Así, el BCE ha aportado 100.000 millones de euros, mientras que la Reserva Federal ha prestado a los bancos 50.000 millones de dólares (unos 35 millones de euros). Además, la FED ha decidido mantener los tipos de interés en el 2%.
En situaciones de crisis como la actual, los bancos privados no se dan créditos entre sí por falta de confianza. Es por ello que los bancos centrales les prestan dinero, a través de subastas y a un tipo de interés más bajo, para suplir esa falta de fondos.
180.000 millones de dólares
La Reserva Federal permitirá la expansión de sus acuerdos recíprocos temporales de intercambio con otros bancos centrales en hasta 180.000 millones de dólares (125.543 millones de euros).
El BCE inyectará 40.000 millones de dólares al eurosistema para aumentar la liquidez en la divisa estadounidense en dos franjas e interés variable. De esa cantidad, 25.000 millones se concederán para operaciones con vencimiento a 28 días, mientras que los 15.000 restantes se adjudicarán para las de 84 días.
Las nuevas líneas autorizadas suponen también la provisión de 60.000 millones de dólares (41.830 millones de euros) para el Banco de Japón, otros 40.000 millones de dólares (27.886 millones de euros) para el Banco de Inglaterra, 10.000 millones de dólares (7.000 millones de euros) para el Banco de Canadá, y 27.000 millones de dólares (18.800 millones de euros) para el Banco Central de Suiza.
Con este plan se pretende «hacer frente a las elevadas presiones en los mercados de suministro de dólares a corto plazo» y «mejorar las condiciones de liquidez en los mercados financieros globales», según indicó el Banco de Japón, que asegura que los bancos centrales «continuarán trabajando conjuntamente y tomarán acciones adecuadas para hacer frente a las actuales presiones».