El informe «El consumidor ante las falsificaciones y las imitaciones», elaborado por la Asociación Nacional de Defensa de la Marca (Adema), en colaboración con las Cámaras de Comercio, refleja que los españoles gastan anualmente 285 millones de euros en productos falsificados. Además, dedican a cada compra una media de 20,66 euros, con una frecuencia de, al menos, dos veces al año, según señala el citado estudio.
El perfil del consumidor de productos falsificados responde a una mujer de entre 25 y 34 años, empleada no directiva o ama de casa y perteneciente a la clase media-media, según este estudio, realizado a partir de una encuesta a más de un millar de consumidores. Las marcas de textil, el material electrónico, la perfumería y la cosmética, la marroquinería y los complementos, el calzado y la relojería son algunas de las categorías de productos falsificados más demandadas.
Según este informe, los consumidores que admiten comprar productos falsificados de forma voluntaria representan un 18%, lo que supone una pequeña reducción del 3% respecto al año 2001. Este descenso se debe a la lucha de las propias empresas titulares de marca y a las actuaciones aduaneras y policiales, según apuntó la directora general de Adema, Soledad Rodríguez.
El trabajo también detecta una generalización del consumo entre los 16 y los 54 años, mientras que sólo es del 5% entre los consumidores de más de 64 años. En cuanto a ocupación, destacan los empleados no directivos, con un 43%, seguidos de las amas de casa, con un 23%, y los estudiantes, con un 19%. Con un 32%, los que más compran son los cabezas de familia, seguidos por las amas de casa (31%) y los hijos (28%).