Los talleres de la Real Casa de la Moneda acuñaron el pasado martes 19 de junio, minutos antes de la una de la tarde, los últimos valores de monedas de peseta. El vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, puso en marcha la prensa para que salieran tres centenas de piezas de cien pesetas, que ya han adquirido protagonismo histórico. La operación duró pocos segundos, porque la máquina despacha 780 cospeles (monedas sin acuñar) por minuto, y hubo que programar que las tres últimas monedas salieran una a una, para que pudiera quedar constancia gráfica del momento. Después, y mientras el director de la Casa de la Moneda colocaba al ministro la insignia de oro de la institución, un operario desmontaba los troqueles, que Rato procedió a inutilizar.
El responsable económico del Gobierno auguró a la Unión Monetaria Europea el éxito que no tuvo el proyecto de unificación europea en tiempos del nacimiento de la peseta, hace 133 años. «Aquí, en la Fábrica de la Moneda -comentó-, acabo de ver cómo se fabrican euros para Grecia y pienso que la moneda común será una oportunidad para la presente y futuras generaciones, así como un elemento de integración política».
La peseta seguirá en circulación hasta el 28 de febrero próximo, en coexistencia con el euro a partir del 1 de enero. Su retirada, que dará comienzo después de la fiesta de Reyes de 2002, va a causar un gran problema logístico, ya que la Casa de la Moneda y el Banco de España deberan absorber casi 32.000 toneladas de piezas metálicas.
Según ha adelantado el director general de Operaciones y Sistemas de Pago del Banco de España, Javier Aríztegui, los poderes públicos han previsto realizar una campaña para que los particulares lleven sus ahorros particulares a las entidades de crédito antes de diciembre de este año y se eviten aglomeraciones en las ventanillas durante los primeros días de 2002. A partir de ese momento, los bancos, cajas y cooperativas de crédito entregarán las pesetas a las compañías de seguridad para que transporten a los depósitos del Banco de España las bolsas de monedas que les hayan canjeado sus clientes. Para facilitar esa tarea se han diseñado unos cartuchos transparentes de empaquetado de monedas, enfundables en bolsas de plástico autoselladas, que se introducirán en contenedores específicos. En la Casa de la Moneda se procederá a su fundición.
Está previsto que los mismos camiones que realicen la retirada de pesetas lleven a cabo el transporte de monedas de euro a las bases de las compañías de seguridad para su puesta a disposición del mercado. Aríztegui prevé que para la Semana Santa del próximo año se habrá retirado un 85 por ciento de las piezas de pesetas. A finales del primer semestre, cuando termine el periodo de canje gratuito en el sistema bancario, se habrá recuperado el 95 por ciento del total previsto.
Por cierto que ese total puede estar lejos de las 32.000 toneladas de pesetas en circulación. Fuentes de la Asociación Española de Banca (AEB) han calculado que hasta un 41 por ciento puede estar en manos de turistas o no ser devuelto por sus propietarios, por simple nostalgia o afán de coleccionismo.