Rebajas: qué derechos debes tener en cuenta antes de lanzarte a las ofertas

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Cuando un comercio anuncia un periodo de rebajas, la bajada de precios debe afectar, al menos, a la mitad de los productos ofrecidos. Además, esta reducción de los precios se debe ver de forma clara y diferenciada del resto de artículos del establecimiento, e indicar la rebaja junto al precio habitual del producto y sin superponerlo.

La rebaja tiene que hacerse sobre el precio más bajo aplicado en el mismo artículo durante los últimos 30 días. Está prohibido bajar el precio de productos que no se hayan vendido con anterioridad en el establecimiento a un precio ordinario y los productos deteriorados o con taras como si se tratase de artículos en buen estado.

Es importante no confundir las rebajas con los saldos, promociones o liquidaciones.

Los productos rebajados son aquellos que se ofertan en el mismo comercio donde se venden habitualmente a un precio inferior al fijado antes.

Venta en oferta de productos por un precio más bajo o en condiciones más favorables que las habituales, con el fin de potenciar su venta o el desarrollo del establecimiento. Las promociones “2X1” o “segunda unidad a mitad de precio” son algunos ejemplos.

Artículos que se venden excepcionalmente con el fin de acabar con un tipo determinado de existencias. Tiene que anunciarse como “liquidación” u otra expresión equivalente. Puede realizarse por decisión judicial o administrativa, o por decisión del dueño en determinadas situaciones, como el cese del comercio, cambio de local o por fuerza mayor. La duración máxima de la venta por liquidación es de un año.

Son productos cuyo valor de mercado es menor por deterioro, desperfecto, desuso o por obsolescencia, es decir, artículos depreciados. No lo son los excedentes de producción o de temporada.

La información de la etiqueta del producto debe ser verdadera e incluir sus características esenciales, sin que de pie a error. Algunas prácticas comerciales engañosas consisten en subir los precios antes del periodo de rebajas, con el fin de mostrar una falsa reducción de precios. Estas “falsas rebajas” son consideradas prácticas desleales por la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios, y pueden ser sancionadas con multas de hasta 100.000 euros.

Para evitar estas prácticas, existen aplicaciones que ayudan a verificar las ofertas y comparar los precios.

• Una de ellas es la web Verificador de Ofertas, que proporciona la variación del precio del producto en los últimos seis meses, permite averiguar qué precio tenía justo antes del periodo de rebajas y reconocer así si se trata, en realidad, de una oferta.
• Otra página de verificación es CamelCamelCamel, que está especializada en productos de Amazon.

Los propietarios de los comercios pueden decidir en periodo de rebajas aplicar “condiciones especiales” a sus productos y suelen hacer referencia a los medios de pago y a las devoluciones. En cualquier caso, los comercios tienen que informar a los clientes de forma clara y visible de estos cambios. Antes de hacer la compra, es importante preguntar por las condiciones especiales del artículo y revisar detenidamente las condiciones de compra durante el periodo de rebajas.

Sobre la forma de pagar, el establecimiento puede decidir no admitir los pagos con tarjeta o fijar una cantidad mínima para hacer el abono. Es importante reseñar que si el comercio acepta pagos con tarjeta el resto del año, en periodo de las rebajas tendrá que informar a las personas consumidoras sobre el cambio de método de pago.

Sí, el tique o la factura de la compra es fundamental para reclamar cualquier derecho de devolución, ejecutar la garantía o para realizar reclamaciones posteriores. Con el tiempo, la tinta del papel del tique se puede borrar, por eso, se aconseja hacer una fotocopia o escanear el tique para asegurar la información del recibo. Muchas tiendas ahora también dan la posibilidad de enviar el tique por correo electrónico con un código QR o mandarlo por SMS con un enlace para descargar el tique de compra.

Las tiendas físicas pueden establecer sus propias condiciones de devolución, incluso no están obligadas a aceptar el cambio de un producto por otro o la devolución del dinero, salvo que el producto tenga un defecto. Sin embargo, muchos comercios sí lo permiten durante un plazo determinado, que suele ser de entre 15 y 30 días, previa presentación del tique de compra. Por eso, antes de adquirir en un establecimiento se recomienda consultar su política de devoluciones.

Si durante el resto del año el establecimiento ofrece una política determinada de devolución y en rebajas la modifica, tiene que anunciarlo con claridad. Si no lo indica, debe mantener la política anterior para los productos rebajados, por lo que podemos devolverlos en el mismo plazo que el resto del año. Dicho de otro modo, la protección del consumidor es siempre la misma. Antes de realizar la compra, tendremos que informarnos sobre las posibilidades de devolución.

Sin embargo, en las compras a distancia, online o telefónica, la persona consumidora tiene un plazo de 14 días (llamado periodo legal de desistimiento) desde que recibe el producto para devolverlo, sin necesidad de justificar el motivo. Los gastos de envío para devolver el producto corren a cuenta del comprador, salvo que se indique otra cosa.

No, la garantía es idéntica, no se modifica por tratarse de una venta en rebajas. Desde el 1 de enero de 2022, la garantía obligatoria de los productos nuevos es de tres años.

• Si los artículos son de segunda mano, la garantía legal también es de tres años, aunque el establecimiento puede reducirla a uno.
• Para los contenidos o servicios digitales, la garantía es de dos años.

Si el producto tiene algún defecto o si el cliente tiene cualquier otra falta de conformidad con la compra durante los dos primeros años, podemos ejecutar la garantía y el defecto se presupone de origen. Una vez pasen esos dos años, corresponde al cliente demostrar que el defecto del producto es de fábrica.

Por la vía amistosa, es posible reclamar ante organismos autonómicos de consumo, a la Resolución alternativa de conflictos o a las Juntas Arbitrales de Consumo. El sistema arbitral, extrajudicial y gratuito, facilita y agiliza la protección de los derechos de los consumidores.

También se puede pedir una hoja de reclamaciones (cualquier establecimiento tiene que contar con ellas), rellenarla y enviarla a las Asociaciones de Consumidores y Usuarios, o acudir al Centro Europeo del Consumidor, si resides en España pero quieres reclamar contra una empresa de otro Estado miembro de la UE, Noruega, Islandia o Reino Unido.

Por otro lado, para reclamar por vía judicial, es posible acudir al Proceso Europeo de Escasa Cuantía, y a los Tribunales de Justicia.