Lavadora, un invento revolucionario
¿Inventos del siglo XX que cambiaron nuestras vidas? Son muchos y muy útiles: el teléfono, el televisor, la bombilla, el ordenador, el móvil, Internet… La lista puede ser tan amplia como extraordinaria fue la creatividad de los inventores del pasado siglo.
Y en ella no debería faltar el primer electrodoméstico, presentado en sociedad en 1901, que revolucionó una de las tareas domésticas más prolijas, complejas y consumidoras de tiempo: lavar la ropa de la familia. O, más en concreto, remojar, lavar, frotar y, por último, aclarar la ropa.
La lavadora automática, junto con el frigorífico, cambió radicalmente el concepto de trabajo en el hogar. Hasta el punto de que casi no se concibe una vivienda sin lavadora. Y es que nadie se plantea renunciar a este electrodoméstico tan útil.
Qué tipos de lavadora tienes para elegir
En otros países, están más extendidas las lavanderías; en el nuestro, aunque cada vez hay más, casi todo el mundo tiene una lavadora en casa. Entre otras razones, porque en este aparato hay precios para todos los gustos y para todas las economías, incluso las menos pujantes.
Al mismo tiempo, es un electrodoméstico en evolución tecnológica constante que se adapta a las exigencias —de uso, económicas y medioambientales— de cada tipo de usuario. Así, hay programas «eco», accesorios para aprovechar mejor el detergente, o (en las lavadoras-secadoras) con la posibilidad de que las prendas salgan secas y ya dispuestas para el planchado.
En el mercado hay numerosas marcas y, además, varias posibilidades para elegir:
👉 Lavadoras de carga frontal
Son las más comunes y vendidas. En general, son las que tienen más capacidad (puedes lavar más ropa) y cuentan con ciclos de lavado más largos. Hay modelos muy silenciosos y que apenas vibran.
Debido a su capacidad, resultan muy adecuadas en caso de tener una familia numerosa o necesitar lavar muchas prendas por diversas circunstancias.
👉 Carga superior
Muy cómodas, porque evitan tener que agacharse para introducir y sacar la ropa de la máquina; y más estrechas, por lo que ocupan menos que una lavadora convencional.
Un posible problema, sobre todo para las personas más mayores, es que puede costar trabajo llegar hasta el fondo del tambor para sacar todas las prendas.
👉 Integrables
Tienen las mismas funciones que las lavadoras independientes. Su diferencia es que se encastran en un mueble y así quedan ocultas a la vista.
👉 Lavadoras-secadoras
Combinan, en un solo aparato, las funciones de la lavadora y la secadora.
En qué debes fijarte al elegir una lavadora
Se estima que una familia de cuatro miembros hace uso de la lavadora entre tres y cinco veces a la semana, por lo que serán, de media, más de 2.000 los lavados que cada máquina realiza a lo largo de su vida útil. ¿Cómo elegir lavadora? ¿En qué fijarse?
La mayoría de los expertos centra sus consejos en fijarse en la capacidad de carga, en las revoluciones con las que lava la ropa y en el consumo de agua y electricidad de la lavadora que se baraja comprar. El objetivo de esta recomendación es sencillo: que el aparato elegido garantice, con el coste más ajustado posible, un lavado eficaz y permita ahorrar dinero y consumo de energía y agua.
✅ Carga
Hasta hace poco tiempo la capacidad más habitual era de 5 kilos de ropa de algodón o 2,5 kilos de prendas sintéticas. En la actualidad, hay modelos que admiten hasta 8 y 10 kilos.
Ahora bien, en este caso, no es válido lo de «caballo grande, ande o no ande», ya que a una mayor capacidad de carga, le corresponden un mayor precio y superior consumo de agua y luz, razón por la que deben valorarse las necesidades reales de cada hogar y elegir un modelo adecuado a la cantidad de ropa que se lava de manera habitual. Si se trata de una familia numerosa, compensa la compra de un modelo con tambor grande.
Notables son también las diferencias de precios entre unos modelos y otros: una lavadora con capacidad de 5 kilos tiene como precio medio 350 euros, mientras que las de 8 kilos cuestan de media entre 600 y 1.105 euros.
✅ Centrifugado
El segundo elemento que se debe valorar es su velocidad de centrifugado, más aún en lugares donde la lluvia y la humedad son frecuentes. La velocidad de la lavadora se mide en revoluciones por minuto (rpm), o número máximo de vueltas que puede dar el tambor por minuto: cuantas más rpm tenga la lavadora, menos húmeda quedará la ropa y más fácil será su secado.
Los modelos que hay en el mercado parten de las 600 rpm y llegan hasta las 1.400 rpm. Un mayor número de rpm convierte en más cara a la lavadora, porque, además de su mecánica más potente, ofrece más funciones y programas, como el antiarrugas o el de fácil planchado.
- Las lavadoras que lavan a 600 rpm dejan casi el 80 % de la humedad en la ropa y su precio ronda los 300 euros.
- Los modelos que alcanzan 800 rpm dejan alrededor del 60 % de la humedad en las prendas.
- Algo más absorben las que lavan a 1.300 rpm, más de la mitad de la humedad en la ropa.
✅ Eficiencia
Con el frigorífico y la televisión, la lavadora es el electrodoméstico que más electricidad consume. Por eso hay que optar, siempre que nuestra liquidez económica lo permita, por lavadoras con las etiquetas energéticas más exigentes (la escala va de la A a la G).
El mayor consumo eléctrico de una lavadora se produce en el momento de calentar el agua con el que limpiará la ropa. Por eso, si se seleccionan temperaturas bajas para el lavado, se ahorrará dinero en la factura eléctrica: un ciclo de lavado a 60 ºC consume el doble de electricidad que uno a 40 ºC.
Gracias al poder de limpieza de los detergentes actuales, basta con poner programas de agua templada o incluso fría, en función de la suciedad de la ropa, para lavarla. En esta tarea, dosificar el detergente es clave; si se echa demasiado jabón se produce una gran espuma que hará trabajar de forma excesiva al motor del aparato. Por esta razón, no se deben superar las dosis de detergente recomendadas por el fabricante.
✅ Consumo de agua y luz
Además de fijarse en la etiqueta energética de los modelos que más nos gusten, conviene conocer su consumo real de agua y de luz. Esta información puede aparecer junto a la etiqueta del precio, aunque no todos los modelos la incluyen.
En este caso, puedes preguntar en la tienda la información sobre el consumo específico del modelo que te interese. Está expresado de la siguiente forma: «Puede lavar 6 kilos de ropa de color a 60º en 120 minutos, consumiendo 1,02 kWh y 43 litros de agua».
También puntúan en positivo para reducir el consumo de agua los programas de lavado ecológicos o los de corta duración. Los modelos que incorporan la función de «media carga» contribuyen asimismo a que la factura energética no se dispare.
La mejor forma de optimizar el funcionamiento del aparato es utilizándolo al máximo de su capacidad. Pero si no se puede esperar a llenar el tambor, la media carga resulta lo más práctico. Esta opción no permite tanto ahorro como reducir a la mitad los consumos en luz y agua, pero sí supone menos gasto para la economía familiar.
✅ Programas
Superaclarado para pieles sensibles, Mix&Wash para lavar ropa de todos los colores, programa de almidonado… y así hasta un sinfín de programas. Con el paso de los años, el número de posibilidades de lavado que incorporan estos electrodomésticos ha experimentado un auténtico boom, pero el desconocimiento sobre estas prestaciones es también muy importante.
La mayoría de los modelos ofrecen una gama de más de 10 tipos de lavados, despliegue desproporcionado por el que no merece pagar más dinero ya que, en general, no se usan más de cuatro: algodón a 60º, a 30º, sintético a 40º y los programas de lavado en agua fría para prendas de lana.
Además de elegir un modelo que contenga al menos estos programas, lo más práctico es decantarse por lavadoras con la opción de «retardo»: se prepara la colada como si la máquina fuera a ponerse en funcionamiento y se programa para que comience a actuar una vez transcurridas 9, 12 ó 24 horas.
Igual de aconsejables son los programas ecológicos, los de antiarrugas, planchado fácil, lavado intensivo para las manchas más resistentes y el de aclarado extra por si se ha puesto más jabón del debido.
✅ Relación calidad-precio
Cuando vamos a adquirir una lavadora, el precio es uno de los aspectos que más se tiene en cuenta (junto a la eficiencia energética). Es importante fijarse no solo en la cifra, sino en qué prestaciones ofrece en relación a lo que cuesta. Como siempre, es esencial comparar.
Instalación de las lavadoras
Por regla general. cuando compramos una lavadora, viene un técnico a instalarla a casa. Sin embargo, a veces debemos ponerla nosotros. ¿Cómo hacerlo? Es posible en unos sencillos pasos:
- Leer con atención las instrucciones del fabricante (en el folleto o vía online).
- Debe haber un grifo de entrada de agua y un desagüe.
- Colocar la lavadora cerca de un enchufe que pueda soportar 1.500 W.
- Quitar los tornillos de transporte (colocados para proteger el tambor) y cubrir los huecos (vienen tapones específicos para ello).
- Enroscar un extremo del tubo de entrada de agua a un grifo y el otro extremo en la toma de agua de la lavadora.
- Insertar la manguera de salida de agua en el desagüe más cercano.
- Colocar las patas regulables para que quede bien nivelada.
- Comprobar que todo va bien haciendo un primer lavado en vacío.
Lavadora y secadora, ¿separadas o todo en uno?
Si hacer la colada es una tarea pesada, secarla no lo es menos, más aún cuando se vive en zonas húmedas o cuando la vivienda no dispone de tendederos externos o patios interiores en los que colgar la ropa.
En estas situaciones, la lavadora-secadora es una opción que hay que tener en cuenta, porque un mismo aparato realiza ambas funciones. Pero también tiene inconvenientes. Repasamos sus beneficios y desventajas:
👉 ¿Mejor dos que uno?
Este electrodoméstico mixto lava la ropa de forma satisfactoria, pero en la tarea de secado no siempre es tan eficaz.
Por eso, algunos expertos recomiendan que, siempre que se tenga espacio suficiente en casa, se compren los dos electrodomésticos por separado. La calidad del secado será mayor y el ciclo de vida de ambos aparatos será más largo.
👉 Su consumo de agua y electricidad
Las lavadoras-secadoras suponen un alto consumo de agua y electricidad. Durante todo el ciclo de secado, el aparato consume agua, y, por tanto, la corriente eléctrica que hace mover el agua. Todavía más, cuando se eligen programas de secado para ropa delicada.
Además, a este consumo hay que añadirle el correspondiente al planchado, ya que muchas lavadoras-secadoras dejan la ropa muy arrugada, lo que obliga a utilizar una mayor potencia para su planchado.
👉 Tiempo de secado
Si se compara el tiempo que invierten las lavasecadoras en secar respecto al que requieren las secadoras específicas, estas últimas ganan.
El tamaño del tambor, superior en las secadoras, marca la diferencia. Cuanto mayor sea el tambor, menos vueltas necesitará dar para eliminar la humedad de la ropa y mayor será la homogeneidad del secado.
Además, en una secadora las prendas salen secas o semisecas y sin zonas mojadas, a diferencia de lo que ocurre al término de una colada en muchas lavadoras-secadoras, que, hay que recordarlo, pueden funcionar por separado, como lavadora y secadora.
👉 Precio
El precio de estos dos aparatos en uno es superior al de una lavadora, pero inferior al de la suma de los dos por separado. Los modelos más básicos de lavadora-secadora cuestan en torno a 500 euros.
No abuses de los suavizantes: son agresivos tanto para la ropa como para el medio ambiente. Evita su uso cuando lave toallas; reduce su capacidad de secado.
Selecciona la ropa por colores, tejidos y grado de suciedad, antes de apretar el botón de inicio.
No te olvides de cerrar bolsillos y cremalleras de las prendas que quieras lavar: pueden rasgar otras prendas durante el proceso de lavado.
Los detergentes líquidos hacen trabajar menos a las lavadoras, porque reducen el consumo. Si usas uno sólido, puedes diluirlo en agua antes de introducirlo en el aparato.