El agua y la humedad en algunas partes del baño provocan malos olores y manchas en forma de moho o de hongos. Las juntas de los azulejos cerca de la ducha o la bañera son puntos propicios para que aparezcan estos microorganismos. Por ello es importante extremar la limpieza en estos lugares. Una adecuada prevención hará que algo que es más que normal, por el contacto del agua de la ducha, se pueda reducir al mínimo. Eso sí, hay que ser consciente de que prácticamente es imposible ducharse sin que el agua salte e impregne las juntas de los azulejos.
Evitar materiales absorbentes
Imagen: Jennifer Dickert
En el momento en que se decide equipar el baño hay que cerciorarse de que el material que se instala es adecuado y no optar por los que absorben el agua ni la humedad, porque serán los más propensos a que se cree moho. Por ello se debe descartar el barro natural, mármol, pizarra o pintura, porque dan más problemas a la hora de su mantenimiento al ser materiales absorbentes. Hay que tener muy presente que el contacto con el agua va a ser diario. Así, el moho nunca saldrá en un azulejo ni en un gres porque el agua resbala en ese tipo de material. Si bien hay que tener precaución con las juntas de los azulejos, ya que es en ese punto formado por cemento donde se crearán las manchas.
Tratamientos adecuados
Para evitar este tipo de sustos y la aparición de moho entre las juntas de los azulejos y el techo -que suele ser pintado- es conveniente sellar las juntas con productos específicos para la limpieza y la protección, como ejemplo ‘Fugaproof’, un protector de la casa Fila que evita la absorción de las manchas y no cambia el color ni la textura del material. Este tipo de productos se pueden aplicar sin diluir, mediante un pincel, para posteriormente dejarlos secar durante unas horas.
Si el daño está hecho
El tratamiento que se debe seguir es eliminar el moho de las juntas utilizando lejía para que no quede ningún resto y después esperar. Una vez que se haya secado, conviene ‘rejuntar’ de nuevo con un esmalte transparente. Así el agua ya podrá resbalar adecuadamente y se evitará que la humedad sea absorbida por el cemento. En el mercado se puede encontrar, además del protector anterior, distintos detergentes específicos para limpiar a fondo las juntas y los revestimientos. Es necesario pulverizar sobre la junta que se quiere limpiar, después deberá dejar actuar durante un tiempo para luego frotar con una esponja abrasiva y aclararlo con abundante agua.
Si la junta está muy sucia se debe aplicar una solución más fuerte como Deterdek, que deberá estar diluida en una proporción de 1:10. Una vez tratado el problema con este producto, hay que utilizar un sellador de juntas que hará que el agua resbale y no penetre en el azulejo.
Hay que tener en cuenta que el baño es el lugar de la casa en el que más humedad se concentra por el vaho y el agua, y porque muchos aseos tienen un espacio reducido. Por ello se dan condensaciones que pueden afectar a las paredes e incluso al techo. Llegado este punto se debe aplicar una pintura resistente que sea antihumedad o antimoho. Dependiendo de la particularidad del baño se secará la pintura en aproximadamente un día. Conviene tener en cuenta que también se pueden crear microorganismos en las alfombrillas que se instalan dentro de la bañera para evitar los resbalones. Como es un elemento en continuo contacto con el agua se deberá renovar de forma periódica.