Comprar carne de una manera adecuada exige por parte del consumidor una atención especial. Es importante conocer el país donde se ha sacrificado el animal, el número de autorización del matadero y el número de identificación de la res. Todos estos datos deben estar especificados en la etiqueta informativa adjunta a cada pieza de carne.
Para garantizar que el producto tenga las condiciones de consumo adecuadas debemos comprar siempre en establecimientos autorizados. Éstos garantizan la procedencia de las carnes de mataderos o salas de despiece autorizados sanitariamente.
El matadero es el responsable de eliminar los órganos y tejidos susceptibles de dañar la salud humana. Todas las reses mayores de doce meses, ya sean caprinas, ovinas o bovinas, se someten a una extirpación y posterior eliminación del cráneo, encéfalo, ojos, amígdalas y médula espinal.
Las aves se controlan sanitariamente al salir de las granjas. Los animales no aptos para el consumo son eliminados.
El consumidor sólo encontrará en los comercios las carnes que hayan superado los controles de sanidad y calidad marcados por la ley. No obstante, conviene recordar que la conservación de las carnes ha de ser siempre en frío. Las temperaturas óptimas de conservación son de cuatro grados centígrados para las aves y siete para el resto de carnes.