Las fechas navideñas son, con frecuencia, sinónimo de excesos y hacen mella en la economía familiar. En plena recesión, este año toca «apretarse el cinturón» y tener en cuenta todos los recursos que permitan ahorrar lo máximo posible. Entre ellos destaca uno al que no se presta demasiada atención: los cheques o cupones descuento. Emitidos por tiendas de todo tipo, son canjeables por descuentos en innumerables productos y servicios. Si bien no son la panacea, y tienen unas condiciones de uso que conviene considerar, bien utilizados pueden contribuir al ahorro familiar.
¿Qué son los cheques descuento?
Los cheques o cupones descuento son papeletas que permiten adquirir un producto o contratar algún servicio en determinados establecimientos con algún tipo de ventaja, ya sea un descuento o un regalo. Se distribuyen en forma de tradicional «chequera» o talonario de la que se puede arrancar el «cheque» de la promoción que interese en cada momento, aunque también adquiere otras formas como la de cupones recortables, tickets canjeables, o hasta pueden utilizarse virtualmente mediante la introducción del código correspondiente al realizar una compra a través de Internet. Los hay de diferente tipo: al portador, y vinculados a la titularidad de una tarjeta de socio.
- Cupones para socios de un «club de clientes»:
En los últimos años se ha extendido la costumbre de poner en marcha diferentes métodos de fidelización de clientes. Las tarjetas «club» o de «fidelización» constituyen un soporte para acumular puntos en aras de obtener ciertas ventajas o descuentos directos en la compra de ciertos productos, y también posibilitan a sus titulares la obtención de vales descuento para comprar en ese establecimiento.
Su uso está condicionado a ser titular de dicha tarjeta de cliente (generalmente gratuita), que debe mostrarse al abonar el importe de la compra en caja. ¿Las ventajas? Se consiguen cupones con los que poder beneficiarse de descuentos de entre el 10% y el 25% en productos imprescindibles. Por lo general, existen dos vías para obtener estos cupones:
- Al realizar una compra, mediante la entrega de un ticket canjeable en próximas compras, bien por un descuento de un determinado valor porcentual de la compra que se acaba de de realizar, o bien por otras ventajas especificadas en el vale. Algunos distribuidores permiten su uso repetidas veces durante el periodo de validez del cupón. Otros, posibilitan la acumulación de puntos por los que cada cierto tiempo se entregará un vale descuento.
- Mediante la descarga de los cupones promocionales de la página web de la empresa. Para acceder a ellos, hay que entrar en la cuenta, introduciendo el número de socio y contraseña.
En algunos casos, también existe la posibilidad de aplicar estas ventajas en las compras por Internet a la propia empresa, sin el cupón físico. Para ello hay que contar con un nombre de usuario (normalmente el número de socio) y una contraseña que permitan acceder a la «cuenta virtual». Elegidos los artículos, y antes de validar la compra, se debe introducir el código facilitado.
Son promociones sujetas a condiciones muy determinadas que limitan la libertad de elección
- «Cheques» al portador:
Los puede utilizar cualquiera, sin necesidad de inscribirse en promociones y sin facilitar datos personales de ningún tipo. Se distribuyen en forma de encartes en prensa, mediante buzoneo o en estaciones de metro. Además, también se pueden descargar e imprimir (tantas como se quieran) a través de Internet en las diferentes plataformas (una muy popular es Family Check, que opera en la Comunidad de Madrid) o pedir, también a través de la red, el envío de un talonario. Tienen mayor demanda en grandes ciudades.
Gran parte de las promociones están asociadas a productos y servicios relacionados con el ocio, como descuentos en restaurantes, entradas a museos, actividades de tiempo libre, etcétera. También es habitual encontrar vales promocionales (en revistas, correo comercial…) canjeables por productos de droguería y perfumería. Pueden ser canjeables por ventajas en la compra del producto en cuestión en cualquier establecimiento o sólo en los comercios pertenecientes a la empresa emisora.
Las condiciones y limitaciones
Los cheques descuento permiten obtener un mejor precio a la hora de adquirir determinados productos, bienes y servicios, pero conviene tener en cuenta que se trata de promociones sujetas a condiciones muy determinadas que limitan la libertad de elección. Se encuentran escritas -a menudo en letra pequeña- en la propia papeleta. Éstas son las más frecuentes:
- Compra mínima: para beneficiarse de la ventaja indicada en cada papeleta, se dispone como condición un gasto mínimo o la compra de un determinado producto.
- Fecha de caducidad: el periodo de promoción es limitado en cada caso. La fecha viene impresa en el cupón. En el sistema de «chequeras» promocionales, es habitual que la publicación de nuevos talonarios se corresponda con campañas de temporada: primavera, invierno… Por otra parte, pueden existir limitaciones relacionadas con fechas álgidas. Es decir, que un descuento en cines no se pueda usar en fin de semana o disfrutar de una estancia en hotel durante la temporada alta.
- Centros adscritos limitados: hay que consultar en la papeleta si el establecimiento al que se desea acudir está adscrito a la promoción en cuestión. A veces están limitados a una lista concreta o a una comunidad autónoma, y existen excepciones como la no validez fuera de la península, por ejemplo. Es conveniente preguntar en el propio comercio antes de realizar ninguna compra.
- No acumulable: la ventaja a la que da derecho el cupón no se podrá sumar a otras, ni usar varios cupones de una vez, por lo que hay que calibrar qué promoción conviene más de entre las disponibles.
- No canjeables por efectivo.
- Oferta limitada: lo habitual es que la ventaja sea aplicable a un número reducido de productos y servicios, muy delimitado y específico en cada clase.
Los cheques y cupones descuento tienen el peligro de dejarse llevar por aparentes gangas y acabar gastando más de lo que se hubiera abonado por el producto regalado. Por ello, para ahorrar unos euros, la clave está en utilizarlos de manera planificada:
- Realizar una lista de los productos necesarios. Si se trata de cupones que obligan a gastar una cuantía mínima, hay que hacer una compra de cierta importancia para poder sacarles partido.
- Reunir los cupones que se tengan y ver cuáles pueden servir para la adquisición de los productos necesarios, o sus equivalentes.
- En casos de cupones “de cliente”, no hay que olvidar la tarjeta asociada, sin la cual no se podrán obtener las ventajas. Si hay más de un titular, con un tarjeta de diferente numeración, hay que tener en cuenta que los cupones están vinculados a una tarjeta única y exclusiva por la que se obtuvo el cupón, y no se pueden usar cupones vinculados a una tarjeta con otra numeración diferente.