El otoño es una estación complicada para el ahorrador. Mientras vamos perdiendo horas de luz, nos toca lidiar con altibajos en las temperaturas. Por ello, durante estos meses es importante ser más conscientes de cómo consumimos energía y eliminar los malos hábitos. Pero si no sabes por dónde empezar, te conviene estar atento al artículo que viene a continuación. En él hacemos un recorrido por los aspectos que debes tener en cuenta si quieres que esta época del año no afecte a tus facturas de la luz ni del gas.
La tarifa de luz y gas más interesante para el otoño
Antes de ponernos a revisar nuestras costumbres en busca de puntos flacos, debemos echar un vistazo a las facturas de la luz y el gas que asumimos. Tal vez hace mucho tiempo que firmamos el contrato y no sabemos cuánto pagamos por el kW y ni siquiera qué tarifa de luz tenemos contratada. Por eso, lo primero es ponernos al día para constatar que tenemos una modalidad económica.
Para comprobar si estamos abonando una cantidad “justa”, lo más rápido es revisar el precio para el kWh que nos están cobrando y compararlo con lo que se está ofreciendo en la actualidad. Para ello podemos recurrir a un comparador de tarifas de luz y gas.
Además, aprovechando que en breve se aplicará el cambio horario, es un buen momento para plantearnos dar el salto a una tarifa de luz con discriminación horaria. Esta versión nos ofrece un importe más bajo para el consumo que realicemos por la noche. De hecho, el coste llega a ser la mitad (o incluso menos). Por este motivo, basta con que el 60 % de nuestro consumo lo hagamos por la noche para ver una bajada del recibo a final de mes.
Un consumo responsable, la clave del éxito
Para evitar que nuestras facturas se disparen en otoño, debemos ser responsables. Además de tener las tarifas de luz y gas económicas, debemos ser consumidores eficientes. Pero ¿qué podemos hacer para lograrlo? Existen dos puntos vitales: la luz y la temperatura.
Uno de los aspectos que más identifican a esta estación del año es que los días se van acortando; es decir, vamos perdiendo horas de luz natural, lo que significa que nuestro gasto en electricidad tiende a subir. Por eso, una forma de mantener a raya nuestros recibos consiste en apostar por iluminación LED, que es la que consume menos.
Ahora bien, decantarse por las bombillas LED no implica que podamos dejarlas encendidas todo el día. Hasta final de octubre podemos pasar gran parte de la tarde sin necesidad de luces auxiliares. El único truco es subir las persianas y correr las cortinas, permitiendo que entre la máxima claridad.
Al igual que debemos ser coherentes con el uso de las lámparas, no podemos activar la calefacción a la mínima que baje un poco la temperatura. Si bien octubre es un mes de contrastes, todavía es un poco pronto para recurrir a la calefacción central. Así, durante estos días es preferible adaptar la ropa a la temperatura propia de la estación: tal vez ha llegado el momento de guardar el pijama de verano.
De igual forma, si somos de los que disfrutamos duchándonos con agua caliente, posiblemente estos días ya empecemos a sentir el agua un poco fría. Antes de subir la temperatura del calentador del agua, pensemos: ¿en realidad notamos fría el agua o el cuarto de baño en sí? Tal vez basta con cerrar la ventana o la puerta mientras nos duchamos para obtener una mejor sensación térmica. En caso contrario, debemos controlar cuánto subimos la temperatura, ya que influye de manera directa sobre el recibo.
Puesta a punto de la casa para el frío: el golpe maestro
Con una buena tarifa y teniendo bajo control los dos principales problemas de esta estación (luz y temperatura), podemos hacer algo más para controlar las facturas. De hecho, el otoño es un buen momento para poner a punto nuestra casa y llegar al invierno en las mejores condiciones para gastar lo mínimo.
Así, en estas semanas que aún tenemos luz natural, pero ya se empiezan a notar algunas corrientes de frío, podemos aprovechar para hacer pequeños arreglos en casa. El más determinante es el del aislamiento, ya que constituye el principal problema de cara al invierno. Así, si percibimos que entra frío por alguna ventana, ¡toca ponerle solución! Basta con instalar unos burletes en las ventanas para lograrlo.
De igual forma, ahora que aún no necesitamos la calefacción, es buena época para limpiar los filtros del aire acondicionado o los radiadores. Por no mentar la limpieza de grandes electrodomésticos, como la nevera, que suele acumular polvo que provoca un mal funcionamiento.
En definitiva, podemos aprovechar a hacer un poco de limpieza y arreglar las cuatro cosas que hacen que en invierno acabemos necesitando consumir más luz y gas para estar bien en casa.