No cabe duda de que, si se efectúa un mantenimiento adecuado, cualquier electrodoméstico durará más tiempo y se reducirá el gasto energético.
La lavadora no es una excepción; si se realizan periódicamente unas pequeñas operaciones de mantenimiento se conseguirá tener la máquina siempre a punto y se prolongará su vida útil. He aquí algunos consejos sencillos y prácticos:
–Deje la puerta de la lavadora abierta durante un tiempo tras sacar la ropa lavada. Se trata de que el aire circule y se seque bien el interior del tambor. Además de una norma de higiene también evitará oxidaciones prematuras y que la goma de la puerta se estropee antes de tiempo.
–Es imprescindible secar bien la goma de la puerta tras cada lavado para que no salgan mohos.
–No olvide limpiar la cubeta del jabón cada vez que sea necesario. La operación es muy sencilla y sólo se necesita agua y un cepillo.
–Limpie periódicamente el filtro para evitar atascos en el circuito de agua. Para ello simplemente se debe abrir el tapón situado en el frontal de la lavadora (a veces está tapado por el embellecedor inferior) con un pequeño destornillador y quitar los hilos o pelusas.
–La limpieza exterior es importante para evitar la formación de óxidos. Se debe pasar un trapo previamente sumergido en agua templada con jabón no abrasivo y secar posteriormente con un paño suave. Una buena opción es la compra de una lavadora de acero, que pese a ser más cara, es más duradera y resistente.