Ahorrar en las facturas de luz y gas está entre los objetivos que más nos marcamos los consumidores. No obstante, en la mayoría de las ocasiones, nos obcecamos en cambiar nuestros hábitos, cuando el problema es el propio contrato. Por ello, ahora que llega el calor y es posible que necesitemos gastar un poco más de electricidad por tener que hacer uso del aire acondicionado, en este artículo repasamos los puntos que debemos tener en cuenta al comparar tarifas eléctricas para dar con la mejor. Y es que, por muy poco que consumamos, no conseguiremos nada, si los precios son elevados.
Definir nuestro perfil de consumidor, el primer paso para comparar
Si nuestras facturas eléctricas son elevadas y consideramos que estamos haciendo un uso racional de los aparatos de la casa, es posible que nuestro enemigo sea el propio contrato. Para averiguarlo, primero tendremos que definirnos como consumidor. Esto significa que debemos preguntarnos:
- ¿Para dónde es el suministro? ¿Para nuestro piso o la oficina?
- ¿Cuándo utilizamos más la electricidad?
- Por nuestra situación económica o personal, ¿podemos solicitar el bono social?
A partir de aquí, podemos acudir a un comparador de tarifas de luz y gas en el que encontrar todas las ofertas sin tener que ir de compañía en compañía. Pero aquí no acaba nuestro trabajo. Con toda la lista de tarifas disponibles a nuestro alcance, debemos filtrar las que más nos convengan por nuestro perfil. Por ejemplo, si estamos buscando renovar el contrato de electricidad de nuestra vivienda, iremos directamente sobre las modalidades de hogar. Y si hemos señalado que gastamos más energía por la noche, será interesante quedarnos con las ofertas con discriminación horaria.
Pero el punto que no debemos olvidarnos es el del bono social. Esta ayuda solo se mantiene si estamos en el mercado regulado y con la tarifa por horas. Por lo tanto, en este caso no nos valdrá con cambiar de contrato, ya que las comercializadoras de referencia tarifican el coste del kWh en función del mercado. Es decir, no notaríamos diferencia entre unas y otras.
Desglosar la tarifa de luz, básico para saber cuánto pagaremos
El mercado eléctrico siempre ha tenido mala fama por no ser claro en sus precios. Sin embargo, el principal problema es que sus tarifas no muestran el coste final que pagaremos en nuestros recibos.
Imagen: RyanMcGuire
Para evitar un buen susto, debemos comparar tarifas con una factura actual de nuestra casa. Y si aún no hemos dado de alta el servicio, podemos solicitar a un familiar que tenga un ritmo de vida similar al nuestro que nos preste una. De esta forma, tendremos un coste final orientativo con el que poder comparar. Pero ¿el qué? De primeras, solo dos valores:
- Potencia. Es un precio fijo que debemos multiplicar por los kW que contratemos, por lo que cuanto más barato, mejor. En las comercializadoras reguladas nos cobrarán 3,1702855 euros/KW al mes, pero en el mercado libre esta cifra puede subir.
- Consumo. Cada comercializadora pone sus importes, con lo que la historia se complica. Para hacernos una idea, en junio de 2019 el precio más bajo ronda los 0,119893 euros/kWh, mientras que el más alto es de 0,160417 euros/kWh.
Vigilar la letra pequeña del contrato antes de firmar
Tras comparar precios, solo queda asegurarnos de que la compañía no nos tiene reservada ninguna sorpresa para más adelante. Para ello, debemos entrar en las particularidades del contrato.
Así, uno de los primeros puntos que tendremos que mirar es si nos exige sumar algún servicio adicional. En 2019 es poco frecuente encontrarnos con tarifas de luz ligadas a servicios extras, como el mantenimiento de la instalación. No obstante, sí que se utilizan como moneda de cambio si nos aplican algún descuento. Por ello, dado que el coste del servicio supera con creces la rebaja que conseguimos por tenerlo, es preferible evitarlo.
El otro punto que hay que supervisar es si la compañía tiene alguna promoción aplicada. Aunque no es una situación generalizada, existen casos donde los precios del kWh ya se muestran con el descuento. En esta coyuntura, tendremos que mirar la letra pequeña para saber hasta cuándo se nos aplicarán dichos costes y cuánto se encarecen después.
Por último, debemos ver si nos obliga a firmar un compromiso de permanencia. En este caso no es tan habitual querer cambiarnos de eléctrica con regularidad. No obstante, siempre es más conveniente evitar estas cláusulas, por si la tarifa al final no se nos acabara de ajustar.
En definitiva, encontrar la mejor tarifa de electricidad para nuestra casa requiere de tiempo. No obstante, si nos apoyamos en un comparador y revisamos las mejores ofertas con una factura actual, podemos lograrlo con facilidad.