Algunos productos de limpieza de uso común en los hogares contienen sustancias químicas que pueden resultar peligrosas o tóxicas, y si se utilizan de manera inadecuada causan efectos nocivos sobre la salud humana o sobre el medio ambiente.
En su etiquetado, de acuerdo con el Real Decreto 255/2003, por el que se regula la clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos y con la Nota Técnica de Prevención nº 635 (NTP 635) del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, encontramos una serie de símbolos o pictogramas que adviertan al consumidor de los riesgos que conlleva un uso incorrecto.
Atendiendo a los efectos que producen sobre el medio ambiente, o sus propiedades ecotoxicológicas, las sustancias o preparados que presenten o puedan presentar un peligro inmediato o futro para uno o más componentes del medio ambiente se denominarán peligrosos para el medio ambiente. Son sustancias muy tóxicas para los organismos acuáticos, tóxicas para la fauna y peligrosas para la capa de ozono.
Algunos productos peligrosos para el medio ambiente son los pesticidas y los clorofluocarburos (CFC), contenidos en algunos aerosoles que debilitan la capa de ozono. La producción y consumo de CFC se prohibieron en la Unión Europea en 1995, no obstante, siguen utilizándose en los inhaladores -dosificadores destinados al tratamiento del asma y de las bronconeumopatías.
Precauciones
Se debe eliminar la sustancia o sus restos como producto peligroso, entregándolos en los lugares de recogida adecuados, para que se pueda proceder a su reciclado. Nunca hay que verter estos productos en el agua y hay que almacenarlos apropiadamente de forma que se impidan escapes o fugas para evitar la contaminación del medio ambiente.