Existen muchas formas de evitar gastos innecesarios en el cuarto de baño y en la cocina. Si se consume el agua con racionalidad, la factura se reducirá y, además, se hará una aportación a la mejora del medio ambiente. Siguiendo algunas pautas de consumo diarias lograremos los objetivos mencionados.
– Reducir el consumo de agua caliente en el baño. El uso del agua caliente implica un gasto económico y ecológico. Se puede evitar el gasto innecesario duchándose en lugar de bañándose. La ducha implica un eficaz método de higiene, que permite ahorrar hasta seis veces la cantidad de agua que se consumiría tomando un baño.
En el mercado se pueden encontrar cabezales de bajo consumo para las duchas, que consiguen reducir el gasto de manera notable. Algunos modelos mezclan el agua con burbujas de aire, logrando un ahorro importante sin reducir la presión. Otros modelos aumentan la presión para que la cantidad de agua consumida sea menor.
– Reducir el agua desechada por el inodoro. Es importante no despilfarrar el agua potable, especialmente si pensamos que en algunas zonas la sequía es un gran problema que, lejos de disminuir, se acrecienta cada año. Para realizar un consumo responsable del agua que se va por el inodoro se pueden seguir varios consejos:
1-Utilizar el botón adecuado tras orinar o defecar. Conviene recordar que el dispositivo para evacuar los orines o tecla ahorro gasta tres litros de agua, mientras que apretando el otro botón del inodoro se vaciarán los nueve litros del depósito.
2-Un truco casero para no gastar más de lo necesario es colocar una botella de plástico llena de agua en el depósito del inodoro. De esta forma se ahorrará el equivalente a la capacidad de la botella cada vez que se tire de la cadena.
– En la cocina el consumo de agua está ligado al fregadero y al lavavajillas. En el fregadero conviene seguir las pautas marcadas respecto al empleo de agua caliente. La colocación de atomizadores en los grifos, similares a los de la ducha, permiten un importante ahorro. También existen sistemas que permiten graduar la temperatura del agua antes de abrir el grifo, con lo que se evita el despilfarro.
A la hora de elegir el lavavajillas es importante tener en cuenta cuántos litros de agua necesita para fregar los útiles de cocina. Estos electrodomésticos están regulados por diferentes normativas europeas, que permiten al consumidor conocer el grado de eficiencia. Dependiendo del consumo, tanto de luz como de agua, estos aparatos están catalogados por letras. La letra A es la correspondiente al más respetuoso con el medio ambiente y mejor equipado para el ahorro energético.