La lavadora se ha convertido en un electrodoméstico indispensable en cualquier hogar. Gracias a este aparato, la colada ha dejado de ser una labor pesada para convertirse en una tarea fácil realizada por una máquina, pero que supone un gasto eléctrico y, por supuesto, de agua. Expresado en cifras, el consumo de la lavadora supone el 5% del coste de electricidad en los hogares españoles.
En cualquier caso, no es difícil conseguir una reducción del consumo de electricidad y agua de este electrodoméstico si se le da un uso adecuado lavando a plena carga, en ciclos económicos y a baja temperatura. Estos son una serie de consejos que permiten aprovechar la lavadora de la forma más eficiente posible.
Sin embargo, el primer paso que contribuirá al ahorro consiste en elegir el aparato que mejor se ajuste a nuestras necesidades. A la hora de adquirir una lavadora debe tener en cuenta la categoría de eficiencia energética. Esta información se encuentra en una etiqueta y se trata de una escala que va desde la letra A hasta la G. Los clasificados con eficiencia energética A ahorran durante su vida útil respecto a los de la clase G el equivalente al consumo una familia media durante nueve meses y suponen una menor emisión de CO2 a la atmósfera.
Así, podemos destacar como electrodomésticos muy eficientes aquellos que emplean la tecnología «Fuzzy Logic». Este tipo de lavadoras están diseñadas para tomar decisiones inteligentes durante el lavado como adaptar el tiempo según el tipo de ropa.
Una vez elegida la lavadora adecuada hay que procurar realizar coladas de forma ecológica y ahorrar energía. Para ello, sólo debemos seguir una serie de recomendaciones como las siguientes:
–Utilizar la lavadora al máximo de su capacidad pero sin llenarla en exceso, procurando no superar los 4 ó 5 kilogramos de ropa.
–Evitar las temperaturas altas de lavado. La mayor parte de la energía que consume este electrodoméstico, entre el 80 y el 85%, se utiliza para calentar el agua, por lo que es muy importante lavar, siempre que se pueda, con los programas de baja temperatura. En caso de que la suciedad no lo permita se recomienda utilizar agua templada. Así el ciclo de lavado a 90º C consume casi el doble de energía que el de 60º C y cuatro veces más que el de 40º C.
–Hoy en día, los detergentes trabajan muy bien incluso en frío. Salvo que se trate de manchas de aceite, basta con usar ciclos de agua templada o fría para que la ropa quede limpia. Por eso conviene clasificar las prendas con más suciedad y únicamente para ellas usar agua caliente, aunque también es recomendable dar un tratamiento preliminar a las manchas para poder programar la lavadora en ciclos cortos y económicos.
–Dosificar el detergente. Una dosificación adecuada reduce la cantidad de jabón vertida al medio ambiente. Por el contrario, si se echa detergente en exceso provoca la producción de mucha espuma que hace trabajar innecesariamente al motor de la lavadora además de contaminar. Por esta razón, es aconsejable no superar la cantidad recomendada por el fabricante.
–Los detergentes líquidos hacen trabajar menos a las lavadoras, pero si usa uno sólido puede diluirlo en agua antes de introducirlo en el aparato.
–Conviene evitar el uso de la secadora mediante un centrifugado potente. La secadora es una gran consumidora de energía, por lo que limitaremos su uso a casos de urgencia y en la medida de lo posible lo sustituiremos por un centrifugado de alta velocidad.
–Limpiar el filtro periódicamente permite mejorar el rendimiento de la lavadora e incluso prolonga su vida útil. Igualmente se debe inspeccionar el orificio de ventilación para asegurarse de que no esté obstruido.
–Podemos usar la lavadora durante las horas de consumo mínimo o por la noche en caso de tener contratada la tarifa nocturna reducirá el gasto. Por supuesto esto sólo lo pueden hacer los ciudadanos que por la radicación de su domicilio no molesten a sus vecinos con el ruido del electrodoméstico. Asimismo, para aprovechar la potencia eléctrica acordada debemos evitar poner en funcionamiento la lavadora simultáneamente con otro electrodoméstico como puede ser el lavavajillas o la vitrocerámica.