Muchos de los productos de limpieza que se utilizan en la higiene y cuidado doméstico contienen sustancias y preparados químicos que pueden resultar peligrosos para la salud humana, para los animales o para el medio ambiente. Es por ello que, tanto en su manipulación como en su almacenaje se debe ser extremadamente cuidadoso.
Un aspecto primordial para la seguridad del usuario es que cada producto de limpieza esté contenido en un envase adecuado, correctamente etiquetado, que reduzca al mínimo el riesgo de accidentes domésticos.
Según el real decreto 255/2003, que regula la clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos y la Nota Técnica de Prevención nº 635 (NTP 635) del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, los envases utilizados para la comercialización de sustancias peligrosas deberán cumplir las siguientes condiciones:
. Estar diseñados y fabricados de tal modo que no sean posibles pérdidas de contenido (siempre que no dispongan de dispositivos especiales de seguridad).
. Los materiales con los que estén fabricados y sus cierres no deberán ser atacables por el contenido, ni formar combinaciones peligrosas con el cierre.
. Los envases y cierres deberán ser fuertes y sólidos.
. Los recipientes con un sistema de cierre reutilizable habrán de estar diseñados de forma que pueda cerrarse el envase varias veces sin pérdida de su contenido.
. Las sustancias muy tóxicas, tóxicas o corrosivas que puedan llegar al público en general, deberán disponer de un cierre de seguridad para niños y llevar una indicación de peligro detectable al tacto.