Gracias a los avances tecnológicos y a la presión de consumidores y gobiernos, los fabricantes de electrodomésticos han ido trabajando en nuevos modelos con una alta eficiencia energética.
En algunos casos los electrodomésticos alcanzan hasta un 60% de ahorro en el consumo de energía respecto al de los modelos clásicos y con las mismas prestaciones que éstos o incluso más.
En relación a este tema la Comunidad Económica Europea ha emitido una normativa que obliga a los fabricantes a identificar cada electrodoméstico con un nivel de eficiencia comparándolo con el tipo estándar. Por ello, en la placa de características deberá aparecer una letra de la A a la G, correspondiendo a la letra A el nivel más eficiente.
Esta etiqueta energética la deberán incorporar todos los electrodomésticos de nueva fabricación, siendo los más eficientes los aparatos que lleven una de las tres primeras letras.
Así podemos señalar que el ahorro energético según la Etiqueta frente al estándar es el siguiente:
Etiqueta A = Muy alto nivel de eficiencia ( + 45 % )
Etiqueta B = Alto nivel de eficiencia ( + 30 % )
Etiqueta C = Nivel medio de eficiencia (+ 10 % )
El resto de letras D, E, F y G que aparezcan en las etiquetas tendrán un nivel de eficiencia menor y decreciente según nos vamos acercando a la G.
En conclusión diremos que otra forma de ahorrar energía es comprar electrodomésticos que en cuya Etiqueta Energética marque un nivel de eficiencia alto porque eso nos va a suponer un importante ahorro de energía.