Los servicios funerarios son caros. En España, el coste de un entierro supera los 3.000 euros, de media. Una suma importante, y más si se tiene en cuenta que, tras la muerte de un familiar, se bloquean cuentas, se reducen los ingresos del hogar, etc. Esto puede suponer un grave agujero para el bolsillo, un pesar más que sumar a la pérdida definitiva de un ser querido. Por estas razones, y como abordamos en las siguientes líneas, tener un seguro resulta muy útil, ya que por un precio medio de 4,75 euros al mes, se hacen cargo del coste del funeral y atienden, además, a otras cuestiones relevantes tras el fallecimiento.
¿Debería tener un seguro de decesos?
El 45 % de los españoles tiene contratado un seguro de decesos, casi 20 millones de personas. De hecho, «es el seguro con mayor capilaridad social, solo superado por los de automóviles», afirman los expertos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). En su informe ‘Estamos Seguros 2017’ se puede comprobar cómo en algunas provincias más del 78 % de la población tiene contratado este producto.
¿Compensa tener seguro funerario? Las cifras del trabajo de Unespa señala que para muchos españoles así es, pues el año pasado el sector se hizo cargo del entierro de 255.934 personas (el 60 % de los fallecidos). Enfrente están los argumentos de quienes piensan que el seguro de decesos es un gasto que nos podríamos ahorrar. ¿Por qué? Con lo que se paga cada año por la póliza se podrían abonar dos o tres funerales, llegado el momento. Y es preferible pagar de una sola vez.
Los expertos del sector discrepan. Representantes del área de Desarrollo de Productos de Santalucía aseguran que tener cobertura «ayuda a mitigar los gastos de los familiares en el momento del fallecimiento del ser querido, liberándoles de abonar una cuantía importante de un solo pago en un momento delicado y, muchas veces, imprevisto».
En la misma línea se pronuncian desde Unespa, al explicar que «un seguro de decesos no es un plan de ahorro, en el que se va haciendo una hucha durante años para pagar el funeral«. Entre otras cuestiones, porque en esa «hucha» no se tiene en cuenta que «nadie sabe qué día ni a qué edad va a morir, y estas pólizas incluyen un importante factor: el riesgo. Contemplan la posibilidad de que muramos cualquier día», indican. Y, con ellas, estamos cubiertos desde el día siguiente a la firma de la póliza.
Asimismo, el seguro es un «gran solucionador» que facilita todas las gestiones necesarias, tanto para la realización del sepelio, como toda la tramitación posterior que implica dicha situación (gestión documental, tramitación de pensiones, certificados…), indican desde Santalucía.
Desde el abuelo hasta el bebé: pólizas familiares
¿A quién cubre un seguro de decesos? Lo habitual es que las pólizas «sean familiares, y se puede incluir desde el abuelo hasta el bebé recién nacido», explican desde Unespa.
Formar una familia suele implicar una motivación mayor para contratar el seguro de decesos
¿Y a qué edades los contratamos más? Los índices de suscripción más altos de este producto se dan pasados los 45 años y, muy en especial, en la vejez, según se recoge en el informe, aunque comenzamos a preocuparnos antes y, «en general, empieza a haber mayor predisposición a partir de los 20/30 años», matizan los expertos de Unespa. Desde Santalucía señalan que influye mucho el ciclo vital en el que nos encontremos y «formar una familia suele implicar una mayor motivación para la contratación de este tipo de seguro».
¿Qué nos cubre el seguro de fallecimiento?
Las pólizas de decesos contemplan los servicios y gestiones necesarias para realizar un entierro o incineración. Estas son el certificado de defunción, el féretro, coche fúnebre y de acompañamiento, tanatorio, flores, recordatorios, esquelas en prensa y radio, servicio religioso o civil, la urna y los gastos de incineración o inhumación. En ocasiones, también se incorpora la unidad de enterramiento (nicho, sepultura o columbario), la lápida y la inscripción. Además, es habitual que las básicas incluyan los gastos derivados del traslado del fallecido de un lugar a otro, dentro de España, y la repatriación.
Pero, como señalan desde Santalucía, «la tendencia actual en el sector es la de no circunscribir la oferta de valor del seguro solo a lo relacionado con el fallecimiento». Así, cada vez más se incorporan garantías de uso en vida como asistencia jurídica, en viajes, salud y bienestar, garantías digitales como borrado de huella digital o testamento online….
¿Cuánto nos cuesta el seguro de defunción?
¿Qué precio tiene un seguro? Establecer un importe por asegurado depende de diferentes factores, explican desde Santalucía: la edad, la localidad de residencia, el tipo de prima o la modalidad del servicio (inhumación, nicho o incineración), etc. Todo ello hace difícil establecer un coste medio representativo.
Sin embargo, conforme a la información disponible en ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones) a cierre de 2017, la prima para un seguro medio «estaría en torno a los 4,75 euros al mes por asegurado» (228 euros al año para una familia de cuatro miembros), mientras que para un seguro nivelado (la prima es constante y no varía como consecuencia del riesgo) sería de unos 7,89 euros al mes por asegurado, calculan desde Seguros Santalucía.
¿Hay ofertas o bonificaciones? Como señalan los expertos, existen garantías donde el precio se establece por póliza y no por número de asegurados, por lo que cuesta igual para una persona que para una familia de cinco. Además, puntualmente las aseguradoras pueden brindar distintas promociones y ofertas.