¿Sabías que un exceso de calefacción puede hacer que aumentes de peso? Además, una temperatura ambiente que supere los 23 o 24 grados puede provocarte dolores de cabeza y empeorar los síntomas de la dermatitis atópica o algunos problemas respiratorios. Si a ello añadimos que la calefacción demasiado alta contamina las ciudades y encarece tus facturas, podría ser conveniente ponerla menos o bajar el termostato durante este invierno. Pero aún hay más motivos. A continuación te los contamos.
Las temperaturas ya invitan a ponerse abrigo, bufanda… y a encender la calefacción. Sin embargo, es importante no ponerla demasiado tiempo, ni a una temperatura elevada. Tu salud, tu casa, el medio ambiente y tu economía familiar lo agradecerán. Aquí te presentamos seis razones para no pasarse con la calefacción.
⏩ 1. Calefacción más baja, ahorro seguro
Si disminuyes el tiempo en que utilizas la calefacción en casa, ahorras. Pero, sobre todo, gastarás menos si no la pones muy alta, pues cada grado la que subas, supone un gasto de 35 euros al año, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Una temperatura entre 19 y 21 grados es lo idóneo y resulta confortable para la mayoría de las personas», dicen los expertos
Mantener tu casa “con una temperatura entre 19 y 21 grados es lo idóneo, y es confortable para la gran mayoría de las personas”, señala Juan Bravo, médico de familia. Durante las noches es conveniente bajar unos grados (si no pones la calefacción de noche, mejor aún). Al mantener la temperatura aconsejada conseguirás un ahorro de entre un 8 % y un 13 % en tu consumo, según el IDAE.
⏩ 2. Menos calefacción, más ahorro energético
Los coches y fábricas contaminan; la calefacción, también. En concreto, un 20 % de la contaminación de la ciudad proviene de las calefacciones y su uso ineficiente, según los datos que arroja un informe realizado por la Universidad de Harvard (EE.UU.).
Un modo de rebajar este porcentaje es mantener una temperatura cercana a los 20 ºC y tener muy presente que, tal y como informa el IDAE, cada grado que aumentemos, se incrementa el consumo de energía en casa alrededor de un 7 %. En la misma línea, un estudio italiano señala que con solo bajar dos grados el termostato, se puede reducir en un 10 % la contaminación asociada a la calefacción en las grandes urbes europeas.
⏩ 3. Baja el termostato para tener mejor salud
No es necesario estar en camiseta en casa durante el invierno. En realidad, no es necesario ni sano: es perjudicial pues «los contrastes bruscos frío/calor provocan numerosos resfriados», explica el médico de familia. La temperatura doméstica adecuada, según Antonio Acosta, médico experto en nutrición, ha de mantenerse como máximo, en torno a los 23 grados, y «un exceso puede provocar sequedad en las mucosas o un aire menos rico en O2 (oxígeno), con un posible enlentecimiento del retorno venoso».
Un exceso de calor y sequedad provoca dolores de cabeza y puede empeorar cuadros respiratorios o de dermatitis
Además, un exceso de calor y sequedad es contraproducente para las personas con problemas respiratorios y «agrava los brotes y picores que provoca la dermatitis atópica«, indica Bravo. Su colega añade un problema más, muy común durante el invierno: «Los dolores de cabeza frecuentes que originan los gases tóxicos de la calefacción».
⏩ 4. Menos calefacción para mantener a raya los kilos de más
El confort térmico favorece el aumento de peso, puesto que la necesidad de consumir energía para permanecer calientes desciende con brusquedad. Así lo indican diversos estudios (Universidad de Maastricht en Países Bajos, Universidad de Ottawa en Canadá…) y lo corrobora Antonio Acosta, médico experto en nutrición.
Acosta asevera que con el frío aumenta el metabolismo basal, por lo cual, en esas circunstancias, para elevar o mantener la temperatura corporal de unos 37 ºC es preciso un mayor consumo de calorías. Por ello, «si el ambiente es más caluroso, los requerimientos para mantener la temperatura son menores y, por ende, el gasto de energía corporal es menor».
⏩ 5. Poner la calefacción más baja resguarda tus muebles
Una temperatura demasiado elevada estropea tus muebles, en especial los de metal y madera. La temperatura ambiente para que la madera se mantenga en las mejores condiciones oscila entre 20 ºC y 24 ºC. Si se supera, y durante largos períodos de tiempo, se pueden producir formaciones, abombamientos e incluso grietas.
Algo similar sucede con los libros y documentos. Los ambientes muy caldeados y secos (los que provoca la calefacción) son muy dañinos para el papel: las hojas se secan y, con el tiempo, acaban por volverse más quebradizas. La temperatura idónea para estos documentos está entre 18 ºC y 21 ºC, con una humedad del 35-55 % . Además, estas condiciones deben ser constantes, pues cambios bruscos suponen la contracción y dilatación del documento.
⏩ 6. Calefacción en su punto: alimentos mejor conservados
Si tienes la calefacción demasiado alta, los alimentos que dejas a temperatura ambiente también pueden estropearse, en especial las frutas que necesitan un lugar ventilado y fresco para conservarse.
Lo mismo sucede con muchas plantas de interior, cuyas hojas se estropean y caen en muchos casos durante el invierno por estar en ambientes demasiado secos y calurosos. No todas resisten igual, pero «la temperatura normal que necesita una planta de interior está entre 15 ºC y 20 ºC«, explica el paisajista Fernando Álvarez.