Cada vez incorporamos a los hogares un mayor número de electrodomésticos, lo que lleva consigo un incremento considerable de consumo de energía. Los electrodomésticos suponen el 20% del gasto total energético de un hogar. El frigorífico, el congelador, el lavavajillas, la lavadora y la cocina se llevan la mayor parte de éste. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el mayor coste de adquisición compensa a la larga el consumo energético de su vida útil.
En relación con la lavadora, la Agencia Regional de Consumo del Principado apunta que el lavado con agua fría ahorra hasta un 90% de la electricidad. A su vez, las lavadoras de carga frontal, resultan más económicas al gastar menos energía y agua que las de carga superior. Si bien no hay mucha diferencia entre los modelos, sí existen una serie de factores a tener en cuenta a la hora de adquirirlos. Tanto las lavadoras como los lavavajillas vienen equipados con mecanismos de seguridad que evitan su funcionamiento ante la apertura de la puerta, y con sistemas que no permiten la inundación por rebosamiento del tambor. El usuario se debe asegurar de que estos sistemas funcionan correctamente.
Los fabricantes también han introducido mejoras notables en los electrodomésticos que acortan los periodos de lavado y optimizan su consumo energético, aunque algunas prestaciones encarecen el precio del producto.
Antes de comprar un aparato para el hogar, se deben tener en cuenta las garantías que los fabricantes ofrecen en sus productos, así como sus servicios postventa. En este aspecto hay garantías que no responden a lo establecido por la ley y, por este motivo, el comprador deberá leer atentamente el etiquetado y el manual de uso de los productos adquiridos para comprobar que todo está en orden.