De nada sirven los consejos mil y una veces repetidos por las fuerzas del orden: la mayoría de los ciudadanos lleva toda la documentación, el dinero, las llaves y el móvil juntos. Si pierde o le roban el bolso o la cartera, queda a merced de su suerte… ¿Cómo salir de esta situación? Acudir a la policía y denunciar la sustracción, y avisar al banco para anular las tarjetas son los primeros y más importantes pasos.
Tarjetas
Uno de los principales problemas que genera el robo o pérdida de las tarjetas es la falta de liquidez ante cualquier gasto que haya que afrontar en los siguientes días. Para dotarse de efectivo en metálico y hacer frente a las necesidades diarias hay tres alternativas.
Llamar a la entidad para dar parte de la desaparición de la tarjeta y pedir la reposición inmediata de la tarjeta. Será el mismo «plástico» aunque con diferente numeración y código de seguridad para acceder a los cajeros automáticos. Tiene el inconveniente del excesivo plazo en que se efectúa el envío.
Si no es fin de semana, acudir a una sucursal del banco o caja donde se tenga contratada la cuenta corriente o libreta de ahorro y retirar el dinero que se necesite. Es la más sencilla, pero restringida a horarios laborales.
Para casos de urgencia, si el percance ocurre por la noche o fines de semana: acudir a un servicio de pago que permita enviar dinero al propio teléfono móvil, para después retirarlo de un cajero automático de forma instantánea. Estos envíos se pueden realizar a través de Internet, teléfono móvil o desde la oficina bancaria. Para acceder a este servicio los únicos requisitos que se piden es ser cliente de algún banco o caja de ahorros que cuente con esta prestación, y conocer el número de teléfono móvil de la persona a la que se quiere mandar el dinero (en este caso, uno mismo).
Sin DNI
Para salir del paso cuando se ha perdido el Documento Nacional de Identidad, se puede utilizar el pasaporte, el permiso de conducir, e incluso los carnés emitidos por las universidades u otras entidades de ámbito cultural. Pero lo más probable es que todos los documentos hayan desparecido a la vez, al encontrarse en la misma cartera. Si no es así, conviene saber:
El pasaporte es de los pocos documentos que no se llevan en la cartera por norma general, a no ser que se realice un viaje al extranjero o algún tipo de gestión muy especializada (visita a consulados, retirada de divisas, etc.) y suele tener los mismos usos que los del DNI, por lo tanto puede servir como sustituto antes de recuperarlo o de que nos proporcionen uno nuevo.
El permiso de conducir puede servir para votar, registrarse en un hotel o hacer ciertas gestiones administrativas.
Es difícil realizar una gestión importante con los carnés universitarios o culturales.
Cuando desaparece el DNI, se pueden utilizar el pasaporte o el permiso de conducir
Desde la implantación de las nuevas tecnologías en la emisión de carnés o documentos oficiales ha variado la mecánica para tramitar su pérdida o hurto. Si lo que se ha perdido (o han sustraído) es el DNI, que desde hace meses se tramita sólo en formato electrónico, los afectados deben seguir los siguientes pasos:
Deben presentar ante la comisaría de policía más cercana una denuncia del robo o sustracción del documento, a la que se le añadirá una fotografía en color y el abono de las tasas estipuladas para tal efecto.
Si el DNI robado o sustraído estaba confeccionado en el modelo tradicional y, ya que se ha sufrido este percance, se desea tener el nuevo documento electrónico, habrá que acompañar la denuncia (más las fotos y las tasas) con un certificado de nacimiento expedido por el registro civil, y un volante de empadronamiento.
Para denunciar la pérdida del DNI electrónico hay que personarse en cualquier oficina de expedición. Tras la denuncia, los certificados electrónicos de cada documento quedan anulados de manera automática, lo que imposibilita que algún extraño pueda realizar alguna transacción telemática con ellos.