Imagen: Amanda Warren
Como la mayor parte de los componentes de una casa, la pintura de las paredes se deteriora con el paso del tiempo hasta que no queda más remedio que volver a pintar: los blancos se tornan amarillentos y los colores fuertes van perdiendo intensidad. Así, ante la opción de lavar la ‘cara’ a las paredes de nuestro hogar, se aconseja en primer lugar fijar un presupuesto máximo para saber de cuánto dinero disponemos. Eso determinará la calidad y la cantidad de la pintura que se vaya a comprar. No hay que olvidar que llevar a cabo este tipo de reformas tiene un gasto que, a veces, puede ser excesivo si no se pone especial atención a los materiales o a la mano de obra.
Hay que tener en cuenta que pintar un piso supone adaptarse a una nueva situación de caos, al menos por algunos días, en la vida de toda la familia. Mover muebles, quitar equipos electrónicos o tapar sillones es sólo la parte más simple del proceso.
Mover muebles, quitar equipos electrónicos o tapar sillones es sólo la parte más simple del procesoLas labores que posiblemente hagan que estas reformas se conviertan en una empresa complicada son: quitar la pintura vieja, cubrir grietas, lijar y rasquetear. Para las personas aficionadas al bricolaje, estas cuestiones pueden resultar incluso una manera de distracción, pero las que no se llevan muy bien con las tareas manuales deberán contratar mano de obra especializada.
Calidad y precio
Un dato a tener en cuenta es que la calidad de las pinturas repercute en su precio, llegando incluso a duplicarse. A veces por querer ahorrar un poco se opta por un producto de menor calidad que, a la larga, puede tener resultados poco satisfactorios, puesto que la vida útil de la pintura puede ser más corta. Sin embargo, hay pinturas que destacan por su calidad y que no necesariamente implican un gasto excesivo. Por eso es fundamental comparar importes y posibilidades.
Se considera que una pintura es de buena calidad cuando su poder de recubrimiento es bueno.
Se considera que una pintura es de buena calidad cuando su poder de recubrimiento es buenoEsto quiere decir que, dependiendo de la porosidad de la pared, hay productos que ahorran litros porque sólo necesitan una mano para cubrir perfectamente la pared. La durabilidad de los colores también determina la calidad de una pintura. Generalmente, las pinturas más caras son las que ofrecen colores más resistentes al paso del tiempo.
Pinturas, ¿cuál elegir?
Una vez que se tiene más o menos claro el presupuesto para gastar, se debe pensar en la pintura a utilizar. La oferta es amplia pero, ante todo, se tiene que tener en claro cuál es la utilidad de cada espacio de la casa para que la pintura sea funcional a las necesidades de la familia. Si hay niños, por ejemplo, conviene inclinarse por una pintura plástica que se pueda limpiar, y elegir colores no muy claros.
Lo más interesante en estos casos es acercarse a una tienda especializada y asesorarse con un profesional. Suelen disponer de cartillas de colores y allí mismo ofrecen asesoría sobre los distintos tipos de pinturas. También se puede aprovechar para preguntar la cantidad que se necesita, en función de los metros cuadrados de la casa. A veces es mejor gastar un poco más y comprar pinturas que con una sola mano cubren perfectamente la superficie. De esta manera, aunque el precio por litro sea un poco más caro, a la larga se ahorrará en cantidad y en tiempo.
Otra cuestión a valorar es la manera en que la pintura puede influir en la iluminación, puesto que los colores claros, por ejemplo, tienden a dar la sensación de mayor luminosidad en las habitaciones. Esto supone la posibilidad de utilizar una bombilla de menos vatios si la habitación es clara, ya que los colores absorben la luz, en cambio, si el ambiente está pintado de oscuro, se tendrá que usar una luz de mayor potencia, con lo que se gastará más.
La naturaleza de las distintas pinturas que se hallan en el mercado es infinita y la elección dependerá del acabado que se le quiere dar al hogar. Esta guía reune las más utilizadas:
- Pintura plástica al agua: Generalmente tiene muy buena cobertura, son fáciles de lavar y secan rápido. Se ha de aplicar sobre superficies limpias, lijadas y secas. Sirve para paredes y techos. Las hay de varias calidades dependiendo de las necesidades. También hay de diferentes tipos, para yeso, cemento y madera.
- Pinturas plásticas al agua con acabado de relieve: Son iguales que las anteriores pero tienen textura. Su aplicación permite obtener gran variedad de relieves de aspecto rugoso como picados o arpillera.
- Esmaltes y pinturas sintáticas y grasas: Sirven para interiores y exteriores. Los esmaltes son de secado rápido y se utilizan para muebles, puertas, ventanas, metales, etc. Son recomendables para exteriores por su gran resistencia y dureza. Las pinturas sintéticas también son resistentes a los lavados y se pueden aplicar en paredes y techos.
- Fachadas: El objetivo de estas pinturas es actuar como capa aislante ante el agua y la humedad. Son impermeables y transpirables y sus características hacen que no se agrieten y sean flexibles.
- Maderas: Las pinturas específicas de maderas están pensadas para realzar los brillos, proteger la madera de las rayaduras o golpes y otorgarle mayor dureza. Necesitan ser disueltas en disolvente.
- Esmaltes antioxidantes: Se aplican sobre superficies sensibles de oxidarse. Son flexibles, de gran resistencia, impermeables, y de secado rápido.
- Pinturas aislantes: Ante problemas de humedad en interiores o manchas producidas por nicotina, hollín, humos o mohos se recomienda utilizar pinturas con características especiales que tengan gran resistencia y poder de recubrimiento.
- Pinturas decorativas: Si se desea darle al hogar un ambiente decorativo, hay pinturas que imitan el estuco, mármol, acabados antiguos, rústicos o multicolores.