Una forma práctica de ahorrar energía en el hogar es utilizar la lavadora de la forma más óptima posible. Para lograr este propósito una regla importante que hemos de seguir consiste en no llenar la lavadora en exceso. Lo ideal es que no sobrepase los 4 ó 5 kilos. Además, cuanto más llenemos el tambor, más sucia saldrá la colada y mayor roce soportará la ropa.
Saber utilizar el programa y la temperatura de la lavadora es un factor que nos ayudará a economizar. Todo ello está en función de su composición, color y grado de suciedad. Estos requisitos también determinarán el jabón a emplear, así como la clase de suavizante o lejía.
Así, por ejemplo, para no estropear las fibras de los tejidos hay que lavar a una temperatura máxima de 60 grados. La ropa de color se lava en torno a los 30-40 grados mientras que la blanca puede lavarse a 60-80 grados. Cuando se mezclan tejidos naturales y sintéticos, la temperatura oscilará entre 30 y 60 grados dependiendo del color. El programa de 90 grados se reserva para prendas sucias en exceso y de tonos claros.
Para favorecer la limpieza de cuellos y puños de blusas y camisas, aplicaremos en seco sobre estas zonas detergente o algún producto específico antes de meter la prenda en la lavadora. Si ponemos una lavadora con ropa de distintos colores y existe el riesgo de que destiñan, introduce un pañuelo blanco en desuso.