-Los expertos recomiendan mantener la vivienda a una temperatura de 20 a 23 grados por el día y de 15 a 17 grados por la noche.
-Si la temperatura exterior es muy superior, se recomienda mantener una temperatura de 25 grados durante el día y 20 por la noche.
-No abuse del aire acondicionado. Cada grado que disminuya la temperatura consume un ocho por ciento más de electricidad.
-Desconecte al aire cuando no esté en casa o en las estancias en las que no haya gente.
-Utilice el termostato para mantener la temperatura constante. Evite siempre que la luz solar incida sobre el termostato. Si el aparato carece de este dispositivo ponga un termómetro en la estancia y mantenga estable la temperatura de forma manual.
La entrada de calor en el hogar se puede evitar con unas sencillas pautas:
– Instalar toldos y persianas para evitar la incidencia directa del sol.
– Las ventanas de doble acristalamiento evitan la entrada del calor o la fuga del aire fresco de la estancia ahorrando hasta un 20 por ciento de energía.
– Instalando burletes adhesivos en puertas y ventanas se puede ahorrar otro 5 por ciento de electricidad.
– En balcones cerrados, mantener abiertas dos ventanas, una a cada lado, para que circule el aire. Si el balcón está completamente cerrado funciona como un horno: acumula el calor del sol, eleva la temperatura muy por encima de la ambiental y nos la transmite al interior de la vivienda a través de la pared común o cuando abrimos alguna ventana que dé al balcón.
– Para ventilar una estancia, basta mantener la ventana abierta diez minutos. Así evitamos la entrada del calor.
En todo caso, un ventilador es suficiente en días donde el sol no aprieta. El gasto de electricidad será muy inferior.