En ocasiones, los límites entre la libertad de expresión y la violación de la intimidad y los derechos de autor son tan difusos, que un bloguero puede enfrentarse a demandas por calumnias o injurias. En España, ya hay varios antecedentes de denuncias por invasión de intimidad, plagio, “piratería” y violación de derechos de la propiedad. Ante estas situaciones, han comenzado a comercializarse seguros de responsabilidad para internautas. La Red hace posible el sueño de muchas personas: convertirse en literatos en ciernes o periodistas aficionados capaces de distribuir sus artículos en todo el mundo gracias al fenómeno de los blogs. Pero la ilusión y el empeño puestos para crear una página original no está exenta de riesgos. Estos sitios web recogen comentarios y textos sobre temáticas de todo tipo y propician que hoy en día miles de personas cuenten con uno propio que actualizan casi a diario.
Qué cubren
Un blog es un sitio web que recopila textos o artículos de uno o varios autores. Los temas son diversos y la actualización del contenido se realiza de manera periódica. La historia de estas «bitácoras» on line se remonta a la década de los noventa, cuando surgieron los primeros blogs en Estados Unidos. En España, la moda por construir páginas web propias de opinión data del año 2000, aunque fue en 2008 cuando se dio una verdadera explosión.
En principio, los blogs se ceñían a la temática de la que su autor fuera experto. Sin embargo, su popularización ha propiciado que, en muchas ocasiones, a través de estos cuadernos de bitácora se recojan opiniones de todo tipo, sobre temas de la más candente y polémica actualidad. La posibilidad de sobrepasar los límites de la intimidad y de la legalidad es muy alta. En Estados Unidos, numerosos blogueros han tenido que hacer frente ya a sanciones y demandas multimillonarias, que han puesto en peligro su patrimonio personal.
No se cubren blogs relacionados con música y vídeos, temas de religión, prensa rosa, política y viajes
Debido al uso de la palabra, los riesgos a los que se enfrentan estos internautas son muy numerosos y similares a los afrontados a diario por periodistas y medios de comunicación. De ahí la necesidad de contar con un seguro de responsabilidad civil que les proteja. En general, estas pólizas cubren ante reclamaciones derivadas por los siguientes asuntos:
Libelos, calumnias, difamación, menosprecios o daños causados a la reputación o fama de cualquier persona o entidad.
Violación de los derechos de autor, plagio, piratería o apropiación indebida de ideas bajo contrato implícito.
Violación de derechos a la propiedad privada.
Violación de marcas de dominio, marcas comerciales, títulos o eslóganes, o limitación o violación de marcas comerciales, marcas de servicios o nombres comerciales.
Violación de la confianza, invasión de la intimidad, el desmerecimiento ante la opinión pública, la apropiación indebida o el uso fraudulento de la fotografía, el nombre, la voz o la identidad de alguna persona.
De todo ello se deriva que los daños y perjuicios que se pueden causar con la palabra son muy grandes. Por eso, en numerosos países, y desde hace unos meses también en España, se comercializan estos seguros específicos. Son pólizas que cubren los gastos de defensa y la indemnización impuesta por un juez (hasta el límite de las garantías contratadas) por demandas basadas en las citadas infracciones. Las coberturas son muy extensas y deben especificarse en cada contrato.
Contemplan franquicias de 500 euros que corren a cargo del defractor: los primeros 500 euros de sanción impuestos deberá pagarlos el autor. La compañía se hará cargo del resto de la indemnización. Otra de sus coberturas es la elección de abogado. Las aseguradoras permiten al cliente elegir su propia defensa en el caso de llegar a juicio.
Exclusiones
Las pólizas para blogueros no cubren blogs relacionados con la música y los vídeos musicales, el sexo y las páginas de contactos, temas de religión, prensa rosa, política y viajes. Las infracciones que se pueden cometer en este tipo de temáticas son muy amplias y costosas de cubrir.
En música y vídeos, la posibilidad de incurrir en «piratería» es muy elevada.
En prensa rosa, el riesgo de caer en temas de difamación, libelo o invasión de la intimidad es muy alto.
En religión y política, el desmerecimiento de la opinión pública y los menosprecios o daños causados a la reputación o fama de cualquier persona son riesgos altos en los que se incurre con frecuencia.
Quién los vende
En Estados Unidos, estos seguros se comercializan desde hace más de cinco años. En España son recientes y las dos únicas pólizas que hay se lanzaron al mercado en el año 2009 por parte de Alfarisk y Lluch & Juelich. La aseguradora en ambos casos es la inglesa Lloyd´s.
A un bloguero se le puede responsabilizar no sólo de lo que escribe, sino de los comentarios a sus posts
Estas pólizas son muy útiles porque la línea entre la libertad de expresión y el derecho al honor y a la propia imagen es muy fina y aleatoria. Otro aspecto fundamental que deben tener en cuenta los blogueros, y que justifica el valor de contar con un seguro, es que se les puede responsabilizar de lo que escriben, pero también de los comentarios a sus posts.
Cuánto cuestan
El precio se fija en función del capital de cobertura que se compra. Esto implica que es el autor quien decide cuánto quiere asegurar. El capital de cobertura es el dinero que se gastará en pagar a los abogados y, si fuese necesario, la indemnización a la que se le condenara.
La cobertura mínima de las pólizas que comercializan las corredurías es de 100.000 euros: los seguros se harán cargo de reclamaciones que soliciten indemnizaciones de hasta este importe. Para garantizar esta cantidad, el precio de la póliza anual es de 371 euros. Para coberturas de 200.000 euros, la cuantía de la prima anual ascendería a 477 euros. Si se deciden asegurar 300.000 euros, habría que pagar 583 euros anuales.
Aunque la cifra es elevada, hay que tener en cuenta que sólo los costes de defensa pueden oscilar entre 3.000 y 6.000 euros, si la reclamación se realiza en España.
Debido a la globalidad y amplia difusión de los contenidos on line, los seguros para blogueros que se comercializan en España tienen cobertura mundial. Contemplan demandas procedentes de lectores de cualquier país, con dos excepciones, Estados Unidos y Canadá. En ambos, los costes de defensa son tan elevados y los pleitos tan frecuentes, que a las aseguradoras no les compensa cubrirlos.