El sabor del café varía según la forma de preparación y el tipo de cafetera con el que esté elaborado, por lo tanto es necesario conocer las diferentes posibilidades. El mercado ofrece gran variedad modelos y tipos de cafeteras, si bien las cafeteras domésticas más habituales son:
Cafetera italiana o de presión. Es la muy común en los hogares. Consta de dos cuerpos que se enroscan en su parte central y entre ellos se sitúa el depósito para el café molido. En la parte inferior se coloca el agua, que se pondrá en contacto con una fuente de calor hasta que entre en ebullición. Por efecto de la presión el agua pasa a través del depósito de café y llega a la parte superior donde se depositará el café una vez hecho. Se fabrican generalmente de aluminio, son muy resistentes, sencillas y económicas.
Cafetera de filtro o de goteo. Básicamente consta de un depósito de agua que, al calentarse mediante un sistema eléctrico, hace que el agua pase a través del filtro en el que está situado el café. Después se deposita poco a poco en una jarra de cristal ubicada en una placa eléctrica que lo mantiene caliente. El consumidor elige el filtro según sus gustos particulares.
Existen filtros permanentes y desechables y pueden estar fabricados de papel o de nylon. Es importante la incorporación un sistema antigoteo, que permite retirar la jarra antes de que haya terminado todo el proceso. En este tipo de cafeteras el molido del café ha de ser medio. Una de sus ventajas es que el café se mantiene caliente, por lo que se puede tomar en cualquier momento.
Cafetera express. Es la que se utiliza en hostelería, aunque se pueden encontrar cada vez más cafeteras de este tipo de uso doméstico, de tamaño más reducido. El elemento clave de este tipo de máquinas es la presión, su precio y su calidad van a depender del tipo de maquinaria de presión que tengan.
Poseen una boquilla que produce vapor de agua y que permite calentar la leche y hacer espuma o calentar agua para hacer infusiones. Para obtener una buena calidad de café, el molido de éste debe de ser muy fino, ya que estará muy poco tiempo en contacto con el agua. La preparación del café es como su nombre indica muy rápida y dará como resultado un café cremoso, con mucho cuerpo y sabor.
Existen dos tipos de cafetera express: manuales, en las que se puede elegir la cantidad de agua que debe llevar el café, y automáticas, en las cuales la misma máquina regula el nivel de agua.
Cafetera de émbolo o francesa. Estas cafeteras permiten elaborar el café de forma rápida y sencilla. Constan de un cilindro de cristal grueso en el que se introduce el agua muy caliente, a punto de ebullición, inmediatamente después se añade el café, que ha de estar molido muy grueso, éste estará en contacto con el agua cuatro minutos. La parte superior del cilindro tiene un soporte metálico en el que se introduce el émbolo, que actúa como filtro. Pasados los cuatro minutos el émbolo se baja lentamente y de esta forma irá arrastrando el molido de café hasta el fondo, dando como resultado una infusión limpia, con buen cuerpo y consistente.