Televisión, vídeo, ordenador… Los cables son imprescindibles en un hogar, aunque pueden resultar peligrosos y antiestéticos. Si se quiere evitar tanto lo uno como lo otro, la mejor idea es taparlos mediante un tubo o una canaleta que se situará pegada a la pared. Aunque cualquier «manitas» puede llevar a cabo esta instalación, lo mejor es contratar para realizar este trabajo a un electricista.
Falsos suelos y techos
Al iniciar el proyecto del diseño de una vivienda o una oficina hay que tener en cuenta por dónde va a ir el cableado y qué instalaciones se van a necesitar. Si se planea este aspecto antes de la colocación del suelo, la separación de los habitáculos, la colocación de ventanas o de los muebles, se evitan sustos en el último momento y tener que volver a rehacer toda la instalación eléctrica. Es importante saber cuántos enchufes harán falta y, según recomiendan los electricistas, más vale colocar más de los previstos inicialmente para no tener que volver a ampliar la instalación en un futuro, aunque tampoco hay que «pasarse» a la hora de planificar las tomas de energía.
Cuando se van a montar el suelo o el techo, es imprescindible tener en cuenta con anterioridad qué instalaciones eléctricas y conductos de aire acondicionado se realizarán. Aun así, es recomendable (especialmente en el caso de las oficinas) colocar falsos techos registrables que faciliten el mantenimiento de esta instalación. En los suelos, lo más fácil es instalar plaquetas de aproximadamente 60 por 60 centímetros, y 5 centímetros de espesor, bajo las que ocultar las instalaciones eléctricas, de voz y datos que darán servicios posteriormente a la tecnología casera. Posteriormente, se podrá cubrir el solado con moqueta, laminados de PVC o madera.
En la mayoría de las viviendas el cableado discurre dentro de la pared y es inapreciable a la vista, lo que lo hace más estético pero dificulta introducir modificaciones en las instalaciones. Ya sea con el cableado por dentro o por fuera del tabique, siempre hay que tener en cuenta la seguridad, y «deberá ir cubierto por tubos protectores o canaletas», según viene indicado en el Reglamento de Baja Tensión que regula las instalaciones eléctricas. En las viviendas, los tubos pueden ser metálicos, no metálicos o mezclados, elección que determinará el profesional encargado del proyecto, que debe cumplir con la normativa de seguridad y utilizar materiales homologados.
Tubos protectores
Los tubos más recomendables, según este código, son los rígidos, aunque también se pueden utilizar conductos curvos en casos especiales. Deberán tener un diámetro que permita un fácil alojamiento y extracción de los cables o conductores aislados. A la hora de su colocación, también según el Reglamento de Baja Tensión, «el trazado se hará siguiendo líneas verticales y horizontales o paralelas a las aristas de las paredes que limitan el local donde se efectúa la instalación». Asimismo, «las conexiones entre conductores se realizarán en el interior de cajas apropiadas de material aislante y que no fomente la propagación de llamas».
El Reglamento regula además el tamaño de estas cajas, que aparte de ser resistentes, deberán tener una profundidad al menos igual al diámetro del tubo mayor más un 50% del mismo, con un mínimo de 40 milímetros. Cuando se quieran hacer estancas en las entradas de los tubos, en las cajas de conexión deberán emplearse prensaestopas o racores adecuados. Por supuesto, queda totalmente prohibida la tradicional unión de conductores como empalmes o derivaciones a través de enrollamientos o retorcimientos de los conductores entre sí. Y si hay tubos metálicos accesibles, se deberán «poner a tierra».
Montaje en superficie
Si se opta por una instalación en superficie, los tubos habrán de fijarse a las paredes o techos por medio de bridas o abrazaderas. La distancia entre una y otra, como máximo será de 0,50 metros. En los cruces de tubos rígidos con juntas de dilatación de un edificio, los extremos deben quedar separados ente sí 5 centímetros, para poder empalmarlos posteriormente con manguitos deslizantes que tengan una longitud mínima de 20 centímetros.
Si la opción elegida es cubrir los cables con canaletas, también se debe tener en cuenta que tienen que seguir las líneas verticales y horizontales en su colocación, paralelas a las aristas de las paredes. Y, si son canaletas con conductividad eléctrica, deberán conectarse a la red de tierra así como mantener la tapa de la canaleta siempre accesible.