La crisis ha hecho que en numerosos hogares se imponga el ahorro para tratar de ajustar el presupuesto familiar a sus ingresos regulares. Lo habitual es basarse en una estrategia de contención de gastos y eliminar hábitos de consumo y pequeños caprichos. Pero sin renunciar a nada, se pueden disminuir los gastos de modo significativo. En este artículo se explica cómo es posible hacerlo. El truco consiste en contratar todos los servicios por Internet, tanto los domésticos (gas, luz, telefonía, etc.), como la suscripción de productos bancarios para el ahorro (depósitos a plazo) o la de los destinados a la inversión (compra de acciones en Bolsa, warrants, operaciones a crédito, etc.), sin olvidarse de la contratación de las principales vías de financiación (hipotecas, créditos personales, para el consumo, etc.). Esta estrategia puede suponer un ahorro de hasta el 10% con respecto a las tarifas originales
Contratos por Internet, ahorro de hasta el 10%
Al contratar todos los suministros a través de la Red los usuarios pueden reducir sus gastos un 10% con respecto a sus tarifas originales. Además, pueden hacerlo no solo en una prestación, sino en varias y de diferentes escenarios empresariales. Así, el ahorro global será aún mayor si cabe. Y con unos requerimientos mínimos, pues solo hace falta disponer de un ordenador, un portátil o un móvil para cumplimentar estas actuaciones. Al ahorro se le añadirá calidad de vida y tiempo, ya que se evitan largas colas de espera en las oficinas, puede hacerse a cualquier hora del día -incluso en fines de semana- y con comodidad desde casa.
Al ahorro se añade calidad de vida pues se evitan colas, puede hacerse a cualquier hora del día y desde casa
Quien desee convertirse en un consumidor on line verá cómo se abren nuevas puertas para defender sus intereses, algunas de ellas inimaginables hasta hace pocos años. Se entrará en un sector repleto de ventajas, que bonificará las tarifas de muchos servicios. Y, para ello, basta un poco de decisión y reciclarse, yendo hacia nuevos hábitos en el consumo.
Un gran abanico de posibilidades
La gran duda que se crea entre los ciudadanos es qué campos o sectores están abiertos a este cambio de hábitos en la contratación de un servicio. Descontados los domésticos, de los que casi todos los usuarios conocen sus ofertas, hay otros no tan demandados, pero que también presentan esta posibilidad, sobre todo en las relaciones con los bancos.
Para concretar aún más el abanico de posibilidades que se abre a los consumidores, la actual oferta incluye las siguientes actuaciones:
Facturas domésticas: casi todas se pueden suscribir en formato on line, con descuentos en torno al 10%. Incluso algunas se pueden formalizar de manera conjunta (gas y electricidad) para potenciar el ahorro de los recibos durante todos los meses.
Acceso a créditos: si se opta por estos modelos de suscripción, puede producirse un pequeño ahorro en los tipos de interés o diferenciales que aplican los bancos. No son excesivos, pero contendrán mejor los gastos en el momento de formalizar una vía de financiación.
Ahorro: en algunas imposiciones a plazo se permite su formalización solo por Internet, algo que genera una mejora en las condiciones de contratación, con un leve incremento de los intereses.
Operar en Bolsa: los pequeños inversores que formalizan con frecuencia sus operaciones en los mercados bursátiles tienen ante sí toda una serie de tarifas más competitivas. Hasta gozan de una tarifa plana para formalizar cuantas operaciones deseen sin ningún tipo de restricciones, por una cuota mensual, bien para mercados nacionales o internacionales.
Viajar: si se reserva un vuelo o un paquete turístico, su contratación on line reporta muchas más ventajas con respecto a las reservas en las agencias de viajes o sistemas de venta tradicional. Conllevan todo tipo de ofertas, de última hora, con antelación y mejorando los márgenes que ofrecen otros sistemas de venta. El ahorro a través de este canal de contratación puede llegar en las propuestas más agresivas hasta el 50%, en especial en los productos de fuera de temporada.