1. Heredar los libros de texto
La compra de los libros de texto suele llevarse cada año gran parte del dinero destinado a la vuelta al cole y este año se va a notar especialmente por culpa de la inflación (el pasado mayo, el precio de los libros de texto había crecido un 4,4 % interanual, según el INE). Por ello, heredarlos no es una mala opción.
Si utilizamos volúmenes de segunda mano de nuestros amigos o conocidos o, simplemente, vamos pasándolos de uno a otro de nuestros hijos a medida que vayan creciendo, disminuiremos mucho el gasto al inicio de curso.
Si tenemos intención de reutilizar los libros con otros hijos, podemos recomendarles que escriban en ellos siempre a lápiz; de este modo, al final del curso podremos borrar las anotaciones y dejarlos como nuevos. También podemos forrarlos antes de empezar el curso, así se conservarán mejor y será más fácil reutilizarlos.
2. Comprar libros de segunda mano
Si no podemos heredar los libros de algún familiar o ir pasándolos de un hermano a otro, también tenemos la opción de comprar libros de segunda mano que estén en buen estado. Podemos buscarlos en páginas de Internet en las que se anuncien productos usados o en Wallapop. Entre junio y agosto del año pasado, la demanda de libros de texto de segunda mano aumentó un 67 % en España, según el portal Milanuncios.
Eso sí, antes de comprar, debemos asegurarnos de que están en buenas condiciones. Podemos solicitar fotografías al vendedor o hacer la compra en persona para poder ver el libro antes de pagarlo.
3. Comparar antes de comprar
Si preferimos que nuestros hijos estrenen libros de texto, lo conveniente para poder ahorrar es comparar ofertas. Hay que recordar que no es obligatorio adquirirlos en el centro escolar, una opción que no siempre es la más barata. La opción más interesante es comparar los precios de grandes establecimientos comerciales, plataformas virtuales y librerías de barrio.
No solo conviene comparar por los precios, sino por las ofertas. En algunos casos, se pueden conseguir descuentos en la compra de libros de textos o cheques para canjear en próximas compras.
4. Usar los descuentos de los bancos
Aunque muchos no lo sepan, es probable que el banco pueda ayudar a ahorrar en la compra de los libros de texto. ¿Cómo? Gracias a los descuentos que tienen algunas de las mejores tarjetas. Algunas entidades permiten ahorrar un tanto por ciento al comprar en grandes cadenas comerciales o en librerías, así que no está de más echarle un vistazo a la app del banco para ver si nos da algún descuento.
5. Material escolar: aprovechar las marcas blancas
Para empezar, debemos tener claro que no es necesario que todo sea nuevo. Es habitual que año tras año acumulemos grandes cantidades de material a medio usar, como lápices de colores, estuches, bolígrafos o reglas. Si enseñamos a nuestros hijos a cuidarlo, podremos reaprovecharlo durante el siguiente curso. Lo mismo ocurre con la mochila: no es preciso adquirir una nueva en cada curso. En cualquier caso, si necesitamos comprar, lo mejor será comparar opciones y no descartar las marcas blancas, que pueden esconder verdaderas gangas.
6. Uniforme escolar: comprar una talla más
Ya sea el uniforme o el chándal de educación física, un buen sistema para ahorrar es reaprovechar el de un hijo para el siguiente o el de algún amigo o conocido. También se pueden remendar las prendas maltrechas con las clásicas coderas o rodilleras para no tener que adquirir un nuevo uniforme de un curso a otro si el niño tiene la misma talla.
Otro truco es comprar una talla más, por ejemplo, de los pantalones: se les puede hacer un dobladillo para ajustarlos a la talla actual y, luego, descoserlo para que pueda aprovecharse cuando crezca.
7. Aprovechar las ayudas del Estado
El Ministerio de Educación otorga ayudas y becas para estudiar infantil, primaria, secundaria y bachillerato. El Ministerio también concede ayudas para que los alumnos participen en actividades extraescolares.
También habría que mirar las ayudas propias de cada comunidad autónoma, como las becas de comedor o las ayudas para facilitar el desplazamiento de los alumnos a los centros de enseñanza.