Bicicleta y verano son un binomio perfecto, aunque no siempre es posible ir al lugar de veraneo cargado con las bicis de toda la familia. Pero, en numerosos destinos, se pueden alquilar para conocer la ciudad desde otra perspectiva, pasear por un parque e incluso hacer una ruta por los bosques y playas de los alrededores. Andar en bici es muy agradable, y para que no se convierta en una mala experiencia, hay que tener en cuenta algunos aspectos, que se enumeran a continuación, como que la empresa de alquiler sea legal, las bicicletas estén en buen estado o que se cumplan las normas de seguridad.
Ámsterdam, Londres, París… pero también destinos nacionales como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o cualquier rincón de España. Recorrer en bici la ciudad es una manera distinta, y con encanto, de conocerla.
A veces se da la posibilidad de incluir con el alquiler un seguro de robo de la bicicleta, que se paga aparte
Pero el alquiler de bicicletas no se ciñe al paseo turístico -muchas veces en bicis públicas-, sino que se pueden solicitar para realizar excursiones por los parajes cercanos, para pasar un día en familia en el campo… Las opciones son muchas y diversas, pero las condiciones que deben cumplir las empresas dedicadas a este negocio, y los aspectos en que deben fijarse los usuarios no difieren demasiado. Los principales se enumeran a continuación:
Conviene alquilar la bici en una empresa o local del que se tengan referencias: hay que asegurarse de que sea legal, con licencia para llevar a cabo este tipo de actividad. Así, en caso de que haya algún problema, se puede reclamar y tomar medidas. Ya sea en Internet o a través del boca a boca, es posible recabar información sobre qué compañías funcionan mejor.
Hay que informarse sobre si hay bicicletas específicas para el uso que se les quiera dar: si se necesitan de niños y adultos, si se desean de paseo o, al contrario, se prefieren de montaña. Además, conviene conocer el número de vehículos con que cuenta la empresa -a veces tienen pocas unidades- y saber la disponibilidad de las mismas, así como la posibilidad de reservarlas y bajo qué condiciones.
Asegurarse de que las tarifas estén impresas o en un lugar visible, y que incluyan toda la información acerca del modo de pago (en efectivo, con tarjeta…), si se cobra fianza o si se penaliza por el retraso en la entrega de la bicicleta. A veces se da la posibilidad de incluir un seguro de robo, que se abona aparte. Además, hay que conservar el tique tras haber pagado el servicio. Servirá como contrato en caso de tener alguna queja.
Si la empresa es seria, pedirán el DNI al cliente, así que hay que desconfiar en caso de que no requieran ninguna condición. También, en el caso de los menores, habrá que dar el DNI de un adulto que, a veces además, debe autorizar por escrito el alquiler de la bici por un chico menor de 18 años.
Hay que comprobar el estado de la bicicleta antes de salir del local. Hay que fijarse en el estado general de la misma, y realizar una sencilla comprobación:
- Frenos: con la bici en alto, hay que hacer girar las ruedas y apretar las manetas de freno. La rueda se tiene que detener del todo con facilidad, sin tener que apretar las manetas hasta que lleguen al manillar. Si al apretar queda menos de un dedo de distancia entre el manillar y las manetas, los frenos no están tensos.
Las ruedas
: deben estar infladas a la presión justa. Además, hay que asegurarse de que las cubiertas no estén cuarteadas, pues puede haber riesgo de pinchazo o poco agarre.
Si se considera que algo es defectuoso, no hay que aceptarlo, sino que se debe pedir que cambien la bici de inmediato por otra.
La empresa debería facilitar a sus clientes los elementos de seguridad, como el casco y el chaleco reflectante.
Los usuarios que alquilan una bici deben ser responsables y cumplir una serie de obligaciones básicas:
Cuidarla durante el periodo de tiempo transcurrido entre la retirada de la misma y su devolución.
Es el responsable de los daños causados a sí mismo, a terceras personas o a cualquier bien mueble o inmueble, por el mal uso de la bicicleta.
En caso de pérdida, robo o hurto, casi siempre hay que comprometerse a abonar una compensación económica.
No debe utilizar una bici sin la suficiente capacidad para manejarla, o si desconoce las normas reglamentarias para su uso.
Debe comprometerse a emplear los elementos de seguridad: el casco y el chaleco reflectante.