Entre las fechas más señaladas de las Navidades —y más esperadas por los niños— están los días en los que se entregan juguetes a los pequeños de la casa. Los adultos gastan en ellos una media de 190 euros por menor y año, sobre todo en Navidad y el día de Reyes, según fuentes del sector. Sin embargo, muchas veces se cuelan juguetes falsos que no responden con exactitud a lo que los niños piden en sus cartas y que, además, pueden resultar peligrosos. ¿Cómo saber si un juguete es falso? No siempre es sencillo distinguirlos pero, como indican los expertos jugueteros en este reportaje, hay algunas pistas que te pueden hacer sospechar, como un precio en exceso bajo o un etiquetado con faltas de ortografía o traducciones incorrectas.
Juguete falso = juguete peligroso
El pasado 10 de octubre la Policía Nacional localizó en una nave industrial de Fuenlabrada (Madrid) 65.000 juguetes falsificados que estaban preparados para ser distribuidos y comercializados por toda España. Al margen del perjuicio económico para fabricantes y vendedores (su valor de mercado estimado superaba los 372.000 euros), los juguetes falsos son un peligro potencial para los niños. En concreto, estos juguetes requisados no habían pasado los controles de seguridad infantil, lo que supone un gran riesgo.
Imagen: Feeloona
¿Por qué son tan peligrosas las falsificaciones? Los que fabrican juguetes falsos «prescinden de la fase de diseño, que es donde se realiza la evaluación de seguridad del producto», señala Cristina Miró, secretaria técnica de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEJF). Los falsificadores simplemente copian el resultado final, sin prestar atención al motivo por el cual se han decidido un diseño determinado y los materiales que lo componen. Así, un material más barato puede dar como resultado un juguete aparentemente idéntico, pero «carece de las propiedades de seguridad por las que el fabricante original, cuya reputación depende de la calidad y seguridad de sus juguetes, eligió un material más caro: resistencia, durabilidad, seguridad química…», explica Miró.
«Los consumidores no siempre están dispuestos a pagar el precio de la seguridad y del valor de juego», reconocen los expertos
Asimismo, apunta que no siempre las falsificaciones son producto de un engaño, sino que muchas veces los adultos eligen juguetes «que ya sospechan que, por el precio o por el canal donde los compran, pueden serlo». Es comprensible que se dejen llevar por el importe, que les merece la pena, pero «no son conscientes del verdadero riesgo que asumen con la salud de sus hijos», indica la secretaria técnica de la AEFJ. La razón está en que se tiende a minusvalorar los riesgos y la aportación de los juguetes al desarrollo saludable de los niños, y «no siempre estamos dispuestos a pagar el precio de la seguridad y del valor de juego».
Imagen: Publicdomain
¿Es sencillo reconocer un juguete falso?
Hay falsificaciones burdas, que saltan a la vista. Pero también hay productos muy bien elaborados que coinciden aparentemente al 100 % con el original. ¿Qué pistas podemos tener en cuenta para saber que estamos ante un juguete falso? No es sencillo reconocerlos, según confiesa la secretaria técnica de la AEFJ, pero apunta algunas recomendaciones que puedes seguir para comprar juguetes estas Navidades:
- Adquirir siempre juguetes en comercios o tiendas online de confianza. Los establecimientos responsables cuidan los productos que venden. Los poco fiables tienden a ignorar los requisitos de seguridad y puede que también ofrezcan juguetes falsificados.
- Comprobar que las instrucciones y el etiquetado están en castellano. Es una obligación legal. Si no está en español, o la traducción tiene faltas de ortografía o está mal expresada, hay que desconfiar.
- Mirar el nombre del fabricante o importador. ¿Es una marca o empresa que reconoces? Si no, ¿es una compañía real (tiene una web, un domicilio registrado, etc.) cuando la buscas en Internet?
- Los juguetes de moda son los más susceptibles de sufrir imitaciones o falsificaciones. Hay que comprobar el nombre del producto y de la marca, buscar fotos en la Red del mismo producto, para asegurarse de que lo que adquiere es lo que se buscaba, etc.
- Considerar si el juguete que se está pensando en comprar resulta una ganga. Conviene comparar el precio del juguete con productos similares. ¿Es el juguete mucho más barato que lo que ofrecen otros vendedores? Los juguetes de la misma categoría (por ejemplo, muñecas coleccionables, coches…) ¿tienen un importe similar? Siempre hay una razón para estas diferencias, y puede deberse a que el vendedor haya recortado los costes relativos a la seguridad.
La Navidad es una buena fecha para los vendedores y fabricantes de juguetes. En España, el 63 % de las ventas de todo el año se produce en los últimos tres meses, y este año se estima que suba un 4 % respecto a 2018, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ).
Sin embargo, hay muchos juegos y juguetes falsificados y, según la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), suponen unas pérdidas del 12,3 % de las ventas del sector en Europa. Estas ventas no materializadas se traducen en la pérdida directa de unos 6.150 puestos de trabajo en la UE. Y las consecuencias se dejan sentir también en otros sectores y en los ingresos de la Administración. Si se consideran los efectos directos e indirectos, “la falsificación en este sector causa una pérdida de ventas a la economía de la UE cifrada en unos 2.300 millones de euros”, apunta Cristina Miró, de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. Esto, a su vez, provoca la pérdida de 13.168 puestos de trabajo y una reducción de 370 millones de euros de los ingresos de la Administración.