El negocio inmobiliario comienza a especializarse en la venta de islas. Aunque los precios de este novedoso producto pueden ser exorbitantes, hay ofertas de pequeñas superficies por menos de 100.000 euros en un catálogo que abarca lugares tan diversos como Panamá, Grecia o Canadá. Por un precio a veces mucho menor que el de un piso en las ciudades españolas más pequeñas, se puede invertir en un espacio paradisíaco con una posible revalorización a futuro.
Comprar islas pequeñas a bajo precio
Coger un avión, llegar al Caribe y desplazarse a una isla privada suele ser una escena de película o, cuanto menos, reservada a las estrellas de cine. Además de un bien que, por lo general, cotiza alto en el mercado -y como tal es reservado a personas con un alto poder adquisitivo-, es conocida la afición de las estrellas de cine por contar con un reducto de tierra firme propio. Entre los más conocidos se encuentran Johnny Deep, Leonardo DiCaprio, Nicolas Cage o Julia Roberts, afortunados propietarios de islas caribeñas.
Hay ofertas a menos de 100.000 euros por pequeñas superficies
Sin embargo, hay islas de pequeñas proporciones que, al contrario de lo que se cree, están a la venta por un precio asequible. En algunos casos, se venden por mucho menos de lo que cuesta un piso incluso en las ciudades españolas más pequeñas. Las condiciones climáticas, un adecuado asesoramiento legal sobre la propiedad en tierras extranjeras y la accesibilidad son factores clave para decidir la conveniencia de la inversión.
Pequeñas islas en grandes paraísos
La Isla Gatún, en Panamá, se encuentra a la venta por 22.630 euros. Esta pequeña tierra de 3.000 metros cuadrados (algo menos de un tercio de hectárea) se encuentra en el lago Gatún rodeada de naturaleza con una rica y colorida fauna local. Su particularidad es que, aunque se halla inmersa en un paisaje salvaje y tropical, está a solo unos minutos de la ciudad más cercana. Esto es un dato importante porque habla de un factor fundamental a la hora de evaluar la conveniencia de una inversión de este tipo: un fácil acceso que haga viable la inversión para el disfrute personal y la durabilidad de un bien que deberá garantizar liquidez a futuro.
La Isla McGibbon en New Brunswick, Canadá, es otro ejemplo. Cuesta unos 26.300 euros y está muy cerca del resort de deportes de aventura Hartt Island. Eso sí, tiene limitaciones en cuanto a la construcción, ya que por las condiciones climáticas, no resiste estructuras permanentes a causa de las inundaciones frecuentes en primavera.
También el mercado inmobiliario ofrece la posibilidad de comprar a buen precio no ya una isla completa, pero sí una parcela compartida por pocos. La isla Mavuva ocupa unas 16,8 hectáreas y se comercializa por porciones a 97.000 euros. Es una de las 43 islas no protegidas que se venden en el país polinesio y está rodeada de un arrecife de coral. Unas 90 parcelas se encuentran a la venta. Tienen una superficie de entre 1.200 y 1.900 metros cuadrados cada una y las que están ubicadas en segunda línea de playa se venden todavía más baratas, a unos 57.000 euros. La promoción ofrece, además de las parcelas, la construcción de un huerto ecológico, un «clubhouse» y un restaurante y bar exclusivo para los propietarios.
Qué conviene tener en cuenta antes de comprar una isla
Invertir en un lugar lejano, cuya legalidad es ajena a nuestro conocimiento, puede convertir la idea del paraíso propio en una travesía no exenta de riesgos y dificultades. En este sentido, los resguardos que hay que observar en el momento de comprar una isla a buen precio son de diverso orden: desde legales y climatológicos hasta culturales y geográficos.
Conviene asegurarse de las condiciones de habitabilidad de la isla, ya que llevar agua potable, conseguir electricidad, etc. puede salir muy caro
- En primer lugar, al tratarse por lo general de pequeñas superficies de tierra, habrá que informarse sobre las variaciones geográficas recientes y la evolución del archipiélago en cuanto a inundaciones estacionales, disminución de superficies de las islas y la situación en cuanto al creciente deshielo que sufre el planeta.
Del mismo modo, habrá que sopesar el coste de instalarse, ya sea de manera permanente o temporal. Por la lejanía con los centros urbanos, esto puede suponer un gasto elevado: traer agua potable, conseguir electricidad, crear un puerto de acceso por mar… De las 5.000 islas e islotes griegos, solo unas 300 se encuentran habitadas y son las que disponen de agua corriente. Habrá que ver si una oferta a bajo precio compensa el gasto de habitabilidad.
Otro factor a tener en cuenta tiene que ver con el estatus legal de la propiedad en el lugar. También en Grecia -país que posee nada menos que 14.880 kilómetros de costas- su Constitución asegura que el acceso a todas las costas y playas del territorio nacional es libre. Esto implica un límite a la propiedad privada importante que habrá que conocer en profundidad. Además, el estatus de «protegido» de algunos archipiélagos puede imponer condiciones tanto a la propiedad privada como restricciones de uso importantes.