Adquieres unos zapatos por Internet y cuando no te ha dado ni tiempo de arrepentirte de tu acción, ya te los han entregado en casa. ¿Te sientes identificado? Es una situación exagerada, pero que refleja un nuevo modo de comprar, impulsivo, que se ve favorecido cuanto más facilidades tenemos para pagar sin pensar, como sucede al adquirir con el móvil. La compra provoca una satisfacción inmediata, pero puede llevar a graves problemas económicos. Expertos psicólogos y en consumo explican por qué conviene tener cuidado al hacer compras con el smartphone y dan consejos para evitar comprometer tu economía doméstica por esta causa.
¿Gasto más si compro con el móvil?
Es un hecho demostrado que si usamos la tarjeta para abonar nuestras compras, gastamos más que al hacerlo en efectivo. Incluso el dispendio se incrementa hasta un 15 %, según datos del Instituto de Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada. ¿Y al usar el móvil? ¿Se nos va el control del gasto aún más? Pues sí. Tanto la tarjeta como las diferentes aplicaciones para pagar con el teléfono son una manera fácil de acceder con rapidez a los objetos o servicios deseados, sin apenas darnos cuenta del desembolso que hacemos.
¿Por qué? Hay dos factores fundamentales que hacen que, cuando se paga con el móvil, se gaste más. Por un lado, se tiene una «satisfacción inmediata al comprar aquello que se desea», mientras que las consecuencias de conseguir esa satisfacción llegarán a largo plazo, explica José Antonio Espinosa, psicólogo y miembro fundador de Atalanta Psicología.
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Además, el efecto psicológico de hacer un pago con tarjeta es muy distinto al que se produce cuando se abona con dinero en metálico, comenta Javier Garcés, psicólogo e investigador del comportamiento de los consumidores. «No hay una sensación de gasto o pérdida», pues cuando adquirimos algo con el móvil o la tarjeta, estas herramientas siguen exactamente igual, con lo que «probablemente, no notamos que haya disminuido nuestra capacidad económica».
Pagar con dispositivos como el móvil provoca un peligroso efecto: el olvido del gasto realizado
Pero, además, se provoca un efecto de «olvido del gasto realizado», expone el experto. Los estudios psicológicos muestran que, en el caso de los gastos hechos de forma virtual (con tarjetas, con el móvil, etc.), este efecto es muy habitual y produce que muchas personas se sorprendan al recibir el cargo de compras llevadas a cabo pocos días antes.
Todo esto pone en peligro al consumidor, que «la mayoría de veces no es consciente de la acumulación de gastos —e incluso deudas— que va generando». Estos peligros «aumentan a medida que se aumenta la facilidad con la que podemos gastar de forma inmediata el dinero, como sucede en el caso de los pagos con móvil», añade Javier Garcés.
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Cómo controlar las compras con móvil
Para evitar los problemas de los abonos rápidos con los teléfonos, es fundamental que los consumidores tengan en cuenta algunas cuestiones básicas:
- Hay que llevar algún tipo de «anotación y control de todos los gastos que no abonamos en metálico», aclara Javier Garcés. Además de que nos servirá para tenerlos en cuenta y reservar dinero suficiente, estas anotaciones tienen, por sí solas, «un importante efecto de autocontrol». Espinosa añade que resulta una idea muy útil tener una app que ayude a gestionar «y controlar los gastos semanal o mensualmente teniendo en cuenta los ingresos reales».
- Por el contrario, conviene no tener aplicaciones en el móvil que te permitan pagar con él.
- Hay que «regular los hábitos de consumo«, señala Espinosa. Es importante ver qué es lo verdaderamente necesario y qué gastos son inútiles: qué cosas son las que compramos para satisfacer otras situaciones que no son necesidades primarias o útiles.
- Para ayudar en esta estrategia, se recomienda evitar tener tarjetas de crédito, utilizando solo las de débito. Las de crédito son las más peligrosas para la economía de los consumidores, ya que permiten realizar compras, aunque no se disponga del dinero en la cuenta.
- Aprender a transitar y manejar la frustración.
- En el caso de que las compras sean impulsivas, y en un grado extremo, hay que «pedir ayuda a familiares y amigos o asistir a terapia con un psicólogo» para tratar de ver cuáles son las bases de la adicción a las compras.
La consecuencia principal de comprar utilizando sistemas tan sencillos y rápidos como el móvil es la pérdida de dinero, que puede llegar a desembocar en el endeudamiento. Hacer las compras sin llevar un control puede “generar problemas a la hora de cubrir las necesidades básicas y, en casos extremos, llegar a pérdidas importantes, como la de la vivienda”, puntualiza el psicólogo José Antonio Espinosa.
Pero, además, hacer compras por el teléfono sin control “tendrá consecuencias personales y se verán dañadas las relaciones”, recuerda. La razón estriba en que los problemas económicos derivados de conductas irresponsables habitualmente generan rechazo entre familiares y problemas de pareja, y no es extraño que estas se rompan. A nivel psicológico, “la persona no se hace responsable de sus actos y esto puede tener consecuencias a corto y largo plazo”, resume el psicólogo.