Es habitual que el propietario de un automóvil sepa cuánto paga cada año por el seguro de su vehículo y el precio del litro de combustible, que quien haga la compra conozca el importe de los productos que adquiere y que los usuarios de telefonía móvil sean conscientes de la tarifa que pagan por cada minuto que hablan. Pero esto no siempre ocurre con los titulares de tarjetas de crédito y cuentas corrientes. Muchas personas ignoran cuánto abonan en concepto de mantenimiento y gestión de estos productos bancarios. Conocer las comisiones y los cargos que se aplican permite hacer un presupuesto, comparar con otros bancos y saber cuánto se puede ahorrar al cambiar de hábitos o de entidad.
Reducir el gasto en el banco
Los bancos y las cajas de ahorro tienen potestad para establecer la cuantía que cobran a sus clientes por la administración de una cuenta corriente, por hacer una transferencia o por la emisión y el mantenimiento de una tarjeta de crédito. Salvo en contadas excepciones, en las cuales los importes están limitados por ley, las entidades fijan con total libertad las comisiones. La cantidad máxima que pueden aplicar en cada producto bancario debe reflejarse en un folleto que estará a disposición de los usuarios.
Se pueden ahorrar unos 300 euros por familia al año en comisiones de los bancos
Al igual que los bancos tienen la posibilidad de determinar el importe que cobrarán a sus clientes, estos, a la vista de lo caro o barato que les resulte operar con la entidad, tienen la opción de comparar el servicio que reciben con el de otros establecimientos. En un momento en el que a muchas personas les cuesta llegar a fin de mes, es imprescindible conocer cuánto se paga por cada producto para reducirlo en la medida de lo posible. Intentar modificar los hábitos adquiridos en tiempos mejores, adaptarse a las ofertas del banco para disminuir la factura o cambiar a una entidad donde todo sea gratuito son algunas decisiones que sanean la economía doméstica.
1. Mantenimiento de la cuenta corriente
Según los datos aportados por el Banco de España, la comisión media que se cobra por el mantenimiento y la administración de una cuenta corriente asciende a 27,34 euros semestrales. Por lo tanto, cada año se pagan de media casi 55 euros por tener la cuenta -10 euros más que en 2010-. Pero esta cuantía puede ascender hasta 150 euros anuales en función del banco elegido. Además, muchas personas o familias tienen más de una cuenta, con lo que el desembolso se dispara.
¿Qué se puede hacer para disminuir el gasto?
Informarse con detalle sobre las comisiones que cobra la entidad donde se tiene el dinero o se piensa abrir la cuenta y optar, siempre que sea posible, por la entidad que aporte la tarifa más barata.
Domiciliar la nómina, la pensión o la prestación por desempleo. Muchas entidades dejan a cero las comisiones por mantenimiento para las personas que reciban sus ingresos mensuales a través del banco.
Concentrar todas las cuentas en una sola y cerrar las que no se utilicen. Así se pueden ahorrar de media 55 euros por cada cuenta que se cancele.
Negociar con el banco puede dar buen resultado, sobre todo, a personas que llevan mucho tiempo como clientes. Es posible que en determinados casos retrocedan la comisión una vez pagada o que cobren una al año en vez de dos.
Utilizar la versión digital del banco es más barato que tener una cuenta física. Es posible que el usuario no esté obligado a abonar comisiones o que estas sean mucho más bajas que en la sucursal.
Cambiarse a otra entidad que no cobre comisiones es otra alternativa. Si el ciudadano no está atado al banco por la hipoteca, puede elegir establecimientos libres de comisiones, que en general operan a través de Internet. También es posible que estos bancos on line den intereses por tener la cuenta, es decir, que no solo carezcan de gastos, sino que proporcionen dinero a los clientes.
2. Tarjeta de crédito y de débito
Junto con las cuentas corrientes, son los productos más extendidos entre los ciudadanos. Casi todas las personas mayores de 18 años tienen al menos una tarjeta de crédito o de débito. Hoy incluso se extiende entre los menores de edad el uso de las prepago para realizar compras a través de internet. Pero el hecho de tener un plástico, ya sea de crédito o de débito, no es gratuito.
Algunas entidades no cobran comisiones por ningún concepto
Por una tarjeta de crédito estándar -sin tener en cuenta las denominadas «oro» o «platino», que son más caras-, se paga al año una media de 37,70 euros. Cuando el plástico es de débito, la cantidad se reduce hasta los 20,25 euros anuales. Las tarifas en ambos casos han subido tres euros con respecto al 31 de diciembre de 2010.
Este es el dinero que cobra el banco solo por tener la tarjeta, pero utilizar los cajeros también puede suponer un gasto para los consumidores. Obtener dinero en terminales de la propia entidad es gratuito, pero en otros, el usuario tendrá que pagar. Si saca dinero a débito en cajeros de la misma red, pagará un euro, en otras redes y en el extranjero, algo más de tres euros. Cuando el dinero se obtiene a crédito, abonará 2,79 euros en su propia entidad, 3,62 euros en los bancos de la propia red, 3,80 en otras redes y en torno a 4 en el extranjero. Todas estas son cantidades medias, algunos bancos no cobran nada y otros piden más del doble.
¿Cómo se puede reducir el gasto en tarjetas?
Optar por las de débito frente a las de crédito. Su mantenimiento es mucho más barato y se adquiere el hábito de gastar solo el dinero que se tiene.
Cuando se haga una disposición de efectivo, conviene elegir la opción de obtenerlo a débito, aunque la tarjeta dé la posibilidad de sacarlo a crédito
No utilizar terminales de otras entidades permite ahorrar entre 1 y 3,80 euros en cada operación.
No aplazar los pagos. Aunque es una tentación poder pagar a plazos en los siguientes meses, a menudo conlleva gastos elevados e intereses. Salvo que se usen tarjetas sin comisión por aplazamiento -las de algunos centros comerciales y zonas de ocio o ciertas entidades-, es recomendable abonar el dinero en el momento.
Prescindir de las tarjetas que tengan una comisión más elevada e intentar utilizar solo una también supone un ahorro.
Las tarjetas prepago casi siempre son gratuitas y el banco no cobra por su emisión ni por su mantenimiento. Solo hay que recargar en ellas la cantidad deseada y este será el límite de gasto que tendrá el cliente.
Cuando llegue un nuevo plástico del banco que el usuario no ha solicitado, lo mejor es devolverlo. En general, implican «ganchos», como la gratuidad durante un año, pero es frecuente que después el cliente olvide cancelarla y tenga que pagar comisiones.
En todos los casos, conviene revisar los extractos para saber por qué conceptos cobra el banco.
Optar por entidades que emiten la tarjeta de manera gratuita y no cobran por el mantenimiento supone un ahorro evidente.
3. Transferencias
Las operaciones habituales, como realizar una transferencia, también cuestan dinero: 4,53 euros de media por cada una que se realice, en función de la cantidad. Si esta es elevada, puede superar los 50 euros de comisión.
Aunque en algunos casos resulte incómodo, también es posible ahorrar en este concepto:
Sacar el dinero e ingresarlo en la cuenta del receptor permite ahorrar los cuatro euros y medio que cuesta la operación.
Realizar la operación a través de la página web es más barato y, en algunos casos, gratuito
Las entidades que trabajan exclusivamente on line no cobran por hacer transferencias
El gasto total
Una familia que tenga dos cuentas corrientes pagará por ellas al año 110 euros, 55 de media por cada una, solo por su mantenimiento y administración.
El titular de dos tarjetas de crédito abonará 75 euros anuales por ellas y 40,50 si ambas son de débito. Si saca dinero a crédito en su propia entidad diez veces al año, pagará por esta operación 28 euros y, si lo obtiene a débito en una red diferente a la suya, llegará a 30 euros en comisiones por utilizar otros cajeros.
Si se reduce el número de cuentas y tarjetas, se obtiene un ahorro cuantioso
Si además hace diez transferencias al año, el gasto será de 45 euros de media.
En total, con dos cuentas, dos tarjetas de crédito, diez disposiciones de efectivo a crédito, diez a débito en otra red y diez transferencias, la familia pagará 288 euros al año.
El plan de ahorro
Unificación de las cuentas y las tarjetas: si se elimina una cuenta y una tarjeta de crédito, el ahorro será de 55 euros por la cuenta y 37 por la tarjeta, 92 euros en total.
Sustitución del crédito por el débito: si las dos tarjetas de crédito (75 euros) se sustituyen por una de débito, solo se pagarán 20 euros, así que el ahorro es de 55 euros anuales.
Hacer los ingresos en efectivo en vez de por transferencia: 45 euros de media al año.
No utilizar el cajero a crédito: 28 euros de ahorro.
No sacar dinero en cajeros de otra entidad: se ahorran 30 euros.
Pasar todas las cuentas y tarjetas a entidades que no cobren comisiones: 288 euros de ahorro.
Conocer cuánto cobra la entidad por cada concepto. Se puede consultar en los tablones de anuncios de la sucursal, en el Banco de España o en el contrato de la tarjeta o de la apertura de la cuenta corriente.
Comparar con otras entidades. No todos los bancos cobran lo mismo: saber cuánto se paga en otras empresas y plantearse el cambio es un primer paso para el ahorro.
Crear nuevos hábitos. Quizá en otros momentos no era necesario mirar con lupa cada gasto, pero hoy en día los ingresos de las familias han bajado. Si las cuentas, las tarjetas y las transferencias tienen comisiones, hay que intentar reducir el número de productos bancarios en la medida de lo posible.
Utilizar las ofertas que el banco ponga a disposición del usuario: la domiciliación de la nómina y los recibos, en ocasiones, hacen que la cuenta carezca de comisiones. En otros casos, si se usa la tarjeta más de una vez, el gasto por mantenimiento se reduce a la mitad. Aprovechar estos descuentos también ahorra dinero.
Es frecuente que el banco cobre menos al usuario si realiza las operaciones a través de Internet o si tiene las cuentas virtuales. Quien prefiera utilizar la versión on line de la entidad gastará menos dinero.
Si el mantenimiento de la cuenta, la tarjeta y el precio de las transferencias es elevado en la entidad, siempre es posible cambiar de banco los ahorros. Algunos no cobran comisiones por ningún concepto y prestan un servicio similar al del resto de los establecimientos.