Visibilizar la importancia del ahorro y fomentar la formación financiera para lograrlo son las máximas que inspiran, desde 1924, el Día Mundial del Ahorro. ¿Superamos la prueba los españoles? En general, no. Este año las cifras engañan, pues el miedo a las consecuencias de la pandemia ha disparado la tasa de ahorro. Sin embargo, no es la tónica habitual entre los españoles que, además, no poseemos una gran cultura financiera. Si mejoramos este aspecto, y con voluntad, podríamos tomar decisiones económicas más acertadas que, a la postre, generan ahorro y calidad de vida. Explicamos cómo.
31 de octubre: Día Mundial del Ahorro, ¿algo que celebrar?
¿Debemos celebrar los españoles el Día del Ahorro? «Ojalá fuese un día para celebrar, pero no es así. Ahorrar es muy complicado», manifiesta Javier Navarro, experto en economía doméstica y bloguero de Casacochecurro. Y ello, a pesar de que este año los hogares españoles han ahorrado como nunca antes lo habían hecho. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de ahorro ha alcanzado el 31,3 % en el segundo trimestre de 2020. Es la más alta desde que se registra este dato (1999), y está muy alejada del 5 % de la renta bruta disponible que se ahorraba en 2018.
La mala noticia, por lo que tampoco hay nada que celebrar, es que el ahorro se ha disparado como consecuencia de la covid-19 y el miedo a sus repercusiones económicas.
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Además, —advierte Navarro— hay otro dato preocupante: la deuda de los hogares, «que mantiene ahogadas a muchas familias». Por ello, en su opinión, y aunque este año todo está teñido por la pandemia, para poder celebrar un Día del Ahorro primero deberíamos tener una mínima cultura financiera que «nos ayude a tomar decisiones correctas a la hora de pedir un préstamo, una hipoteca o incluso para financiar la compra de una lavadora».
Aprender a ahorrar, la base del equilibrio financiero
En España no hay excesiva cultura financiera, y no siempre sabemos planificarnos respecto al dinero ni sacar partido a nuestros ingresos. La Encuesta de Competencias Financieras que realizan periódicamente el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) valora los conocimientos relativos a conceptos clave como la inflación o la diversificación del riesgo. ¿Los resultados? «No son muy buenos», indica Jordi Martínez, director de educación financiera del Instituto de Estudios Financieros (IEF) y autor del libro ‘Finanzas para frikis’.
Así, poco más de la mitad de los españoles entiende que si hay inflación, el año que viene con el mismo dinero podrá comprar menos cosas; menos de la mitad sabe que se asume menos riesgo al invertir en cinco empresas, en lugar de ponerlo todo en una. Y ello, a pesar de que cada vez hay más información disponible. Según Navarro, el dinero es un elemento clave en nuestras vidas que a todos nos preocupa, pero no sabemos mucho sobre él. Y «aprender a gestionarlo debería ser parte de la educación que recibimos desde el colegio»; nos ayudaría en las grandes decisiones financieras que tomamos en nuestras vidas.
¿Y qué deberíamos saber del ahorro?
- En primer lugar, la importancia de preahorrar, es decir, ahorrar en el momento de recibir los ingresos, que «es la forma más eficaz de lograr guardar dinero para el futuro», explica Martínez. Navarro matiza que lo importante es habituarse a guardar dinero todos los meses: «No es necesario obsesionarse con reservar un porcentaje de los ingresos. Si primero se consigue el hábito de tener en mente que hay que ahorrar una cantidad, por pequeña que sea, lograremos dar el gran paso».
- Una vez adquirida esta costumbre centrada en el ahorro mensual, reservar un 10-15 % de los ingresos es muy buena cantidad para disponer siempre de dinero. Esto es muy importante para poder construir un fondo de emergencia para cubrir imprevistos.
- Ahorrar o preahorrar, ¿qué es mejor y cómo hacerlo?
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¿Por dónde empiezo a ahorrar?
Los expertos lo tienen claro:
- Presupuesto personal. Para empezar a ahorrar es esencial hacer un presupuesto personal. Así sabremos en qué partidas debemos reducir el gasto. Jordi Martínez propone, como inicio, «guardar todos los tiques de compra y organizarlos por tipología» a fin de conseguir un triple beneficio:
- Solo por el hecho de ir guardando los tiques, tomamos conciencia de lo que gastamos y solemos reducirlo.
- Si comprobamos los tiques, evitaremos que nos cobren de más y tenderemos a comparar.
- Una vez tengamos los gastos clasificados, podremos valorar si hay alguno que se pueda disminuir o evitar para generar ahorro.
- Ahorrar en el momento de recibir ingresos, y «no lo que sobre al final de mes de la cuenta, pues no suele quedar nada», señala Jordi Martínez.
- «Apreciar el valor de cada euro, de no derrochar», añade Navarro. ¿Para qué queremos el último modelo de teléfono móvil cuando uno mucho más sencillo nos vale para usarlo exactamente igual? «De nada vale tener un Ferrari para ir a comprar el pan», sentencia.
Los expertos explican que es buena idea trabajar los pequeños gastos o aquellos que no nos hacen bien. “Por ejemplo, si me tomo dos cafés al día fuera de casa, quizás podría pasar con uno y eso pueden ser 30 euros al mes”, calcula Martínez. O alguien que fume, aparte de los beneficios evidentes en salud que conllevaría dejar ese hábito, ¿se ha preguntado cuánto dinero sería al cabo de un año? Si fuma un paquete al día, podría ahorrar más de 1.800 euros al año.
Por supuesto, también tienen cabida por su efectividad trucos clásicos, como colocar una hucha en la entrada de casa y poner el cambio que llevamos en el bolsillo cada día al entrar.