Nunca antes la basura había tenido tanto valor. La realidad económica espolea el ingenio, y la conciencia ecológica domina ya cualquier estilo de vida. El encarecimiento de las materias primas y de la energía ha convertido la moda medioambiental en una actividad cada vez más rentable. Con la mejora de la gestión de residuos y la aplicación de tecnología eficiente, el abanico de negocios basados en el reciclaje de residuos parece no tener límites. Particulares y empresas ingenian fórmulas para reinvertir lo desechable y devolverle utilidad.
Por ley
Los negocios basados en el reciclaje son casi infinitos: desde el trabajo artesanal del papel para la confección de papelería y obras de arte ecológicas, hasta la constitución de importantes y novedosas industrias que contemplan la posibilidad de reutilizar componentes desechados que pueden utilizarse para la fabricación de nuevos aparatos electrónicos. Tal es el entusiasmo económico que despierta la basura que la Federación Española de la Recuperación (FER) -patronal de las empresas de reciclaje de metales- ha puesto en marcha un registro de profesionales para evitar la aparición de intrusos animados por el alto precio que alcanzan en el mercado materiales reciclables como el cobre. Además de resultar un bien para el medio ambiente, la industria del reciclaje repercute generosamente en la creación de puestos de trabajo, promovidos tanto por el sector público como por el privado. Desde el primer eslabón de la recogida hasta el último de la cadena para transformarla, la basura da pie a multitud de actividades. De un coche puede sacarse una olla o una bici; de unas latas de refresco, un juego completo de bisutería…
El cumplimiento de la Ley de Envases y Residuos, que obliga a todas las autonomías a reciclar entre el 25% y el 45% de los envases, ha sentado las bases para la aparición de numerosos negocios basados en el reciclaje. El sector público, obligado a aplicar la normativa, ha generado una importante red de pequeñas empresas; desde la iniciativa privada las posibilidades son infinitas, y depende de la imaginación y del capital de que disponga el emprendedor que, sin duda, no encontrará mejor momento para iniciar un negocio que el actual. El Ministerio de Medio Ambiente, además, alienta la constitución de empresas de reciclado a través de ayudas a la ecoinnovación.
Industria en desarrollo
En la actualidad ya es posible reutilizar electrodomésticos, vehículos, plomo, acero, vidrio, plásticos y una larga lista de materiales, incluyendo los teléfonos móviles. Sin embargo, todavía queda camino por andar en la investigación de métodos de reciclaje de determinados productos que, aún hoy, se consideran desechos imposibles de reconvertir. El sector económico que se erige alrededor de la basura está, pues, a la espera de nuevas tecnologías que contribuyan al desarrollo de la industria y permitan la reutilización de más materiales a menores costos. Algunas de estas novedades fueron presentadas en la última feria de reciclaje Entsorga-Enteco donde se dio a conocer un robot que clasifica la basura separando la reutilizable y clasificándola. El principal desafío con vistas al futuro es reciclar más y mejor con una reducción en los costos para obtener mayores beneficios económicos y ecológicos, ya que el reciclaje de una tonelada de residuos acarrea un coste de entre 36 y 40 euros.
El alto precio que alcanzan algunos materiales favorece la aparición de intrusos en el mercado del reciclaje
En el reciclaje de vidrio y papel es posible reconvertir cerca del 90% de los desechos; en el caso del plástico la cifra apenas se acerca al 54%, aunque su futuro es muy prometedor, y sólo se necesita tiempo para que los ciudadanos lo conciban como de reciclado ineludible, al igual que ya hicieron con el vidrio o el papel. España cuenta con más de cien empresas dedicadas al reciclaje de residuos plásticos ocupadas en la fabricación de bolsas (14%), láminas (19%), tuberías (20%), piezas industriales (13%), botellas y bidones (4%), y calzado, mobiliario y perchas entre otros (30%). Y aún queda mucho campo por explotar; los emprendedores que estén interesados en montar un negocio basado en el reciclaje sólo deben contar con gran capacidad de trabajo, mucha dedicación y alguna dosis de paciencia, según señala Jon Olaeta, presidente de la Federación Española de Recicladotes (FER).
Sistemas integrados de gestión (SIG)
En España, los residuos de envases y embalajes son gestionados en su mayor parte por Ecoembes, las bombillas y fluorescentes por Ambilamp, los teléfonos móviles por Tragamóvil y los electrodomésticos por Ecotic o ERP. Todos estos sistemas integrados de gestión (SIG) reciben, trimestralmente o cada año, el dinero pagado por los consumidores y lo emplean en el reciclaje. Un buen negocio. Signus Ecovalor, un sistema integrado de gestión de neumáticos usados que sólo lleva dos ejercicios en activo, tiene ya acumulado un excedente de ingresos de 11.836.969 euros, como consta en el informe de auditoría que SIG publica en su memoria 2007. Ecovidrio admite en su informe de auditoría que, a 31 de diciembre de 2007, llevaba acumulados casi 31 millones de euros en fondos procedentes de ejercicios anteriores.
Un particular o empresa también pueden erigirse en un pequeño SIG. El depósito de determinados materiales reporta algunas ganancias, aunque no signifiquen grandes ingresos. Por ejemplo, aunque el precio del papel fluctúa bastante, con su venta podrá conseguir unas seis pesetas por kilo.
En todos los sectores
Según un estudio del Instituto de Economía Alemana, la conversión de material de desecho de la economía nacional en materia prima supuso un ahorro de 3.700 millones de euros en 2008. Con estas cifras es imposible dejar de mirar la basura con visión de negocio. Envolturas de caramelos, paquetes de alimentos, latas de gaseosas o etiquetas de bebidas pueden esconder la gallina de los huevos de oro.
Aparatos electrónicos
Se estima que anualmente cada ciudadano genera en España 16 kilos de residuos tecnológicos, según el Registro de Aparatos Electrónicos y Eléctricos (REI-RAEE), del Ministerio de Industria. A simple vista, la cifra puede parecer menor y de poco impacto. Pero multiplicar ese número por los más de cuatro millones de personas residentes en nuestro país convierte el promedio anual en 752.000 toneladas de basura electrónica que, en caso de no recibir un tratamiento adecuado, son potenciales contaminantes del medio ambiente. España sólo recicla el 15% de los residuos tecnológicos; una parte corresponde a los cartuchos de impresión. Con el objetivo de reducir la contaminación ocasionada por estos productos se ha liberalizado y favorecido su reciclaje: ahora el consumidor no se ve obligado a comprar el cartucho al fabricante de impresoras ya que numerosos negocios se dedican a esta actividad bajo la fórmula de la franquicia.
Los aparatos eléctricos y electrónicos no deben ser arrojados con la basura común, pues contienen plomo y mercurio que son altamente contaminantes y peligrosos para el medio ambiente; incluso algunos aparatos más antiguos, al ser quemados, liberan gases altamente venenosos, como el PVC, como informa Joan Riva, presidente de la Fundación Ecotic. Pero, además, estos aparatos son fuente de materias primas muy valiosas como la plata, acero y, el más popular, el cobre.
Con la entrada en vigor del Real Decreto 2008/2005 que regula la recogida y el reciclado de los aparatos eléctricos y electrónicos al final de su vida útil, la Federación Gallega de Asistencia Técnica de Electrodomésticos (Fegate) cambió de razón económica y pasó a denominarse Xestión Galega Ambiental e Loxística (Xesgal). Xesgal aprovechó su red de cobertura en Galicia y la experiencia en manipulación de aparatos para constituir en 2006 una empresa que diera servicio al reciclaje de productos electrónicos; logró salir bien parada de los cambios legislativos y de consumo de la última década con un pie puesto en el reciclaje, y el cambio de modelo de la empresa gallega permitió mantener los puestos de trabajo de la antigua Fegate.
Metales
Los asaltos al ecoparque de Valencia han dejado al descubierto un negocio escondido entre la basura: el reciclaje. Durante décadas enteras la chatarra ha sido el medio de subsistencia de numerosas familias; sin embargo, de un tiempo a esta parte, la balanza de los quincalleros ha caído de parte de otros metales que ofrecen enormes beneficios, muy superiores a los del plomo y, sobre todo, el cobre. Los ladrones no sólo buscaban metales. Las baterías de vehículos son otro de sus botines preferidos. La razón es que contienen mucho plomo, ahora tan demandado porque cada vez hay menos, además de plástico de buena calidad que luego se reutiliza, según explica Ramón Díaz, gerente de la empresa de recuperación de residuos sólidos EcoAlum.
Los nuevos chamarileros venden directamente las baterías enteras por el nada desdeñable precio de hasta 2,40 euros. Otra de las piezas estrella entre los amigos de lo ajeno reciclado son los ordenadores y electrodomésticos: quincalla doméstica como cocinas, lavadoras y microondas se paga entre 8 y 9 céntimos de euro el kilo.
Automóviles
España ha generado los últimos años más de un millón de toneladas de residuos procedentes de vehículos fuera de uso. En concreto, de las 1.134.815 toneladas que se obtuvieron en 2006, el 15,15% (171.870 toneladas) procedieron de Andalucía, la tercera comunidad que más residuos produjo tras Cataluña (187.613 toneladas) y Madrid (180.718 toneladas). Estos datos demuestran que el reciclaje ecológico de los vehículos fuera de uso es necesario. Desde que entran en un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT), los coches -siempre turismos o vehículos comerciales de menos de 3.500 kilos- reciben diferentes tratamientos para aprovechar los componentes y las piezas de cada unidad.
Una vez que los vehículos llegan al CAT se inicia una cadena de trabajo sobre los automóviles, al mismo tiempo que surgen diferentes oportunidades de negocio para cada uno de los intermediarios del proceso. Se recuperan piezas que pueden ser vendidas individualmente, como los neumáticos si están poco gastados, retrovisores o algunas piezas de motor que, según explica Olaeta, “son piezas que luego se venden en el mismo CAT. Los componentes del automóvil no son el único ingreso de los desguaces, ya que después, tras la descontaminación de los vehículos -eliminando los aceites y combustibles peligrosos junto a las baterías, el líquido de frenos y los airbags-se compactan los restos del coche para venderlos a una planta fragmentadora.
Una vez separados los elementos, la planta vende el hierro a empresas siderúrgicas, mientras que los otros materiales son comprados por plantas de medios densos, donde se separan el resto de metales (aluminios y cobres sobre todo), que son enviados a su vez a las fundiciones y a la industria metalúrgica.
Envolturas de caramelos, paquetes de alimentos, latas de gaseosas, o etiquetas de bebidas pueden esconder la gallina de los huevos de oro
Aceites
‘Reciclabien’ es una micropyme ubicada en Torrejón de Ardoz (Madrid) que presta un servicio de recogida de aceite vegetal usado -procedente de sartenes, freidoras y latas de conserva- a domicilio. Luego, lo transportan a una planta recicladora, que se encarga de separar la parte útil del lodo que queda debajo como aguas, restos de aceite con pan y harina… En la planta recicladora se trata para su posterior transformación en jabón, cosméticos, pinturas o incluso carburante para automoción biodiesel, menos contaminante que el diesel.
Además, se está desarrollando una tecnología que permita que los residuos no metálicos -textiles y espuma, con un alto poder calorífico- sean aprovechados como combustibles alternativos.
Bioconstrucción
Uno de los sectores más vapuleados por la crisis, y al que se acusa de haberla solidificado en España -la construcción- también ha empezado a utilizar materiales reciclados o con la menor elaboración posible. A este modo de edificar sin dañar al medio ambiente se lo conoce como bioconstrucción. Galicia acoge la primera planta de reciclaje de materiales de construcción. El material que llega a la planta es de muy distinto tipo, desde ladrillo, hormigón, materiales cerámicos o madera, hasta el vidrio, plástico y materiales mezclados (aluminio, piedras o tierra).
Lonetas
‘Marca Reciclada’ son tres diseñadores gráficos que elaboran mochilas, bolsas, carteras y cojines con la lona que se retira de los anuncios de grandes dimensiones, como los de Telcel, que han sido retirados de las mamparas o edificios de distintos puntos de la Ciudad de México.