Las personas afectadas por salmonela tras el consumo de pollos asados precocinados de la empresa SADA, perteneciente a la multinacional Nutreco, han comenzado a movilizarse. Este ha sido uno de los mayores brotes de salmonelosis producido recientemente en España. Y es que si se ingiere un alimento en mal estado por causas achacables al fabricante, el consumidor tiene derecho a pedirle responsabilidades.
En el caso de la partida de pollos contaminada con la bacteria de la salmonela, son diversas asociaciones las que están pidiendo a las personas intoxicadas toda la documentación que puedan tener, desde el ticket de compra hasta informes médicos de urgencias, partes de baja laboral etc., además de todos los posibles gastos que se hubieran podido derivar, incluida la baja laboral o la cancelación de unas vacaciones.
Los justificantes laborales y otros documentos son fáciles de conseguir. Pero si un consumidor no ha guardado el ticket de compra, ADICAE aconseja pedir un escrito al comercio donde se compró. Cada compra queda registrada en la contabilidad del establecimiento y no resultará difícil obtenerlo si se sabe el día que se compró, en este caso el pollo, la hora, el número de unidades adquiridas etc.
Los ciudadanos afectados por una intoxicación pueden solicitar indemnizaciones, tal y cómo queda regulado en el artículo 28 de la Ley General de Defensa de Consumidores y Usuarios que define la responsabilidad objetiva de la empresa.
La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros ADICAE, entre otras entidades, se han puesto a disposición de cualquier afectado que desee llevar a cabo una posible reclamación.
Según estima ADICAE, los perjudicados por salmonelosis con estancia hospitalaria deberían percibir en concepto de incapacidad temporal cerca de 60 euros por cada día de ingreso.