A la hora de adquirir un juguete debemos tener en cuenta una serie de aspectos, sin olvidar su valor pedagógico. El juego no es un capricho sino una necesidad porque divierte, hace felices a los niños, les ayuda a desarrollarse y a aprender. Los distintos tipos de juegos y juguetes favorecen el desarrollo infantil en todas sus facetas: intelectual, motora, social, afectiva, lingüística, etc. El juego ayuda a comprender, aceptar y afrontar algunas situaciones. A través del juego el niño expresa sus sentimientos, alivia tensiones emocionales como la ansiedad y el estrés. El juego permite canalizar la agresividad, ayuda a afrontar miedos y mejorar la autoestima. Tiene un potencial socializador al fomentar el contacto con otras personas. Estimula la creatividad y ayuda a desarrollar ciertas habilidades. El juego es importante a cualquier edad, y puede servir en ocasiones para motivar, jugando se disfruta más y se aprende mejor, por lo que es un recurso más a tener en cuenta en el contexto educativo y familiar entre otros.
El mejor juguete es aquel que es ingenioso, estimula la fantasía, la imaginación y la creatividad, de tal modo que atrae el interés del niño y le divierte:
– Debe adecuarse a su nivel de desarrollo y ofrecer diversas posibilidades de uso. Es fundamental que sea divertido y capaz de mantener el interés.
– Es estético, no es tóxico o peligroso, no incita a la agresividad ni marca diferencias en función del sexo.
– Fomenta el juego colectivo.
– Contiene normas claras de funcionamiento y es fácil de reparar.
El mejor juguete es aquel que es seguro, ingenioso y estimula la fantasía sin incitar a la agresividad ni marcar diferencias en función del sexo
Es conveniente asegurarse de no comprar en «tiendas pirata», cerciorándose de que el establecimiento permanecerá abierto a partir del 7 de enero y no olvidar solicitar la factura o el ticket de compra y el correspondiente documento de garantía, observando atentamente las condiciones de la misma.
Asimismo, hay que prestar especial atención a las instrucciones de empleo y las observaciones complementarias del juego o juguete, y antes de tirar el embalaje, conservar todos los datos útiles del fabricante o del distribuidor ya que, serán de gran utilidad a la hora de reclamar.
No debemos olvidar explicar al niño el funcionamiento detallado del juguete y llamar su atención sobre los eventuales riesgos que pueda tener su utilización.
Por último, debemos verificar el estado del juguete y saber que tenemos derecho a devolverlo cuando éste sea defectuoso.