Apenas quedan unos días para que se celebre una de las carreras populares con más tradición en España, la San Silvestre. Aunque seguramente es la más conocida, no deja de ser una más de las muchas carreras populares y maratones que llenan el calendario pedestre nacional durante todo el año, en las que su participación exige el pago de una cuota de entre 6 y 80 euros. Si bien una minoría de corredores obtiene suculentos beneficios por su participación en estos eventos de carácter popular, la gran mayoría tiene que desembolsar una cantidad nada despreciable si participa regularmente en varias competiciones durante la temporada. Las pruebas, además de fomentar la práctica del deporte entre los ciudadanos, han pasado a ser un negocio que mueve muchos miles de euros, y muchos de los corredores -que son quienes con su presencia y esfuerzo prestigian la carrera en la que compiten- se preguntan el porqué de tan elevadas cuotas a pesar de que estos eventos están patrocinados por empresas colaboradoras y entidades locales o autonómicas.
Cuota de inscripción
Los organizadores de las carreras populares y maratones cuentan con cuatro vías de financiación: patrocinadores, ayudas municipales, cuota de los socios y el pago de la inscripción de los participantes. Sobre esta última se presenta una doble modalidad:
- Atletas profesionales: Reciben contratos que aunque no son millonarios, sí son lo suficientemente importantes como para vivir de esta actividad.
- Corredores populares: La gran mayoría de los que corren que, aparte de dar relieve y prestigio al evento, tienen que desembolsar cuotas que, en opinión de muchos, resultan abusivas y desproporcionadas. Por ejemplo, participar en una media maratón cuesta entre 6 y 20 euros. Pero en el caso de realizar la inscripción fuera del plazo exigido por la organización el precio se puede duplicar. De esta forma, un atleta que corra diez pruebas al año tendrá que desembolsar entre 60 y 200 euros durante la temporada.
Esta tendencia se agudiza con respecto a las maratones, que tienen una cuota de participación realmente elevada, incluso con penalizaciones si éstas se realizan durante el último mes. Uno de los casos más representativos es el de la organización de la Maratón Popular de Madrid (MAPOMA), que cuenta con una amplia lista de empresas patrocinadoras de primer orden, pero también con una de las cuotas más altas del panorama maratoniano. Contempla tarifas divididas en varios tramos en función de la fecha en que se realiza la inscripción para participar el último domingo del mes de abril: si ésta se realiza con una antelación de más de medio año (entre los meses de octubre y diciembre) el participante deberá abonar 40 euros -si no es residente de la capital se eleva hasta los 55 euros-.
Un atleta que corra diez pruebas al año tendrá que desembolsar entre 60 y 200 euros durante la temporada
Para los períodos correspondientes entre los meses de enero a marzo la tarifa se encarece en cinco euros, estableciéndose en 45 y 60 euros respectivamente, mientras que si se deja para última hora las tarifas se unifican hasta situarse en la nada económica cuota de 85 euros, lo que ha provocado las quejas de muchos de los participantes en esta prueba. Contempla un exiguo descuento de tan sólo cinco euros para aquellos corredores que paguen la cantidad estipulada a través de una tarjeta vinculada a uno de los patrocinadores de la organización. Calculando que la participación sea igual a la de la edición anterior (13.000 corredores), y estimando que cada corredor haya desembolsado una media de 50 euros, la financiación que tendía la organización por esta vía sería de 650.000 euros.
No es un caso único, ya que el precio de inscripción para participar en la popular San Silvestre vallecana es de 15 euros para los corredores que se inscriban antes del mes de noviembre, mientras que a partir de esa fecha se eleva a 18 euros por correr únicamente 10 kilómetros. En algunas carreras populares organizadas por ayuntamientos o entidades locales se llega a cobrar a los menores e, incluso, se penaliza la no participación por algún motivo de fuerza mayor (enfermedad, trabajo, viaje o algún imprevisto que pueda presentarse), tal y como se explicita en las normas de algunas carreras. Las normas varían para quienes forman parte de la organización, como socios o colaboradores, que están exentos de realizar cualquier pago por inscribirse en la prueba.
Algunos organizadores de carreras penalizan la cuota de inscripción que se realiza durante el último mes, cobrando el doble de lo inicialmente estipulado
Por suerte para los corredores populares hay otras pruebas en donde no se exige ningún desembolso económico por participar, o éste es meramente simbólico (1-5 euros), como las San Silvestre de Bilbao, Salamanca o Segovia, por poner solamente unos ejemplos, que tienen un tope de 5, 4 y 2 euros respectivamente. Y, considerando que los atletas populares son los auténticos protagonistas de estas pruebas, son también muchas las carreras exentas de pago, algunas incluso de cierto prestigio internacional, como la Carrera de la Contitución (Alcobendas), la Leguas (Segovia) y, en especial, los cross que impulsan las principales universidades españolas, aunque este tipo de puebas están destinadas, más que a los corredores populares, al segmento universitario.
Así, y de manera general, las carreras se pueden englobar en tres categorías en función de la aportación económica que haya que hacer:
- Carreras gratuitas.
- Carreras que exigen una cuota meramente testimonial, entre 1 y 5 euros.
- Carreras que tienen una tarifa de entre 15 y 80 euros. Entre estas últimas se hallan las principales maratones del país como las de Barcelona y Madrid; las medias maratones, como la de Vitoria-Gasteiz, Hondarribia y Moratalaz (Madrid), o carreras populares de poco recorrido como la Carrera de las Empresas (Madrid), o de mayor distancia al estilo de la clásica Bilbao-Santurce.
Gastos añadidos
La cuota que se debe desembolsar para inscribirse en la prueba no es el único gasto que se debe realizar. Existe otra “carrera”, más particular, que encarecerá el presupuesto final destinado a participar en una prueba. Así, acudir a una entidad bancaria para efectuar el ingreso de la cuota correspondiente puede suponer el pago de una comisión por transferencia si el ingreso se hace en una entidad diferente a las señaladas en las normas de la carrera. A continuación, se debe enviar un fax con los datos y el justificante de pago.
Muchos gastos se pueden eliminar inscribiéndose a través de la red, pero aún son pocas las pruebas deportivas que cuentan con este servicio
Estos costes se pueden eliminar si la inscripción se realiza on line, pero de momento son muy pocas las pruebas que permiten utilizar este sistema para formalizar la inscripción, tan sólo las más importantes del calendario atlético. A todo ello también habrá que añadir los gastos derivados de los desplazamientos, incluidos los que realizan los corredores que deben viajar desde localidades diferentes a donde se realiza la prueba. Para este último caso, algunas organizaciones como la de la Media Maratón de Vitoria, incluyen dentro de su cesta del atleta una oferta especial de alojamiento, que permite al corredor alojarse en determinados hoteles por un precio más económico a través de diferentes descuentos.
Cesta del atleta
Cuando el usuario abona una cuota de inscripción, independientemente de la prueba que se corra, la organización ofrece una serie de servicios, que varían en función de cada prueba. Los hay en forma de regalos promocionales, camisetas, sorteos o material deportivo básico. Pero hay una estrategia que aplican muchos organizadores de estas carreras basada en ofrecer lo que denominan la cesta del atleta compuesta por los siguientes componentes: clip, avituallamiento, seguro, bolsa del atleta, sorteo de regalos y una oferta especial de alojamiento. Cada prueba ofrece este pack en su conjunto, o sólo parte de sus componentes. Algunos organizadores de este tipo de pruebas ofrecen a los participantes servicio médico y masajes, guardarropa, autobús-escoba y una póliza de seguros de accidentes y responsabilidad civil. Pero en muchas ocasiones los participantes tienen un absoluto desconocimiento sobre los servicios a los que tienen derecho, por lo que es aconsejable que pregunten directamente a la organización sobre esta cuestión, en especial cuando se trate de los servicios más necesarios para la practica de este deporte, como los servicios médicos, pólizas de seguro, servicios de guardarropa o transporte para abandonos.