En algunas ciudades españolas ya funcionan las mototaxis, un servicio de transporte público que se extiende cada vez más a grandes ciudades. Permite hacer un trayecto a cualquier destino de la urbe, incluida su periferia y aeropuertos, aunque solo puede viajar un ocupante. A diferencia del taxi, su solicitud debe gestionarse por anticipado y a través del teléfono, pues no hay paradas establecidas. A continuación se explica este medio de transporte rápido y económico, con todas sus ventajas y desventajas.
Alternativa rápida y económica
Desplazarse a otro lugar de la ciudad a través de un servicio público en moto no es una utopía, sino una realidad puesta en marcha ya en algunas urbes españolas. Aunque no es un servicio público de transporte demasiado extendido, ya se puede encontrar en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Murcia. En función de su éxito, puede trasladarse a otros puntos de la geografía española.
Las mototaxis son una alternativa real al popular taxi, con tarifas más económicas. Aunque es cierto que se viaja con menor comodidad que en los vehículos de cuatro ruedas -algunos profesionales del sector del taxi hablan de competencia desleal-, esta forma de transporte de viajeros es muy adecuada para sortear los fuertes atascos que se originan en las grandes ciudades en las horas punta.
Se viaja menos cómodo, pero en una mototaxi es posible sortear los atascos de las grandes ciudades
Es un servicio de transporte que descongestiona el tráfico, es más rápido y menos contaminante que los tradicionales y, además, con las mismas prestaciones que un taxi tradicional: se realizan traslados desde el aeropuerto y estaciones de trenes o de autobuses (con recogida en la terminal o andén de llegada), o desde cualquier lugar hasta la oficina u hotel del pasajero.
Los vehículos están a disposición de los clientes durante un día, medio día, una hora… En la mayoría de los casos, las motocicletas son de alta gama, con asientos con calefacción, entre otros muchos extras. Pero este modo de transportarse no está exento de inconvenientes, sobre todo el hecho de estar restringido a un solo viajero.
Los accesorios para montar en mototaxi no suponen un incremento en el precio, pues corren a cargo de las empresas y se incluyen en las tarifas
Este servicio se basa en pedidos reservados de antemano, nunca se puede parar la moto en la vía pública como se hace en el caso de los taxis. En este caso, el cliente tiene que reservar el servicio por teléfono e indicar tanto la hora y lugar de salida, como el lugar de destino. A partir de aquí se elabora el presupuesto por parte de la empresa suministradora del servicio para que el usuario conozca con antelación la tarifa que tendrá que abonar por su trayecto, sin margen para errores para diseñar su presupuesto.
Las tarifas se calculan por kilómetro recorrido, con un precio de 1,60 euros por cada uno. Hay una tarifa mínima a partir de 10 euros y con un recargo adicional en los trayectos al aeropuerto, que ronda los 5 euros. Así, para un servicio de una hora (30 kilómetros incluidos) de lunes a viernes tiene un precio que se aproxima a 45 euros, que se eleva hasta 59 euros los fines de semana y festivos.
También puede reservarse este servicio para varias horas e, incluso, sirven de «guía turístico» para los visitantes de la ciudad en cuestión.
¿Se precisan accesorios para coger una mototaxi?
Una de las interrogantes que se plantean los potenciales clientes de este modelo de transporte público es si se debe ir provisto de accesorios para acomodarse en las motos: casco, chaqueta, guantes….
No es necesario, ya que las empresas se encargan de facilitarlos: desde el equipamiento reglamentario con casco modulable (abierto o integral) adaptado a la talla con un gorro higiénico desechable, hasta la chaqueta con protecciones homologadas e impermeable, así como guantes y sus bajo guantes desechables. Este equipamiento no supone un incremento en el precio final.
En todo caso, si el usuario lo desea, puede llevar su propia ropa de moto, siempre que se ajuste a las normas de Tráfico.
Ventajas y desventajas de las mototaxis
Como todo medio de transporte, una mototaxi tiene sus ventajas e inconvenientes, que es preciso valorar antes de contratar un servicio.
Pros:
- Permite llegar con más rapidez al destino, además de sortear atascos y otros problemas de tráfico de las grandes ciudades.
Como cualquier otro servicio público, la mototaxi cubre traslados desde el aeropuerto y estaciones de trenes o de autobuses, o desde cualquier lugar, hasta otros destinos de la ciudad o su periferia, y viceversa.
Las tarifas son más económicas a medida que el kilometraje aumenta. Esto es muy útil para determinadas carreras dentro de la ciudad, donde es esencial la agilidad de este servicio.
Su disponibilidad: hay vehículos a disposición de los clientes durante un día, medio día, una hora…
La sencillez de su reserva: el cliente solo debe llamar para disponer de una moto para sus desplazamientos. En su llamada tiene que indicar la hora y lugar de salida y de destino.
Ofrece un servicio durante todo el día; su reserva se puede formalizar a cualquier hora.
Contras:
- Su oferta todavía es muy débil y tan solo en determinadas ciudades se puede encontrar este servicio.
Solo está indicado para un ocupante; para más pasajeros habría que optar por otros medios de transporte.
La dificultad para contactar con estas empresas, debido al desconocimiento sobre esta alternativa de transporte entre la mayoría de pasajeros.
La incomodidad para viajar en estos vehículos de dos ruedas (necesidad de utilizar accesorios, mayor inestabilidad que en un coche…).
Aunque ya no resulta tan desconocido, el servicio de mototaxi es aún una novedad para numerosos ciudadanos, que se preguntan cómo hacer una reserva.
Al ser un servicio diferente a los taxis, no están sometidos a las mismas reglas y normativas, ni tampoco deben cumplir con los mismos requisitos. Mientras en el caso de estos hay paradas habilitadas en la vía pública o se recoge al cliente a través de una petición telefónica, las mototaxis solo trabajan bajo reserva previa y con una tarifa fija.
Son, en definitiva, de dos modelos de transporte públicos diferentes que se pueden complementar y se utilizarán según las necesidades de cada pasajero.