A partir del 13 de junio de 2014, fecha en la que entrará en vigor la nueva normativa comunitaria en materia de consumo, los ciudadanos estarán más protegidos. La puesta en marcha del “Programa de Consumidores 2014-2020”, que ha diseñado la Comisión Europea, pretende dar más protección a los usuarios en sus compras, adaptándose a la evolución de los mercados y afrontando los nuevos retos del actual entorno económico. Así, no estarán reglamentadas solo las tradicionales adquisiciones, sino también las que se realizan on line. Además, saldrá reforzado el consumidor con la ampliación del plazo de las devoluciones o la supresión de los recargos a través de los pagos realizados con tarjetas de crédito. También se tendrá en cuenta la temporada de rebajas y una mayor transparencia en los precios. Y, como se señala a lo largo del reportaje, habrá un incremento de mecanismos de autodefensa, sin que el ciudadano deba recurrir a largos y costosos procedimientos judiciales.
¿Cómo lo notarán los consumidores?
El nuevo programa de consumo pone el acento en apartados que hasta ahora no estaban contemplados en la normativa europea, y en otros que sí lo estaban pero que han sufrido modificaciones para adecuarlas a las nuevas tendencias del mercado, como la utilización cada vez mayor de Internet para realizar compras. En cualquier caso, los cambios más sensibles para los ciudadanos se notarán en las siguientes actuaciones:
1. Se amplía el plazo de devolución de las compras hasta los 14 días, frente a los siete que tenían hasta ahora los consumidores.
2. Se suprimen los recargos en los pagos con tarjetas de crédito (u otros medios de abono) y líneas directas, ya que a partir de ahora no estarán validados por la nueva normativa y no los podrán aplicar los comerciantes en las operaciones de sus clientes.
3. El plazo de reembolso será también de 14 días a partir del desistimiento, en el que se incluirán los plazos de entrega. Se empezará a computar desde el preciso momento de la recepción de los artículos por parte del consumidor y en el que se devolverán también los gastos de entrega.
4. Habrá mayor transparencia en los precios, ya que los usuarios tendrán que ser comunicados de forma nítida del coste total de sus adquisiciones y sobre cualquier gasto adicional que conlleve la operación, y que en referencia a las compras por Internet implicará que no tengan que asumir gastos de los que no hayan sido informados durante el proceso de compra.
5. Contarán con mayor protección frente a la falta de información de los comerciantes, lo que quedará reflejado en el hecho de que cuando el vendedor no informe de forma correcta al cliente sobre el derecho de desistimiento, este dispondrá de una ampliación en el periodo de devolución, que será de un año, incluyendo a las subastas en línea.
6. Se eliminan los gastos y costes ocultos de las compras por Internet, ya que los consumidores deberán confirmar el pago de sus servicios y, de esta forma, eliminar algunos gastos por servicios gratuitos que se ofrecen en algunas páginas web.
7. Se prohíben las casillas marcadas por defecto en la formalización de las adquisiciones on line, algo que hasta ahora se traducía en la compra de seguros de viajes, alquiler de vehículos e, incluso, reserva de hoteles de forma indirecta con que algunos intermediarios turísticos venden sus billetes de avión con estas estrategias comerciales.
Una de las mayores novedades de la nueva normativa europea sobre consumo reside en que se dará una mayor protección a los usuarios con respecto a la compra de cualquier producto digital.
Para ello se demandará una mayor calidad en la información de estos productos, que en muchos casos es hoy bastante deficiente y no asumible por los usuarios, incorporándola a su compatibilidad con hardware y software o al derecho de los usuarios digitales a realizar copias del contenido, entre otras actuaciones.
Por otra parte, es reseñable que en esta ocasión la legislación comunitaria tendrá en cuenta las informaciones para desistir de las compras de contenido digital, tales como las descargas musicales o de estrenos cinematográficos, pero solo hasta el momento en que comience el proceso de descarga real. Esto evitará muchas dudas entre los consumidores sobre si vulneran las leyes de propiedad intelectual.