La mala situación económica por la que pasan millones de ciudadanos hace que muchas familias necesiten dinero extra para llegar a fin de mes. Antes era más sencillo encontrar un segundo trabajo, una colaboración o pequeñas ocupaciones para los fines de semana, pero hoy es complicado lograr incluso un primer empleo. No obstante, aún se puede recurrir a soluciones creativas que apenas necesitan inversión. Una de ellas es adherir anuncios de publicidad al vehículo con campañas por las que se puede recibir un sobresueldo sin realizar esfuerzos adicionales.
Un sobresueldo de modo sencillo
El combustible, el taller, pasar la ITV, el seguro anual, las multas, el mantenimiento. Tener un coche es una fuente inagotable de gastos, pero también puede convertirse en un medio para obtener el dinero suficiente con el que afrontar los desembolsos económicos que trae consigo el transporte privado.
Llama la atención ver turismos que circulan por las ciudades con vistosos vinilos adheridos a la carrocería en los que se anuncia un producto, un servicio o una empresa. Y es, precisamente, captar las miradas de los conductores y de los viandantes lo que pretenden las compañías que utilizan este tipo de campañas para promocionarse. Es un medio diferente a los utilizados hasta ahora de forma masiva, como pueden ser los carteles, los anuncios en marquesinas o los rótulos luminosos, que a menudo, a fuerza de verlos a diario, llegan a pasar desapercibidos. Aunque la publicidad en vehículos privados no es una novedad, sí lo es el hecho de que se empiece a generalizar su uso.
Qué coches elige la agencia
Los coches con menos de cinco años cuentan con más posibilidades de selección
Para contar con este soporte publicitario, hay agencias de comunicación que se dedican a buscar conductores dispuestos a llevar su coche cubierto por un anuncio y, a su vez, compañías que deseen plasmar en turismos su imagen corporativa.
Para conseguirlo, necesitan una amplia gama de vehículos porque las campañas son muy diversas. En principio, se puede inscribir cualquier turismo en buen estado, pero las empresas tienen sus preferencias. Los anunciantes no eligen los coches viejos, puesto que la imagen corporativa se asocia al vehículo y, si está rayado, golpeado o su matrícula aún incluye la letra de las provincias, no da una idea muy moderna o novedosa de la compañía. Los coches que tienen menos de cinco años cuentan con más posibilidades de selección. El estado exterior ha de ser perfecto, tanto por imagen como para poder pegar y después quitar el vinilo.
Los nuevos vehículos eléctricos, pequeños y poco contaminantes, transmiten una idea muy positiva de las compañías anunciantes, al ser ecológicos, modernos y asociarse con un estilo de vida actual. Por este motivo, sus propietarios pueden ganar algo más de dinero por llevar un anuncio que quienes disponen de otro tipo de turismos.
Para campañas al aire libre, que evoquen la naturaleza, el riesgo y la aventura, pueden participar los dueños de caravanas, e incluso, de avionetas y veleros.
También se acepta cierto tipo de motos que, si bien son de un tamaño menor y el anuncio no es tan visible, pueden servir para determinados anunciantes.
Los coches de lujo, en ocasiones, se demandan para campañas puntuales, cuando la empresa quiere dar una imagen de exclusividad.
Otros anunciantes buscan vehículos antiguos, no tanto para pegar sobre ellos un vinilo, sino para conducirlos en spots o, incluso, para películas. Las ganancias que pueden obtener sus dueños son bastante más elevadas que quienes tienen turismos menos llamativos.
Hay quien prefiere que un gran tráiler atraviese el país con su anuncio, algo que hace mucho más impactante la publicidad, así que los propietarios de un camión o de una flota de estos grandes vehículos también pueden inscribirse.
Qué piden al propietario
Se aceptan algunas motos, que pueden servir para determinados anuncios
A los candidatos que deseen poner publicidad en su coche se les pide que tengan carné de conducir y sean dueños del turismo. Lo habitual es que se dé prioridad a las personas que viven en ciudades o hacen su recorrido habitual por ellas, ya que las campañas llegan a más gente que si circulan por localidades de población dispersa o reducida.
Por norma general, las agencias piden buenos conductores y rechazan a aquellos que han tenido varios accidentes en los últimos años. De lo contrario, podrían encontrarse con que una campaña publicitaria fallara porque se asocie la marca con una mala conducción.
Cómo participar
Las empresas encargadas de mediar entre los anunciantes y los conductores cuentan con bases de datos en las que los propietarios de un vehículo se pueden dar de alta de manera gratuita.
En la inscripción, que se realiza en la web de las agencias de comunicación especializadas, el interesado en formar parte de estas campañas debe introducir sus datos personales, la ciudad en la que vive y su profesión. También tiene que aportar la matrícula, la marca, el modelo y el color del coche. Casi siempre piden fotografías del automóvil desde una perspectiva frontal, lateral y trasera.
En este formulario hay que informar sobre la disponibilidad que tiene el conductor para que su coche se utilice como soporte publicitario. Puede ser de forma inmediata, durante todo el año o en fechas puntuales. El trayecto que realiza el propietario con el coche también es muy relevante. Cada anunciante tiene unas necesidades diferentes: unos pueden querer pasear su publicidad por toda España y otros, solo por una localidad concreta; unos prefieren que los vinilos que anuncian su empresa se vean por carretera y otros optan por mostrarlos solo en la ciudad.
Puede seleccionarse cualquier vehículo nuevo y con la carrocería impecable
Las agencias preguntan el número de kilómetros que recorre al mes para valorar la visualización que tendrá el anuncio. Algunas empresas piden que se realice un número mínimo de kilómetros, que puede estar en torno a los 700 mensuales. Otra de las cuestiones que se rellena en el formulario es si el coche se guarda en el garaje. Quizá a los anunciantes no les compense pagar por plasmar su imagen de marca en un vehículo que pasa una gran parte del día o de la noche guardado en la cochera. En cuanto al seguro del automóvil, no se pide más que el obligatorio, siempre y cuando esté vigente.
Una vez que se ha rellenado el formulario, los datos del vehículo y de su titular pasan a un fichero. Cuando una empresa interesada en hacer publicidad contacta con la agencia de comunicación, esta le ofrece la flota de vehículos disponible que mejor se ajuste a las necesidades del anunciante. Los mediadores contactan entonces con las personas inscritas y les ofrecen participar en la campaña.
La remuneración depende tanto de la agencia como del tipo de anuncio, del vehículo y del tiempo que permanezca la publicidad en el coche seleccionado. El pago se hace mediante una transferencia o con un cheque. La agencia VistaMotion, entre otras, abona 60 euros al mes a los conductores que lleven el anuncio solo en la luneta trasera; desde 90 a 210 euros por llevar envuelta la mitad de la superficie del vehículo y entre 210 y 330 euros si la cobertura alcanza al automóvil en su totalidad. En este último caso, el vinilo estaría en la carrocería y también en las ventanas, algo que no altera la visibilidad desde dentro, al ser de un material perforado y transparente.
Una vez que se selecciona el vehículo, la empresa contacta con el titular del coche y le explica con una antelación mínima de tres semanas qué marca anunciará, cuándo empezará la campaña, su duración, el tipo de anuncio, la remuneración que recibirá y dónde se tiene que presentar con el vehículo.
Una de las preguntas que se hacen los conductores es si pueden rechazar campañas con las que no estén cómodos. Esto puede ocurrir con propaganda electoral o con empresas que no tengan buena imagen para el propietario. El titular está en su derecho de no aceptar que su coche sea el soporte de ciertos anuncios sin ser penalizado para participar en otras campañas posteriormente.
Si el propietario acepta la campaña, queda con los responsables de la agencia en el lugar donde le colocarán los vinilos, que casi siempre es la misma ciudad donde vive o en los alrededores. Según informan desde las agencias, los adhesivos son especiales para la carrocería y los pegan y retiran profesionales. Por tanto, el dueño no tiene que preocuparse de que el coche se deteriore. En el supuesto de que esto ocurriera, la agencia se encargaría del arreglo.
Si tras llevar la publicidad el conductor quiere participar en otras campañas, solo es necesario que mantenga sus datos en el fichero de la empresa o que renueve su suscripción. Con la información que consta en el archivo, la agencia le llamará si se adecua a las necesidades de otro anunciante.
Sin cambiar el día a día
Si el conductor tiene que cambiar su recorrido habitual, la remuneración es superior
En la mayoría de los casos, no es necesario modificar los hábitos de conducción. El propietario del coche hará el mismo recorrido que indicó en el formulario y que se fija en el contrato publicitario: ir al trabajo, regresar a casa, coger el coche los fines de semana para circular por la ciudad…
En otras ocasiones, la agencia propone al conductor itinerarios alternativos o desplazamientos prefijados que se salgan de su rutina habitual. El anunciante puede solicitar que circule junto a un gran número de vehículos con su publicidad, que esté presente en acontecimientos en los que se congrega un gran número de personas, en fiestas o en inauguraciones. Estos actos extraordinarios tienen una remuneración diferente, superior a la que obtienen quienes hacen su recorrido cotidiano.
Las agencias que median entre los anunciantes y los propietarios de un automóvil hacen un seguimiento de la flota de vehículos que han contratado para la campaña.
Gracias a un GPS, el anunciante puede ver a través de la web de la compañía dónde están los coches, si se encuentran aparcados en la calle o en un garaje, si circulan o no… También puede saber el recorrido completo que ha hecho un turismo y a qué velocidad se ha movido.
Esto es vital para saber si la publicidad es correcta, puesto que si el vehículo se queda en el garaje nadie lo verá y, si el conductor circula con exceso de velocidad o de forma peligrosa, el resultado del anuncio será el contrario al deseado.