La Confederación Española de Organizaciones de Mayores es una organización de carácter confederativo e intersectorial, de ámbito nacional, constituida para el servicio, la coordinación, el fomento y la defensa de los intereses de las personas mayores. Para ello está dotada de personalidad jurídica y plena capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines. Su vicesecretaria, Rafaela Muñoz Rubio, alerta sobre los problemas y necesidades que tiene este segmento de la población «necesitado de los recursos económicos suficientes como para poder atender sus necesidades». De ahí que reclame una mejora en las condiciones de estas personas, cuyos principales problemas son los gastos derivados de su condición, salarios insuficientes y escasa participación en la sociedad.
La presencia de una persona mayor en una casa no siempre tiene que suponer más gasto ya que, de hecho, en la mayoría de los casos contribuyen de una manera muy significativa en la economía familiar. Además, los mayores realizan dentro de su entorno familiar muchas tareas (cuidado de nietos, tareas domésticas…) que si se valoraran económicamente tendrían un alto coste para las familias.
Bien distinto es el caso de personas mayores dependientes y con serios problemas de salud, situación que sí que implica un mayor gasto por los cuidados específicos que precisan. En este sentido, todas las ayudas son pocas.
Desde CEOMA se espera con impaciencia la puesta en marcha de la Ley de Dependencia, ya que las ayudas que se deben derivar de la misma suponen de por sí un reconocimiento de la grave situación por la que atraviesan muchas familias españolas. Desde la confederación reivindicamos que la sociedad reconozca la tarea que realizan muchas familias en el cuidado de los mayores dependientes y, efectivamente, a que el Estado se comprometa a ayudarlas.
La sociedad y los poderes públicos deben proporcionar a las familias las herramientas necesarias para que los mayores puedan mantenerse dentro de su entorno, ya que es lo que éstos prefieren, según revelan todas las encuestas. Pero es necesario hacerlo sin obligar a que algún miembro de la familia (sobre todo mujeres) se vea obligado a abandonar su puesto de trabajo o no pueda incorporarse al mercado laboral, lo que le provocaría un grave problema para el futuro.
“Deben proporcionarse herramientas para que los mayores se mantengan en su entorno sin que ningún familiar abandone su trabajo”
Gastos de vivienda, alimentación, medicamentos, gastos derivados de la contratación de ayudas domésticas… Desde luego existen una serie de gastos, que en algunas personas es una situación difícil de afrontar, dado el importe de las pensiones que cobran nuestros mayores en estos momentos. Las ayudas que más se echan en falta son sobre todo las económicas, aunque también hay que tener en cuenta otras más específicas relacionadas con la salud y el cuidado de las personas mayores.
Eso depende de las circunstancias de cada familia, no todas tienen la misma estructura económica. Pero hay un apartado que suele ser común a todas ellas, y es el gasto derivado de la contratación de personal que se encargue del mayor cuando los familiares se deban ausentar del hogar por cualquier motivo. Además, no hay que olvidar el gasto sanitario, que en determinados casos eleva significativamente el presupuesto familiar, ya que en este apartado las necesidades de los mayores se disparan enormemente. También hay que incidir otros problemas en la tercera edad que no son de índole económica como la necesidad de compañía y atención, y su deseo de participar en la sociedad como miembros activos de la misma. No todo se reduce al factor económico, aunque sea muy importante.
“Los mayores tienen gastos añadidos como contratar personal que le atienda, y un elevado consumo sanitario”
Sin duda, la mejora de la situación económica facilita el acceso a actividades de ocio y entretenimiento, pero también es muy importante que la sociedad cambie su forma de percibir a los mayores, para evitar que se les discrimine en muchos ámbitos. Son una parte muy importante de la sociedad en todos los sentidos.
En realidad, los problemas de los mayores con pocos recursos son muy parecidos a los de otros grupos de la sociedad que están en su misma situación económica, aunque en este caso con el agravante de que las personas que pertenecen a este segmento de la población tienen más gastos.
Nos gustaría que se tomase conciencia de que las personas mayores no son sólo agentes pasivos de la sociedad, sino que se les deben facilitar todos los medios para que sean sujetos activos y un elemento imprescindible en la sociedad.
Asimismo, reclamamos la inclusión de más personas mayores en las listas electorales de los partidos políticos, ya que sería un modo de que los problemas que tienen nuestros mayores se viesen de otra forma. Por supuesto que no se trata de hablar de cuotas de representación, pero sí de que los mayores estén presentes para que las políticas se ajusten más a sus necesidades.