El mercado eléctrico español tiene pendiente parte de la adecuación a las normas comunitarias, que vetan las tarifas reguladas para que la mayoría de los consumidores adquieran el suministro en el mercado libre, sin intervención del Estado en los precios. La posibilidad de suscribirse al mercado regulado sigue vigente para las pequeñas y medianas empresas, aunque está previsto que a partir de julio aquéllas que contraten potencias de entre 15 y 50 kilovatios adquirieran la energía en el mercado libre como única opción.
Una pequeña y mediana empresa tiene dos opciones para contratar el suministro de energía, bien a través del mercado liberalizado, abonando las tarifas de acceso a las redes y el precio del kilovatio que establezca la oferta y la demanda, o por medio de la tarifa regulada por el Gobierno que establece un precio máximo mensual. En el primer caso la empresa podrá pagar el peaje de acceso a las redes a la distribuidora y el suministro a la empresa comercializadora, o ambos a esta última, en función de la conveniencia y las ofertas de cada una. La potencia máxima contratada no debe exceder los 50 kilovatios; de esta manera, las distribuidoras cobrarán un precio regulado y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) establecido y revisado periódicamente por orden ministerial.
La desaparición de la tarifa regulada para la gran industria ha supuesto un encarecimiento de la electricidad de un 50% para este sector
La desaparición en julio de 2008 de la tarifa regulada para la gran industria ha dado como resultado un encarecimiento de la electricidad para este sector de la economía, estimado en un 50% por la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE). Ello da una idea del gran impacto que podría tener la aplicación de la medida en las más de 600.000 pymes que contratan potencias de hasta 50 kilovatios.
Cambio de sistema
La tarifa unificada para consumidores de menos de 50 kilovatios cuenta con 56 años de vida y puede llegar a su fin este año para hacer que España se adecue por completo a la norma comunitaria en materia de energía, trasladada a la legislación española a mediados de 2007, y que ha tenido como consecuencia el fin de la tarifa regulada para la gran industria, entre otras medidas en materia energética. Según la nueva normativa, en julio de 2009, las pequeñas y medianas empresas que contraten potencias de entre 15 y 50 kilovatios deberán adquirir la energía en mercado libre como única opción. En este caso, las tarifas de baja tensión para potencias superiores a 15 kilovatios reflejan dos conceptos, uno fijo y otro variable:
- Término de potencia: se abona según la potencia contratada.
- Término de energía: se abona en función de la energía consumida.
Así, para una pequeña y mediana empresa de bajo consumo el término de potencia será de 1,988549 euros por mes y el término de energía será de 0,101941 euros por kilovatio consumido cada hora. Estos precios, a su vez, estarán sujetos a las oscilaciones de la oferta y la demanda, con una subida cercana al 30% para el recién estrenado año: un 20% correspondiente al precio de la electricidad y un 10% al aumento del precio del peaje.
Aplicación pendiente
Queda una pequeña esperanza para los pequeños y medianos empresarios, ya que la Comisión Nacional de Energía (CNE) aún no se ha pronunciado sobre la eliminación de las tarifas reguladas para pymes. El decreto elaborado por Industria para este año prevé mantener un precio máximo mensual sólo para los consumidores que contraten potencias inferiores a 15 kilovatios (antes el límite era de 50 kilovatios), decisión que tiene consecuencias directas sobre el sector de bajo consumo.
De la energía total consumida en el país, aproximadamente un 75% corresponde a clientes a tarifa
La aplicación de la medida se pospondrá hasta mediados de 2009 (de hecho, el Ministerio de Industria y Comercio y la CNE no procederán hasta julio a la eliminación de las tarifas reguladas para los pequeños consumidores, establecidas en principio para el 1 de enero de 2009). Hasta el momento, la balanza entre las pymes que eligen la tarifa regulada y las que optan por el mercado liberalizado se inclina claramente a favor de las primeras: las pymes en el mercado liberalizado cayeron casi un 13% en el último año, optando por el sistema de tarifas. De la energía total consumida en el país, aproximadamente un 75% corresponde a clientes a tarifa.