En la ventana, el porche, la terraza… o en tu negocio. ¿Pondrás un toldo antes de que apriete el calor? Es una gran elección. Además de dar sombra y reducir la temperatura de la casa en verano sin dañar al medio ambiente, un toldo contribuye a reducir el gasto en electricidad. Y, si se coloca en un comercio, viste la fachada y le da mucha más visibilidad. A pesar de sus bondades, no siempre es fácil decidir el idóneo, pues no todas las zonas geográficas ni todas las estancias necesitan el mismo tipo de material ni de instalación. En este artículo te ayudamos a escoger el más adecuado para tus necesidades.
¿Toldo en todas las ventanas?
Un toldo da sombra y, además, combate bien el calor. De hecho, «reduce hasta una media de cuatro grados la temperatura del hogar», explica Antonio Roldán Ortega, comercial técnico de Toldos y Lonas Roldán. Pero, además, nos sirve para gastar menos dinero mientras estamos más frescos. El ahorro económico de poner una lona es considerable, al tener que usar mucho menos tiempo los aparatos de refrigeración «lo que conlleva a un ahorro significativo de la factura de la luz», añade. En concreto, se puede reducir hasta un 15 % de energía eléctrica, como comenta el equipo comercial de Toldos Costa Blanca, porcentaje que el Instituto para la Diversificación de Ahorro y Energía (IDAE) eleva hasta un 60 %, si se acompaña de otras medidas de aislamiento. Asimismo, la instalación de un toldo ayuda a ser un consumidor sostenible, ya que proporciona «sombra y frescor naturales».
Sin embargo, para tener sombra y estar fresquito no es preciso llenar la vivienda con lonas… O no siempre. Antes de colocar un toldo es importante ver dónde incide más el sol y a qué hora lo hace, «ya que no es igual los primeros rayos del sol que los del mediodía o la tarde», señala Roldán. Así sabrás en qué estancia tienes que colocar el toldo, aunque si el sol da de lleno en todas las ventanas de tu vivienda, «lo mejor es instalar sistemas de protección solar en todas ellas» y de este modo conseguirás bajar la temperatura lo deseado.
Escoger el tipo de toldo
La elección de un toldo no es sencilla, pues hay diversas estructuras y sistemas. En gran medida escoger uno u otro dependerá del lugar en que se colocará. En las ventanas se pone uno de los más conocidos (es el sistema de toldos más instalado en España): el de punto recto. También en las ventanas se pueden colocar las capotas, «que cubren la totalidad del vano, también los laterales», apunta el técnico de Costa Blanca. Este sistema se emplea cuando hay difícil acceso para plegar y extender el toldo. Y otro gran grupo de toldos son los de brazos extensibles, que se usan más en pisos bajos, áticos, porches… «Estos sistemas permiten la protección de grandes medidas sin estorbar cuando pases», indica Roldán.
En el norte de España se necesita que la lona aguante mucho más viento y agua que en otras partes del país
Respecto a su estructura, los hay sin cofre (la tela se enrolla en el eje), con semicofre (la tela se enrolla en el eje y solo se ven los brazos y el faldón) y con cofre, «que se utiliza mucho actualmente», apunta. Tienen una estructura de aluminio que protege la lona del toldo cuando no lo estás usando. Al cerrarse, el toldo se recoge sobre sí mismo impidiendo que la humedad y el polvo deterioren el mecanismo.
Además, para abrir y cerrar un toldo también hay diferentes métodos. Desde la clásica manivela hasta un motor que hace más sencillo su manejo y permite controlarlo mediante un mando, el móvil…
¿Qué material es mejor?
Hay diversos materiales. Es muy importante saber cuál conviene más, bien para cada estancia de la casa, bien para la zona en que vivas, pues hay que tener en cuenta que no es lo mismo instalar un toldo en Cantabria que en Andalucia. «En el norte de España necesitaremos que la lona aguante mucho más viento y agua que en otras partes del país», aclara Roldán.
Las lonas más utilizadas, en general, son las acrílicas. Resisten muy bien el viento y la humedad, y son telas de gran calidad. Muchos toldos actuales se fabrican también con polivinilo, que los hace impermeables y están tratados para resistir el moho y la decoloración. Y, «de un tiempo a esta parte están ganando terreno las lonas microperforadas«, explica. Estos tejidos filtran el 94 % de los rayos UV y dejan pasar una gran cantidad de aire, lo que hace que «reduzca mucho más la temperatura que las tradicionales y están diseñadas para hacer un escudo térmico».
¿Me sale muy caro?
No es sencillo hablar de precios medios en la instalación de un toldo, ya que depende en gran medida del tipo de colocación que se tenga que realizar. Aun así, Roldán cifra un toldo tipo cofre para una ventana en torno a 400 euros, mientras un toldo para porche rondaría 1.000 euros. «Aunque -insiste- depende de muchos factores y de las opciones que quieras instalar».
Es importante también, para valorar el precio real del toldo, conocer cuál es la vida útil de producto. Y es bastante larga, ya que lo que antes se deteriora, dado su uso, es el tejido y su duración media está entre 10 y 12 años.
Instalación: profesionales y con permiso de la comunidad
Para poner un toldo en casa no necesitas hacer una gran obra, pero es conveniente que la instalación la realicen profesionales, pues hay que asegurarlo bien, dejarlo bien fijado, porque con el viento se puede mover o incluso volar y provocar accidentes. La colocación es rápida: puede ir de 30 minutos a unas tres o cuatro horas, según el modelo, explican los técnicos.
Es preciso que si resides en una comunidad, «debas solicitar permiso (alteras la fachada) e instalar un toldo igual al que tengan todos los vecinos», explica la abogada Antonia Cortés. Si vives en el casco histórico de la localidad, además tienes que conocer las ordenanzas del ayuntamiento al respecto, pues «es posible que no permitan determinados tipos de toldo, o no cualquier color, etc.», añade la letrada.
Al margen de tu gusto personal, cuando escojas el color del toldo deberías tener en cuenta otros factores como la protección frente a rayos solares o cuál da más sombra. Las telas oscuras proyectan más sombra y ofrecen más protección solar que los toldos de lona muy clara (blanco, beis…) que son muy recomendables en zonas menos calurosas.
En cuanto a los tonos, la gama de los colores fríos, como verdes y azules, da sensación de frescor y se aconseja para las localidades muy soleadas y donde el calor aprieta. Los tonos tierra, rojo, naranja o marrón, por el contrario, proporcionan sensación de calidez.