La Unión Europea (UE) necesita un sistema de Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) «moderno y eficiente», con un tipo único para todos los países miembros, según una propuesta de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC). Y es que, según sus cálculos, la Europa de los 27 deja de ingresar más de 100.000 millones de euros al año por fraude en este impuesto y pierde así el 11% de su recaudación debido, entre otras cosas, al fraude en cadena o «carrusel».
El nuevo impuesto del IVA debería articularse como una única iniciativa legislativa en toda la UE y no como una directiva que deban incorporar de forma separada e independiente cada uno de los 27 países, apunta el informe «Shifting the Balance» elaborado por PwC. La consultora recuerda que, en la actualidad, 156 países tienen sistema de IVA similares y que China, India y los países que integran el Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico ya han puesto en marcha o mostrado su intención de adoptar sistemas de imposición indirecta. De hecho, indica que Estados Unidos es la única economía desarrollada que no cuenta con un impuesto sobre el valor añadido, aunque el fuerte incremento del déficit empieza a poner el debate encima de la mesa.
El IVA en Europa se ha quedado «obsoleto», ya que el sistema se diseñó en los años sesenta y estaba pensado para seis países, afirma PwC. Desde entonces, los cambios del comercio mundial y la creciente importancia de los servicios hacen «imprescindible» una nueva formulación, asegura. Esta reforma, según la consultora, debería afectar al diseño, la estructura y la administración del impuesto, ya que, en la actualidad, el IVA se administra de forma «estrictamente independiente por cada uno de los 27 Estados miembros y no hay un tipo general armonizado, sino que existen 11 gravámenes distintos que van desde el 7,6% de Suiza al 25% de Hungría, Noruega y Suecia.
PwC cree que se podría crear un sistema único para toda la UE con un registro único, unas mismas reglas y un tipo único que operaría sobre una base muy amplia. En este sentido, el estudio asegura que los ingresos de IVA representan de media solo el 55% de los ingresos que se deberían recaudar si existiera dicho tipo único. Sin embargo, admite que para que el nuevo IVA fuera aceptado por los ciudadanos, debería hacerse un esfuerzo presupuestario que permitiera percibirlo como «justo», para lo que propone compensar la regresividad que tiene un impuesto como el IVA con rebajas de otros impuestos.