Algunas entidades aplican tasas de interés que rondan el 20 % y, en algunos casos, superan incluso el 26 %, una cantidad que el Tribunal Supremo considera abusiva. Estos porcentajes son notablemente más elevados que los de otros tipos de préstamos. Además, el pago revolving tiene una amortización del crédito a largo plazo, convirtiendo la deuda en prácticamente infinita.
Antes de optar por la contratación de esta modalidad de crédito, es esencial examinar y comprender las condiciones, términos y tasas de interés asociadas.
¿Qué es el pago revolving?
Es una forma de pago aplazado que nos permite comprar hasta el límite de crédito concedido por la entidad, pero sin tener que abonar todo el importe cuando se llega a fin de mes, lo que conlleva una serie de intereses altos que vendrán especificados en el contrato del crédito.
Funcionan de manera similar a un minicrédito: el saldo dispuesto se amortiza mediante cuotas periódicas con intereses, ya sea una cantidad fija o un porcentaje de la deuda pendiente. Con cada pago vamos recuperando el límite de crédito concedido y podemos volver a utilizarlo, de ahí el concepto de “revolving” o crédito revolvente. El revolving está vinculado a una cuenta corriente, pero podemos realizar pagos al margen del dinero que tengamos en la cuenta en ese momento.
¿Todo pago con tarjeta es revolving?
No, el revolving es una de las opciones de pago que puede ofrecer una tarjeta de crédito, además del pago total al mes siguiente o el pago en varios plazos con intereses.
Las llamadas “tarjetas revolving” son las que solo ofrecen la posibilidad de pago a revolving. El riesgo del uso de esta forma de pago es que podemos perder de vista el gasto real que estamos haciendo y el volumen de deuda que vamos acumulando, por lo que podemos acabar sobreendeudados. Por eso, lo recomendable es usarlo solo para compras puntuales.
¿Cómo saber si una tarjeta es revolving?
A veces no estamos seguros si una tarjeta que nos ofrece una entidad de crédito es revolving o no. Para saberlo, hay que revisar la modalidad de pago establecida en el contrato.
Las tarjetas revolving comparten algunas características con las tarjetas de crédito convencionales:
- Están vinculadas a líneas de crédito otorgadas por el emisor de la tarjeta (esto es el importe máximo que nos presta el banco).
- Pueden ofrecer ventajas como seguros o descuentos, dependiendo de la tarjeta contratada.
Lo que hace que una tarjeta sea revolving es:
- El pago debe realizarse en cuotas mensuales (o un porcentaje sobre la deuda), siempre con intereses.
- Existe una cuota mínima que fija el banco, aunque podemos elegir ampliarla.
- Los intereses son altos, en torno al 20 % TAE de media, aunque en algunos casos se superan.
¿Qué modalidades de reembolso de deuda ofrecen?
Estas tarjetas ofrecen dos posibilidades para pagar el crédito mensualmente:
🔹 Una cantidad fija mensual
Es la modalidad más utilizada. El titular fija el importe que quiere pagar cada mes, con independencia del gasto mensual que realice con la tarjeta, siempre dentro de los límites establecidos por la entidad bancaria y el tipo de tarjeta contratada. Este sistema es el más fácil de gestionar para el consumidor, ya que proporciona estabilidad y un mayor control de la cuota mensual a pagar al banco.
🔹 Un porcentaje de la deuda pendiente
El titular de la tarjeta abona al banco un porcentaje del crédito utilizado, también a partir del mínimo fijado por la entidad. Hay que tener en cuenta que cuanto más alta sea la cuota, antes devolveremos el dinero y pagaremos menos intereses.
¿Cuáles son sus principales riesgos?
El inconveniente principal del pago a revolving es que la deuda derivada del crédito, junto con sus intereses, se renueva cada mes convirtiéndola en prácticamente infinita. Uno de los mayores reclamos para atraer clientes radica en unas mensualidades de pago muy reducidas.
Cuando las cuotas son demasiado bajas existe el riesgo de que únicamente se cubran los intereses acumulados. En consecuencia, después de realizar el pago, la deuda pendiente no se reduciría, sino que, por el contrario, se incrementaría con los correspondientes intereses y nunca se terminaría de pagar.
Para los clientes de una tarjeta revolving, el Banco de España ofrece un simulador que permite calcular el tiempo estimado para saldar la deuda y conocer la cantidad total de intereses que habrá desembolsado según la cuota establecida. También está disponible en una aplicación para dispositivos iOS y Android.
¿Qué información nos deben ofrecer al contratar una?
Según establece el Banco de España, antes de contratar un producto de crédito revolving la entidad debe proporcionar un ejemplo representativo del crédito que incluya información sobre el límite, el importe total adeudado, el tipo de interés aplicado y el TAE (incluidos gastos y comisiones), el plazo de amortización y la cuota a pagar.
Este ejemplo debe presentar, al menos, dos alternativas de financiación en función de la cuota mínima prevista en contrato. Para calcular el ejemplo se utilizará un límite de crédito de 1.500 euros con carácter general, salvo se haya solicitado otro importe.
¿Las tarjetas revolving son legales?
Las tarjetas revolving no infringen la ley. En 2020, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital emitió una orden ministerial regulando este tipo de crédito.
Esta normativa, implementada a principios de 2021, busca que las entidades bancarias sean más transparentes con sus clientes, proporcionando información clara sobre las tarjetas y sus condiciones tanto antes como durante el contrato. Asimismo, deben evaluar cuidadosamente la solvencia del cliente antes de otorgar créditos, con el fin de prevenir situaciones futuras de endeudamiento insostenible, garantizando que los clientes puedan cubrir, al menos, el 25 % del límite del crédito concedido mediante el importe anual de las cuotas.
Con relación al tipo de interés, según sentencia del Tribunal Supremo de febrero de 2023, el máximo se establece en seis puntos por encima del tipo medio de los préstamos con tarjeta. Esto quiere decir que los intereses que superen el 26 % son abusivos.
👉 Si en el momento de la contratación el banco no nos informó sobre el funcionamiento y las consecuencias del contrato firmado, o si el interés que nos está aplicando supera el máximo establecido, podemos solicitar la anulación del contrato.
¿Cómo podemos anularlas?
Para anular la tarjeta revolving hay que enviar una carta a la entidad solicitando la copia del contrato, la relación de movimientos y la anulación del mismo. El servicio de atención al cliente del banco tiene dos meses para contestar. Si no se produce la respuesta o no es satisfactoria, hay que dirigirse al Servicio de Reclamaciones del Banco de España.
También es posible reclamar ante los tribunales de justicia presentando una demanda judicial para solicitar la anulación de la tarjeta y la cancelación de la deuda. Pero es un trámite lento y costoso.
Si la empresa no es una entidad de crédito, se puede comprobar si está asociada o adherida a la Asociación Española de Micropréstamos (AEMIP) o a través de la página web del Banco de España. Si es el caso, podemos apelar a su código de buenas prácticas.
¿Qué consejos debo seguir para evitar sustos?
Es importante utilizar estas tarjetas de manera consciente y responsable para evitar acumular deudas excesivas. Antes de usarlas, no debemos olvidar:
- Leer bien el contrato. Dedicar tiempo a una lectura detallada de los términos y condiciones, sobre todo las tasas de interés, los cargos por retiro de efectivo, las comisiones y cualquier otro costo asociado.
- Establecer un límite de gasto y mantener un registro. Llevar un seguimiento detallado de los gastos evitará sorpresas. Además, definir un límite de gastos mensuales y ajustarse a él no llevará a sobreendeudarse.
- Planificar los pagos. Con saldos pendientes conviene elaborar un plan de pagos para reducir gradualmente la deuda.
- Evitar retiradas en efectivo. Estas suelen tener tasas de interés más altas para retiros de efectivo.
Un ejemplo…
Contratamos una tarjeta revolving, a un interés del 22 % y una cuota de amortización de 75 euros al mes.
- El día 1 de febrero de 2024 hacemos una compra de 1.500 euros.
- El banco nos cobrará 385,72 euros de intereses, por lo que nuestra deuda asciende a 1.885,72 euros.
- Pagaremos 26 cuotas: 25 de ellas de 75 euros y una última de 10,72 euros.
- La fecha de la última cuota será el 1 de abril de 2026.
Si seguimos usando la tarjeta para nuevas compras, esos nuevos gastos se sumarán a la deuda pendiente y el banco lo calculará todo de nuevo. Seguiremos pagando 75 euros cada mes, pero nuestra deuda habrá aumentado y con ello los intereses y el plazo de vencimiento del crédito.